Albert Einstein, el refugiado

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Albert Einstein fue uno de los personajes más importantes del siglo XX (casi me atrevería a ampliar este periodo a toda la historia). Pocos científicos consiguen superar los límites de la ciencia y convertirse en iconos de su época. Pero el fascinante carisma de Einstein lo catapultó a la fama y al corazón del común de los mortales… Bueno, a todos no... Einstein era alemán y judío en la peor época para ser judío en Alemania. 

TEXTO POR PATRICIA LIBERTAD
ILUSTRADO POR JESÚS PADILLA
CIENCIA DE ACOGIDA
CIENCIA DE ACOGIDA | FÍSICA
7 de Julio de 2017

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Albert nació en el seno de una familia judía el 14 de marzo de 1879, en Ulm. Contrariamente a lo que se suele creer, Einstein era un buen estudiante. La familia tuvo que mudarse a Pavia, cerca de Milán, por problemas económicos, y Einstein se matriculó en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Suiza), posiblemente el mejor sitio para estudiar ciencias fuera de Alemania (que en aquella época era el centro neurálgico de la ciencia). Allí consiguió su título de profesor de matemáticas y física, pero al no encontrar otra cosa, acabó trabajando en la Oficina Federal de la Propiedad Intelectual de Suiza. A pesar de ello, siguió sus estudios y se doctoró en 1905, su annus mirabilis (año milagroso), en el que escribió cuatro importantes trabajos de física: uno sobre el efecto fotoeléctrico, otro sobre el movimiento browniano, el archiconocido sobre la teoría de la relatividad especial y, por último, otro sobre la equivalencia masa-energía, en el que le regaló al mundo la fórmula más conocida de la historia (ahora sí lo digo). 

En 1915 amplió la su teoría de la relatividad escribiendo la teoría de la relatividad general, donde se produjo un nuevo cambió en nuestra forma de mirar nuestro universo (el primer gran cambio lo consiguió un tal Isaac Newton), redefiniendo la gravedad y haciendo nacer la cosmología. La curvatura de la luz provocada por la fuerza de la gravedad, predicha en esta teoría, fue confirmada en el eclipse de sol de 1919, lo que lo convirtió en una celebridad. En 1921 ganó el Premio Nobel de Física «por sus aportaciones a la física teórica y, especialmente, por el descubrimiento del efecto fotoeléctrico». Curiosamente, nunca ganó el Premio Nobel por la archiconocida teoría de la relatividad, quizás porque pocos la entendían y confiaban en ella en aquel momento.

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