Estudia Bellas Artes en Salamanca y se especializa en Diseño y usabilidad de páginas web en Barcelona. En 2004 se traslada a Madrid donde comienza a desarrollar su carrera como diseñadora.

Como culo inquieto que es, colabora con otros artistas, participa en exposiciones colectivas e individuales tanto exponiendo trabajos como creando instalaciones artísticas.

Imparte y participa en talleres de fotografía, dibujo, encuadernación, serigrafía y collage, entre otros.

En 2014, junto con Britt, su compañero, fundan Lum Lamps and More, una excusa para crear productos hechos a mano basados en la manipulación de papel.

Actualmente está centrada en la ilustración y diseño publicitario, editorial y packaging.

Hoy, la entrevistamos en Principia.

¿Cuáles son tus fuentes de inspiración y referentes?

Para mí, son grandes fuentes de inspiración observar la naturaleza, arar la huerta, escuchar los pajarillos, la charla con el vecino, jugar con niños, acudir a una conferencia, entrar en esa sala de exposiciones que siempre dejaba para otro día, un buen concierto de música para menear el bullarengue, compartir momentazos con amigos, probar un buen vino o una cerveza (de momento soy todíbora)… aunque también lo son el día a día, la constancia y el trabajo.

Me encanta investigar, por lo que mis referentes van cambiando casi diariamente. Desde los clásicos del arte hasta ahora han pasado tantas cosas maravillosas que es imposible no encontrar referencias.

Herramientas como Behance, Domestika, Dribbble… me permiten buscar y ahondar en trabajos que otros ilustradores y diseñadores que normalmente me dejan con la boca abierta.

Eso sí, hay maestros que dejan huella, por enumerar algunos de ellos podría decir: la familia, mentores de la vida, García de Pablos, mentor diseñístico en la universidad, Fidel, mentor laboral y de constancia, y como no, Relajaelcoco mentores filosóficos y de diseño.

Háblanos de alguno de tus trabajos, aquellos que consideres de los mejores, que fueron un gran reto o que le tengas especial cariño.

De un tiempo a esta parte, casi todos los trabajos que he tenido han sido grandes retos, desde adentrarme en mis destrezas de ilustración, que creí —sinceramente— que no existían, hasta enfrentarme a infografías complejas con muchísimos datos.

Sin menospreciar otros, un trabajo al que tengo especial cariño es el Calendario de Siembra de Mr. Natural. Teníamos muchas limitaciones: la inversión era escasa, la cantidad de datos era enorme… pero se tenía muy claro que querían algo diferente.

Que de una hoja de Excel llena de datos, recopilados uno a uno de referencias de otros calendarios y de la propia experiencia con el cultivo, salga una cosa tan hermosa, me emocionó y me emociona saber que quien lo tiene lo aprecia y admira.

Nosotros lo tenemos y podemos decir que ese calendario es un trabajo espectacular. Pero retomemos el hilo de la conversación. Has hecho varios trabajos para la revista Principia, principalmente infografías. Este recurso, que una vez resuelto parece fácil pero que para el que se pone manos a la obra es todo lo contrario, requiere orden, control del espacio y sentido estético. ¿Cuál es la clave de una buena infografía?

La infografía, al fin y al cabo, es un cúmulo de datos que se ven de forma estructurada, clara y con un único objetivo: la comprensión del lector.

Lo más importante para llevar a cabo una infografía que cumpla con estas características es agrupar y organizar los datos para definir el orden y relevancia. Es un trabajo que hay que hacer previamente a la composición de cualquier infografía y que definirá si en el resultado final cumple su objetivo.

¿Cómo abordas un proyecto infográfico?

Lo primero de todo es mantener la calma. A veces, mucha información puede llegar a abrumarte. Leer detenidamente varias veces el texto o los datos que te facilitan. Después solo hay que:

Conceptualizar
Ordenar
Verificar
Componer
Ilustrar
Montar
y preparar el arte final para que todo el mundo la pueda disfrutar.

