Miguel Hernández, el Poeta - Tierra

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«Miguel era tan campesino que llevaba un aura de tierra entorno de él. Tenía una cara de terrón o de papa que se saca de entre las raíces y que conserva frescura subterránea (…). Era ese escritor salido de la naturaleza como una piedra intacta, y con virginidad selvática y arrolladora fuerza vital, (…) su rostro era el rostro de España. Cortado por la luz, arrugado como una sementera, con algo rotundo de pan y de tierra. Sus ojos quemantes, ardiendo dentro de esa superficie quemada y endurecida al viento, eran dos rayos de fuerza y de ternura».

Pablo Neruda. Confieso que he vivido (1974)

TEXTO POR ANA GARCÍA LLORET
ILUSTRADO POR ROCA MADOUR
ARTÍCULOS | EFEMÉRIDES
28 de Marzo de 2017

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Alicante, 22 de marzo de 2017

Querido Miguel:

Queda poco para el día de tu muerte. Hoy quiero recordarte. Y lo hago desde aquí, la tierra que guarda los restos de tu cuerpo vencido y tu alma completa y victoriosa; la tierra que te vio morir y la que me vio nacer.

Es en estos luctuosos momentos donde me viene un olor ligero de nuestro paisaje, mezclado ya con aromas de azahar, primavera y salitre.

El olor, tu recuerdo y las ausencias, obligan a mi alma huérfana a clavar las uñas, las manos y los dientes en la tierra, buscando las raíces que me faltan. Esa tierra de la que tanto hablaste en tus poemas, esa tierra que se convierte en hombre al mirarte y en palabras que, llevadas por el viento, cumplen el propósito del poeta.

Y son otros tiempos y... quisiera contarte...

Ya no es tiempo de comer cebollas, Miguel, sin embargo, hay más ánimos pobres en los cuerpos contemporáneos que en los de tiempos de batalla. Por eso eres necesario. Es muy necesario que vuelva ese viento trayendo tus palabras, con la fuerza de ese «rayo que no cesa».

Hoy tu voz tiene que sonar más alto, has de saber que nunca se apagó, no lo consiguieron.

Y nada impedirá que vuelvas, a esta tarde y al abrigo de mi casa... «que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero».

Un abrazo.
Ana

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