Bienvenidos al lado oscuro de la biodiversidad

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Biodiversidad. Qué palabra tan hermosa. Habla a la vez de naturaleza y diferencia, de algo brillante, vivo. Pero ¿y si le colocamos el adjetivo «oscuro» detrás? La palabra «biodiversidad oscura» no pasa fácilmente desapercibida. Y es que cualquier amante de la naturaleza encuentra este término inquietante y sugerente. Porque la biodiversidad oscura habla de las especies que podrían existir y no están. De lo que pudo ser. Y de lo que no será. Pero comencemos por el principio.

TEXTO POR SANTIAGO CAMPILLO BROCAL
ILUSTRADO POR PAOLA VECCHI
ARTÍCULOS
BIODIVERSIDAD
20 de Julio de 2015

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¿Qué es la biodiversidad?

Lo mejor es empezar con un curso básico de biología. Hablamos de biodiversidad o diversidad biológica, cuando hacemos referencia a los distintos seres vivos que existen en nuestro planeta, a sus relaciones y a sus hábitats. Estamos hablando de biodiversidad cuando tratamos de describir la naturaleza, explicar cómo es una comunidad natural o incluso cuando hablamos de sus características genéticas. En general, biodiversidad es un término vago, general, definido así a propósito para poder trabajar cómodamente. Al fin y al cabo, la naturaleza es enorme y siempre podemos inventarnos después tecnicismos chulos más concretos.

Una de las definiciones más cómodas es la que tiene el DRAE: la biodiversidad es la «variedad de especies animales y vegetales en su medio ambiente» (aunque es excesivamente simplista al asumir que los organismos solo pueden ser animales o plantas). Por otro lado, los ecólogos se vuelven un poco más escrupulosos e incluyen las interacciones «durables» entre seres vivos y su entorno. Además es bastante común encontrar tres conceptos sobre la biodiversidad: aquél que se centra en el aspecto genético y su diversidad; el que habla de la composición de especies concretas y específicas; y el que hace referencia a la comunidad completa y su diversidad, lo que conforma la llamada «biosfera». Así que ya tenemos más o menos claro que la biodiversidad es una amalgama de conceptos que relacionan a los seres vivos y su presencia en un lugar concreto. Prosigamos.

Bienvenidos al lado oscuro

Ahora pasemos al curso avanzado de biología. La biodiversidad oscura es un concepto nuevo y original, acuñado en 2010 por un profesor de botánica de la Universidad de Tartu (Estonia), el doctor Meelis Pärtel. El nombre hace referencia a la «materia oscura» de la física. La materia oscura es justamente un tipo de materia bastante huidiza, más abundante que la materia ordinaria que conocemos, que está ahí pero no podemos percibir y sin embargo, forma una parte significativa de nuestro universo, convirtiéndolo en lo que es. Según las hipótesis (y evitando entrar en controversias), sin la materia oscura, el universo que conocemos no tendría sentido.

Por su parte, la biodiversidad oscura habla de las especies, relaciones y estructuras naturales que podrían existir en un lugar, pero no existen. Lo que pudo o podría ser, o incluso lo que será en algún momento, pero no ahora. Es decir la biodiversidad potencial de un ecosistema. En concreto, Pärtel (et al, por supuesto) define la biodiversidad oscura como la fracción de especies que «no vemos» pero que podrían colonizar un hábitat porque este es un lugar adecuado para ellas. Estas especies fantasmas son parte de un conjunto total de las especies que podrían habitar un lugar. Y aunque pueda parecer una cosa de perogrullo, la no-presencia de esta biodiversidad oscura no es tan sencilla; está sujeta a unas normas por las cuales se distribuiría, viviría y coexistiría.

Pärtel define la biodiversidad oscura como la fracción de especies que «no vemos» pero que podrían colonizar un hábitat

Para cuantificarla, los investigadores proponen en primer lugar comparar las especies y relaciones entre regiones parecidas ecológicamente; en segundo lugar, evaluar estas comparaciones teniendo en cuenta las relaciones en orden creciente, de lo local a lo regional y hacia territorios más grandes. Por último, mediante lo dicho anteriormente y usando diversas técnicas estadísticas, estos números cuajarían en un índice potencial de restauración.

