Cigales, algo más que la cuna del clarete

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Me dispongo a escribir y me asalta la pregunta ¿por qué cuando pensamos en turismo científico no tenemos en cuenta la arquitectura o la historia? No están reñidos, ni mucho menos. En realidad, toda construcción humana viene dada por unas condiciones físicas y ambientales, que las definen. Por eso, se agradece un sitio como Principia donde entienden la ciencia como algo multicultural.

TEXTO POR RAQUEL MARTÍNEZ CANTÓ
ILUSTRADO POR SANDRA GARCÍA
ARTÍCULOS
ARQUITECTURA | HISTORIA | TURISMO CIENTÍFICO | VITICULTURA
6 de Octubre de 2016

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En esta tesitura me encuentro cuando decido escribir sobre la iglesia principal de Cigales, un pueblo de la provincia de Valladolid (España), a 12 kilómetros de la capital. Lo decido por varias cosas pero, sobre todo, porque es una conjunción perfecta de conocimiento del terreno, ingenio, diseño e historia.

Pero empecemos por el principio. Como he dicho, se trata de la iglesia de Santiago conocida como la Catedral del Vino, nombre que, si alguno conoce la población, no le extrañará. Resulta que este pueblo es famoso por su vino, Cigales, con denominación de origen, siendo el más conocido un vino tipo clarete, aunque también se hace vino tinto.

Iglesia de Santiago. Catedral del vino. Cigales - Principia
Iglesia de Santiago. Catedral del vino. Cigales. Créditos: Raquel Martínez

En 1535, se empieza su construcción por parte del maestro Rodrigo Gil de Hontañón, uno de los introductores del Renacimiento en España. Este, conociendo la importancia que tiene Cigales en esos años por la proximidad de la corte en Valladolid y por ser el lugar de descanso de muchos nobles, como los Condes de Benavente —en esta población nace la emperatriz Ana de Austria— , decide hacer un templo de estilo completamente renacentista y acorde a la categoría de la población. El encargo nace con la premisa de construir el templo sobre una pequeña iglesia anterior, pero el maestro se encuentra con un problema: estos terrenos crean humedades ya que en ciertos momentos del año el nivel freático sube e inunda las tierras. Por este motivo, planea levantar la base de la iglesia nueva creando bajo ella una canalización para estas aguas del nivel freático y de lluvias junto con una cámara de aire para que las humedades no afecten en tal medida al suelo de la iglesia.

En 1535, se empieza su construcción por parte del maestro Rodrigo Gil de Hontañón, uno de los introductores del Renacimiento en España.

Iglesia de Santiago. Catedral del vino. Cigales - Principia
Iglesia de Santiago. Catedral del vino. Cigales. Créditos: Raquel Martínez
Iglesia de Santiago. Catedral del vino. Cigales - Principia
Iglesia de Santiago. Catedral del vino. Cigales. Créditos: Raquel Martínez

Solucionado el problema inicial de las humedades, se procede a la construcción de la cabecera y el primer tramo de la nave. En 1591, coge el relevo de la dirección de la obra el maestro Diego de Praves, construyendo el resto de naves, bóvedas, la fachada de Santiago y la torre norte. La fachada es de estilo herreriano, dividida en dos pisos mediante una gran cornisa. La parte inferior recuerda a un templo griego, mientras que la superior evoca un templo romano, elementos clave en el Renacimiento.

En este momento, 1637, las obras sufren un parón por la marcha de la corte y la población se queda sin dinero para seguir.

En esta época, el vino se elaboraba de forma artesanal en las bodegas y no se podía transportar más de 40 kilómetros. Esto afectó mucho a su comercialización y a la marcha de la corte, ya que esta cambió de sitio para la compra del vino. De este modo, Cigales perdió más del 50% de sus bodegas, a menor demanda, menor producción y menores beneficios.

Iglesia de Santiago. Catedral del vino. Cigales - Principia
Créditos: Raquel Martínez

 

Ya en 1768 se retoman las obras que terminarán la iglesia gracias a Fray Antonio Alcalde, un dominico enviado como obispo a Guadalajara y Yucatán. Este cigaleño mandaba lo recaudado a los dominicos de Valladolid para que utilizasen el oro en la finalización de las obras de la iglesia de su pueblo. Es en 1772 cuando esto sucede y se dan por terminadas las obras.

Esta iglesia llama la atención de los viajeros de la A-62 a la altura de la población puesto que queda visible su monumentalidad y muchos de ellos paran a visitar la Catedral. Si sois unos de ellos, os recomiendo que, aparte de parar a ver esta maravilla, toméis un vino (con moderación) acompañado de torreznos y que comáis un lechazo en los bares de la plaza. ¡No os arrepentiréis!

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