Pedro Carrasco Garrorena. El exiliado estelar

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Pedro Carrasco Garrorena fue uno de esos físicos españoles de los que muy poca gente habla. En pocas facultades de Física de España se le menciona y en muchas ocasiones pasa desapercibido. Fue uno de esos científicos a los que la dictadura franquista forzó a emigrar a pesar de su relevancia para la ciencia en España. Quizá por eso sea más conocido en el país que lo acogió, México.

TEXTO POR JORGE BUENO
ILUSTRADO POR MIKEL MURILLO
CIENCIA DE ACOGIDA
ASTROFÍSICA | FÍSICA
30 de Agosto de 2017

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Pedro nació el 17 de noviembre de 1883 en Badajoz, aunque algunas fuentes datan su nacimiento el 16 de noviembre. Esta discrepancia se cree que es debida a que fuera registrado al día siguiente de su nacimiento. Fue miembro de una familia numerosa en la cual algunos de sus hermanos destacaron por sus cualidades artísticas. El mismo Pedro practicó el arte de la pintura y algunos de sus cuadros se encuentran en algunos museos. Sin embargo, abandonó sus dotes artísticas para dedicarse a la ciencia.

Obtuvo el grado de Bachiller en 1900 con una nota de sobresaliente en el Instituto de segunda enseñanza de Badajoz, donde destacó por sus notas y su afán de superación. A este respecto hay que notar que, en aquella época, se podía optar por conseguir premio en las asignaturas cursadas. La obtención del premio se conseguía tras presentarse a un examen adicional, vía solicitud previa, que corregía un tribunal. No es de extrañar que prácticamente todas las asignaturas que cursó en Bachiller tuvieran una calificación de sobresaliente con premio, salvo alguna como Gimnástica que en su expediente aparece simplemente como «cursada».

A pesar de su interés en la ciencia, durante sus años en el Instituto se centró en las artes y la literatura y, junto con sus compañeros, fundó la revista quincenal Pax-Augusta, donde se trataban estas ramas del saber.

Tras obtener el grado de Bachiller se examinó para obtener el premio especial de la sección de ciencias. Premio que consiguió tras realizar un ejercicio sobre física y otro sobre entomología (la ciencia que estudia los insectos). Con las 250 pesetas del premio se trasladó a Madrid para estudiar Física. Además de ese premio consiguió una beca de 1500 pesetas que le concedió la Diputación Provincial de Badajoz. Por si fuera poco, también fue galardonado con la pensión universitaria que otorgaba doña Eduvigis Rodríguez de Cela, viuda del catedrático Dr. Sáenz Díez.

Ya en Madrid, cursó la carrera de Ciencias Físicas entre 1900 y 1904, obteniendo 5 matrículas de honor, 3 sobresalientes y 4 notables. Al terminar la carrera se examinó del grado de licenciado y consiguió superarlo con sobresaliente. Como ya era normal en él, se presentó al premio extraordinario de licenciatura y se lo concedieron por un trabajo sobre la teoría del potencial electrostático.

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