En tu opinión ¿las infografías son un buen recurso para transmitir ciencia?

Son un gran recurso para la ciencia y para cualquier otro conocimiento que tenga que ser transmitido de forma eficaz. Soy una persona para la que las imágenes son vitales en la comprensión ya que me resulta más sencillo recordar un texto o un dato si hay un dibujo o filigrana al lado.

Si algo no puedo explicarlo, siempre recurro al dibujo.

Soy la típica de «Espera que te lo dibujo», jejeje.

Volviendo a tu trabajo para Principia, la infografía del segundo episodio de la primera temporada nos dejo a todos helados. Fue un trabajo excelente. ¿Cómo fue hacerla? Desde los colores hasta la tipografía...

Jeje pues si es para el veranito está bien lo de dejaros helados, pero para invierno no te creas tú que lo es tanto…

Fue increíble poder hacer esa infografía, sobre todo porque para mi los habitantes del círculo polar ártico seguían siendo esquimales. Profundizar en el artículo de Santiago Campillo y posteriormente recopilar datos para completar la infografía me hizo descubrir muchísimas cosas que desconocía. Esta es una de mis grandes motivaciones para hacer una infografía: aprender.

«Bajo las Leyes del Hielo» fue el título que creí que mejor podía definir lo que en la infografía contaba. Este título merecía una letra a medida, por lo que en este caso me decidí por pequeños bloques de hielo tallado basados en las formas de los caracteres de las lenguas inuit.

Creo que lo más difícil fue buscar una composición óptima para que se viera toda la información de una forma ordenada, y ese es el motivo por el que los lectores tendrán que girar la revista 90º jejeje

Si pensábamos que «Bajo las leyes del hielo» era una maravilla, en el primer episodio de la segunda temporada de Principia Magazine nos volviste a sorprender con otra infografía: «Los que todo lo ven». Cuéntanos como fue la experiencia en este trabajo.

Me apasiona el cielo. La inmensidad del espacio me abruma diariamente, sobre todo porque en El Bierzo tengo la suerte de disfrutar de esa cúpula celeste casi todo el año.

Cuando me propusisteis la infografía, solo esperaba tener el material en mis manos para poder ponerme a ello.

«Los que todo lo ven» al final ha sido también un descubrimiento para mi ya que me enfrenté a una paleta de colores que no suelo usar y a unos datos en ocasiones difíciles de unificar.

El concepto compositivo surgió de una forma bastante natural, tomando como referencia los mapas antiguos del navegación donde la Tierra se representaba en dos mitades. El resto, fue de corrido.

Cada observatorio tendría su espacio donde mostrar sus datos y su forma. En la labor de investigación me desplacé por un instante a cada uno de ellos a través de imágenes, vídeos, páginas web y algún apunte perdido de visualizaciones y descubrimientos.

Descubrí que en España somos unos privilegiados en la observación astronómica, ya que somos uno de los países con las mejores tecnologías. ¡También descubrí que quiero visitar Atacama (Chile)!

Espero que el resultado os haya gustado.

El resultado es espectacular, como podrán comprobar todos los lectores de Principia Magazine. Por último, ¿por qué te uniste a este proyecto Principia?

Porque os quiero, así rotunda y sinceramente.

Quería que ese proyecto saliera adelante desde que Cristina lo planteó en el curso de diseño que compartimos.

Creo en las cosas hechas con el corazón. Todo el esfuerzo que le brindáis a esta revista y a divulgar ciencia tiene que ser correspondido de algún modo.

Me enseñáis tantas cosas y me habéis dado tanta libertad para desarrollar mi trabajo que ¿cómo no me iba a subir al carro?

Y nosotros que te lo agradecemos, con ese amor correspondido, como bien sabes.

Esto es un poco de la historia de Katia Prada, el abrelatas, pero tiene muchas historias más por contar. Algunas de ellas las podrás descubrir en su perfil de Principia y en su propia página web.
Que aproveche.