La utilidad de la biodiversidad oscura

Una vez que sabemos qué es la biodiversidad oscura, el siguiente paso natural es conocer para qué nos sirve. Como explicábamos está sujeta a normas concretas. Su forma de distribuirse dice mucho del hábitat que analizamos. Desde hace ya mucho tiempo, los ecólogos saben con certeza que la diversidad de un ecosistema es solo una fracción de la biodiversidad total que podría existir. De hecho, existen análisis e hipótesis para medir este hecho. La biodiversidad oscura toma dichos conceptos y los unifica, actualiza y completa para construir un marco teórico propio. Las mediciones de los índices de biodiversidad oscura, por ejemplo, nos indican que en cuanto a plantas, su diversidad y distribución potencial es menor en regiones templadas. Justo al contrario que la biodiversidad que sí habita estos ecosistemas.

Los ecólogos saben con certeza que la diversidad de un ecosistema es solo una fracción de la biodiversidad total que podría existir

Los índices de biodiversidad oscura sirven además para mostrar cuándo algo está yendo condenadamente mal en un ecosistema. Si estos comienzan a aumentar rápidamente en una zona concreta, probablemente (o más bien con casi total seguridad) esto esté relacionado con la extinción de las especies que conforman la biodiversidad normal. De ahí, solo hace falta proyectar patrones de distribución y asociar las causas posibles para poder tratar de poner medios adecuados. Todo ello porque la biodiversidad es importante. Numerosos estudios muestran que cuanto más compleja y extensa es la biodiversidad, y menor la biodiversidad oscura, mayor es la calidad de vida de las especies que habitan un ecosistema. La biodiversidad oscura también sirve para predecir qué oportunidades de recuperación tiene un sistema o incluso qué especies de esta biodiversidad oscura son las más adecuadas para repoblarlo.

No todo es andar a la sombra

Como hemos visto, la biodiversidad oscura nos sirve para medir y tomar decisiones de conservación de la naturaleza. Pero como todo en ciencia, también tiene sus críticas. La primera y más obvia de las críticas corresponde a un hecho claro… ¿hasta dónde llega la biodiversidad oscura? Es algo que también ocurre con la materia oscura de la física. No sabemos con exactitud lo que es, cómo es o tan siquiera cómo reacciona ante nuestros intentos por conocerla mejor. Haciendo una feliz e ingenua analogía, no podemos conocer con exactitud milimétrica los términos y límites de la biodiversidad oscura, lo que supone un grave impedimento a la hora de reproducir resultados. Por otro lado, según hemos visto en la definición y utilidad, la biodiversidad oscura se topa de lleno con un terrible enemigo: el ser humano.

Efectivamente, y como bien señalan algunos expertos, este concepto suele trabajar basándose en cómo sería un paisaje prístino, es decir, cómo se podría haber desarrollado un ecosistema de forma natural con todas sus potencialidades. Pero el hombre lleva modificando a su gusto el paisaje desde que aprendió a cultivar. Hasta qué punto esto ha modificado la biodiversidad oscura de los hábitats que nos rodean es muy complicado de definir. De hecho, es un campo que entra más en la genuina especulación. La propia historia de un paisaje, con sus modificaciones antrópicas (causadas por el hombre) y ecológicas o ambientales, es un aspecto a que a veces no se refleja bien a la hora de medir los valores de biodiversidad oscura, lo que puede dar datos y resultados extraños o profundamente falsos.

Por último, y para subrayar lo difícil que es prever algo tan complejo como la biodiversidad oscura, otros investigadores ya han señalado con anterioridad la dificultad de comparar dos regiones y obtener un resultado fiable. Es más, a medida que crece la escala en la que medimos, también aumentan las especies inesperadas. De pronto, nos encontramos con habitantes que nunca hubiéramos creído posible ver en un ecosistema y esto obviamente, influye en la medida final de la biodiversidad oscura de una manera, directa o indirecta, pero de forma imprevisible.

A medida que crece la escala en la que medimos, también aumentan las especies inesperadas

En definitiva, la biodiversidad oscura es un término novedoso en ecología que nos puede ayudar a entender mejor la naturaleza con la que convivimos. Es más, puede ayudarnos a tomar decisiones reales sobre ella. Pero todavía le queda mucho camino por andar hasta convertirse en un concepto asentado y del que poder fiarnos con seguridad. Pero ahí están los ecólogos y biólogos, adentrándose en el lado oscuro con una única intención: inventar nuevas herramientas con las que salvar el mundo.

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