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03 Octubre

Charles John Pedersen: un visionario en la química supramolecular

Por Quique Royuela

La historia de la química está repleta de individuos cuyas investigaciones han dejado una marca indeleble en la ciencia. Uno de estos visionarios es Charles John Pedersen (Busán, Corea, 3 de octubre de 1904 — Salem, Estados Unidos, 26 de octubre de 1989), un químico coreano (nacionalizado estadounidense) que, en 1987, fue honrado con el Premio Nobel de Química por sus contribuciones pioneras en el campo de la química supramolecular. A lo largo de su carrera, Pedersen revolucionó nuestra comprensión de cómo las moléculas interactúan entre sí y sentó las bases para una amplia gama de aplicaciones en la química y la biología.

Charles John Pedersen nació el 3 de octubre de 1904 en Busan, Corea, aunque creció en los Estados Unidos. A pesar de enfrentar desafíos económicos en su infancia, Pedersen demostró un talento innato para la ciencia y una insaciable curiosidad. Estudió química en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y se graduó en 1926.

Después de completar su educación, Pedersen se embarcó en una carrera en la investigación química que lo llevó a trabajar en diversas compañías, incluyendo DuPont y Hercules Powder Company. Estas experiencias laborales le proporcionaron una sólida formación en química orgánica y lo pusieron en contacto con una amplia variedad de compuestos químicos, lo que eventualmente lo llevaría a sus descubrimientos en el campo de la química supramolecular.

El desarrollo de los compuestos de Pedersen

El trabajo más destacado de Charles Pedersen se centra en el desarrollo de los llamados «compuestos de Pedersen». Estos compuestos son un tipo especial de moléculas que contienen una estructura conocida como coronaéter. La coronaéter es un anillo formado por átomos de oxígeno dispuestos de manera que pueden capturar iones metálicos y otras moléculas en su interior, como si fueran una corona que rodea a un rey.

La idea detrás de los compuestos de Pedersen surgió en la década de 1960, cuando Pedersen comenzó a explorar cómo ciertas moléculas podían formar complejos con iones metálicos de una manera altamente específica. A lo largo de una década de investigación intensiva, Pedersen desarrolló una serie de coronaéteres altamente selectivos que podían unirse a iones metálicos específicos de manera muy eficiente.

Estos compuestos resultaron ser extremadamente versátiles y encontraron una amplia variedad de aplicaciones. Uno de los usos más notables de los compuestos de Pedersen es en la catálisis. Los coronaéteres pueden actuar como catalizadores, acelerando reacciones químicas específicas al albergar los iones metálicos necesarios en su estructura. Esta capacidad de catalizar reacciones específicas ha tenido un impacto significativo en la síntesis química y la industria farmacéutica.

Reconocimiento y Premio Nobel de Química

El trabajo innovador de Charles Pedersen en el campo de la química supramolecular finalmente fue reconocido con el premio más prestigioso de la ciencia, el Premio Nobel de Química. En 1987, a la edad de 82 años, Pedersen compartió el premio con dos otros químicos que también habían realizado contribuciones sobresalientes en el mismo campo: Donald J. Cram y Jean-Marie Lehn. Juntos, estos tres científicos fueron honrados por su trabajo pionero en la química supramolecular y por el desarrollo de moléculas capaces de reconocer y unirse específicamente a otras moléculas.

El reconocimiento del Premio Nobel fue un momento culminante en la vida de Charles Pedersen, y su legado perdura como un testimonio de su brillantez y su contribución duradera a la ciencia.

El legado de Charles J. Pedersen

El trabajo de Charles Pedersen en la química supramolecular y los compuestos de Pedersen ha tenido un impacto duradero en una variedad de campos científicos y tecnológicos.

Sus investigaciones han sido precursoras en aplicaciones farmacéuticas, demostrando ser útiles en la formulación de fármacos y en la liberación controlada de medicamentos en el cuerpo. Esta capacidad ha llevado a avances en la terapia médica y la administración de medicamentos.

La habilidad de los coronaéteres para reconocer moléculas específicas ha llevado al desarrollo de sensores químicos altamente selectivos. Estos sensores se utilizan en una variedad de aplicaciones, desde la detección de contaminantes ambientales hasta la monitorización de biomarcadores en aplicaciones médicas.

Además, la capacidad de los compuestos de Pedersen como catalizadores en reacciones químicas ha revolucionado la síntesis química y la producción de productos químicos industriales. Esto ha tenido un impacto significativo en la economía global y en la sostenibilidad ambiental.

Pero, sin duda, el trabajo de Pedersen sentó las bases para la química supramolecular como un campo de estudio distinto. La química supramolecular se centra en las interacciones entre moléculas y cómo estas interacciones pueden ser controladas y utilizadas para crear estructuras y funciones específicas.

Todo esto ha hecho que la vida y obra de Charles Pedersen sirva como inspiración para las generaciones futuras de científicos. Su historia demuestra cómo la perseverancia y la pasión por la investigación pueden llevar a descubrimientos revolucionarios, independientemente de la edad o los obstáculos iniciales.

 

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