Santiago Ramón y Cajal. Neuronas a hombros de un gigante

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Existen pocos casos en la historia de la ciencia como el de Cajal. La vigencia de su legado investigador llega literalmente hasta nuestros días conformando una especie de Big Bang en el ámbito de la neurociencia. Cajal sigue siendo a día de hoy el científico español más citado en la literatura científica especializada. En los laboratorios de histología de todo el mundo continúa utilizándose como referencia su obra La textura del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados escrita nada menos que hace 113 años. Pocos bestsellers científicos resisten el paso del tiempo con este grado de lozanía y frescura. Pasan los siglos y la figura de este gigante a hombros de neuronas  que es Santiago Ramón y Cajal se agranda más y más. 

TEXTO POR GLORIA SERVER ORTOLÁ , JOSÉ ANTONIO GORDILLO MARTORELL
CIENCIA DE ACOGIDA
NEUROCIENCIAS | PREMIO NOBEL
5 de Septiembre de 2017

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Desde el punto de vista humano Cajal es un ejemplo de héroe que contra todo y a pesar de todo consigue salir adelante convirtiéndose en un referente universal en un entorno absolutamente adverso e indiferente a su trabajo colosal. Esta desconexión casi total entre su figura y el entorno que le tocó vivir junto con el hecho de que sería el primer director de la Junta de Ampliación de Estudios (JAE), que se convertiría en la institución impulsora de la ciencia en España hasta su desaparición tras la Guerra Civil, justifican que esté entre el grupo de científicos protagonistas de la exposición «Ciencia de acogida» dado que Cajal pese a contar con renombrados maestros como  Aureliano Maestre de San Juan, quien le dirigió su tesis doctoral, o Luis Simarro, quien le introduce en la técnica de tinción de Golgi, tuvo que hacer frente a la soledad del precursor prácticamente a lo largo de toda su vida.

Para conocer en profundidad la figura de Cajal, en el Museu de les Ciències Príncipe Felipe contamos con una excelente exposición en la que se abordan, además de su vida, algunas de sus principales aportaciones en el ámbito del funcionamiento de las neuronas, esos «hilos telegráficos del pensamiento», como el propio Cajal las denominaba. Especialmente, esa visión que iba a revolucionar la concepción que se tenía de las mismas en la época al considerarlas por primera vez como células nerviosas independientes con identidad propia.

Cajal nació el 11 de mayo de 1852 en Petilla de Aragón en el seno de una familia humilde cuyo padre, Justo Ramón era el barbero cirujano del pueblo. Tras una infancia marcada por su contacto con la naturaleza Cajal realiza sus estudios de Bachillerato en los Escolapios de Jaca. Al finalizarlos descubre una de las grandes pasiones de su vida; la fotografía. Como ha demostrado una reciente publicación  The Beautiful Brain; the drawings of Santiago Ramón y Cajal publicado por Abrams Books y de la que el Weisman Art Museum de Minneapolis ha hecho una excelente exposición itinerante, Cajal utilizaba la imagen —bien sea través de la fotografía o el dibujo— como una auténtica herramienta de trabajo. Porque mientras dibujaba construía «un inventario mental de reglas para el bosque», para  luego seguir observando y comprobar si los árboles se adaptaban al modelo mental construido previamente. En la exposición que tenemos en el Museu de les Ciències Príncep Felipe podemos contemplar algunos de estos increíbles dibujos-mapa mental con los que Cajal conseguiría la proeza de describir la morfología de estas células tan especiales llamadas neuronas responsables en última instancia de lo que somos.

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