Cándido Bolívar Pieltáin. El refugiado de los insectos y las cuevas

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«De las batallas perdidas, sale un ganador. De las batallas ganadas, sale un perdedor» reza una de las letras del grupo musical vallisoletano Celtas Cortos.

TEXTO POR JESÚS DAVID TAVIRA
CIENCIA DE ACOGIDA
ENTOMOLOGÍA | ESPELEOLOGÍA
25 de Agosto de 2017

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Lo que parece claro es que si hablamos de ciencia, una rama del conocimiento predominantemente colaborativa, una guerra suele conllevar muchas más pérdidas que beneficios. Muchas carreras científicas se ven truncadas o disminuidas y otras continúan en un país que acoge al científico exiliado, redundando las nuevas aportaciones científicas al país que brinda el asilo. Esto último fue lo que ocurrió con Cándido Bolívar Pieltáin, un destino que se puede considerar duplicado, puesto que su padre, Ignacio Bolívar y Urrutia, corrió la misma suerte.

Cándido Luís Bolívar Pieltáin nació el 15 de Abril de 1897. Su padre, Ignacio Bolívar y Urrutia, fue catedrático de Entomología (es la rama de la zoología dedicada a los insectos) de la Universidad Central de Madrid, fue jefe de la Sección de Entomología del Museo de Ciencias Naturales y en 1901 fue nombrado director del Museo, dándole un nuevo impulso, fruto del cual en 1910 se trasladó a su actual ubicación frente al paseo de la Castellana, alcanzando así una sede digna. Ignacio fue el mayor experto en Ortópteros (un grupo de insectos que incluye a los saltamontes, los grillos y otras especies similares) de España y uno de los mejores en el mundo. Cándido Bolívar se vería muy influenciado por el trabajo de su padre y se pueden apreciar muchas similitudes entre ambas carreras, si bien la obra de Cándido Bolívar incluso tuvo mayor alcance que la de su padre.

Cándido Bolívar Pieltáin comenzó sus estudios en la Institución Libre de Enseñanza, para después cursar Bachiller en el Instituto de Enseñanza Media de Ciudad Real en 1911. Tras ello, completó la licenciatura en Ciencias, sección de Naturales, como alumno libre, concluyéndola en 1914 cuando contaba con diecisiete años. A esa edad ya había publicado una quincena de trabajos en el campo de la entomología, sin duda auspiciado bajo la instrucción de su padre. Destacan una monografía de ortópteros lacústidos y algunos trabajos sobre cuevas y los insectos cavernarios denominados troglobios que en ellas encontraba. Se le considera uno de los primeros impulsores de la espeleología, la ciencia que explora el origen y la formación de las cavernas y las cavidades subterráneas.

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