Alice Catherine Evans, una microbióloga de la leche

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El 5 de septiembre de 1975 muere la microbióloga americana Alice Catherine Evans, descubridora de Brucella como la causa de la brucelosis (o fiebre de Malta, fiebre ondulante) tanto en el ganado como en humanos y de su transmisión (enfermedad zoonótica).

TEXTO POR QUIQUE ROYUELA
ILUSTRADO POR AIDENLIE
MUJERES DE CIENCIA | EFEMÉRIDES
ALICE CATHERINE EVANS | BACTERIAS | BACTERIOLOGÍA | BRUCELOSIS | MICROBIOLOGÍA
5 de Septiembre de 2016

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El 5 de septiembre de 1975 muere la microbióloga americana Alice Catherine Evans, descubridora de Brucella como la causa de la brucelosis (o fiebre de Malta, fiebre ondulante) tanto en el ganado como en humanos y de su transmisión (enfermedad zoonótica).

Descubrió su vocación académica muy pronto y se hizo profesora. Quizás debido a la influencia de su madre, que era profesora, y/o a su padre, topógrafo y granjero.

Tras una breve estancia en la Universidad de Cornell, en la que recibió una serie de clases gratuitas que se ofrecían a maestros de entornos rurales, decidió dedicarse a la investigación. Ganó una beca, convirtiéndose en la primera mujer en recibir una beca en bacteriología de la Universidad de Wisconsin-Madison, donde obtuvo sus estudios superiores.

Entró en el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos para tratar de mejorar las propiedades organolépticas (el sabor, principalmente) del queso cheddar y se convirtió en pionera del estudio microbiológico de los productos lácteos.

En el trascurso de su investigación empezó a trabajar con una bacteria que producía una serie de abortos en las vacas productoras de leche. Esta enfermedad, la enfermedad de Bang o brucelosis era producida por Brucella abortus, una especie de cocobacilos Gram negativos, sin cápsula, flagelados y de tamaño entre 1,5-1,5 micras descrita por el microbiólogo y patólogo escocés, David Bruce. En aquella época se sabía que se contagiaba entre el ganado enfermo pero se consideraba que no afectaba al ser humano.

Brucella abortus al microscopio electrónico y coloreado digitalmente. Créditos: Dennis Kunkel Microscopy, Inc. 
Brucella abortus al microscopio electrónico y coloreado digitalmente. Créditos: Dennis Kunkel Microscopy, Inc. 

Pero Alice sospechó que está enfermedad podía tener relación con la fiebre de Malta desarrollada por los humanos, así que comenzó a investigar. Publicó el resultado de sus averiguaciones en la revista Journal of Infectious Diseases en 1918, una revista que se había fundado en 1904 y que en la actualidad es una referencia en el campo de las enfermedades infecciosas y la práctica clínica. Alice también informó de sus conclusiones a través de la Sociedad de Bacteriólogos Americanos y, en ellas, aconsejaba pasteurizar la leche para proteger a las personas del microorganismo procedente de las vacas.

Como no podía ser de otra manera, sus resultados fueron recibidos con escepticismo, alegando que no era doctora, y dejando patente que no eran una panda de indocumentados que no le hacían caso porque era una mujer y no podía ser más lista que ellos al haber descubierto un vínculo, inexistente para ellos, entre la enfermedad de Bang y la fiebre de Malta.

No obstante, en los años posteriores fueron varios los científicos que llegaron a las mismas conclusiones que Alice Catherine Evans y fue en ese momento en el que se confirmó que Brucella era la bacteria causante de la brucelosis en animales y la fiebre de Malta en humanos y que —además— la transmisión interespecie era una realidad. Una vez confirmado, a partir de 1930, la leche comenzó a pasteurizarse para evitar el contagio. De esta manera, la incidencia de la enfermedad en Estados Unidos disminuyó notablemente. 

Su trabajo en enfermedades infecciosas no pasó desapercibido para algunos le ofrecieron unirse al Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos, donde comenzó a trabajar con los agentes causantes de la meningitis epidémica o la gripe.

La microbióloga Alice Catherine Evans en su laboratorio
La microbióloga Alice Catherine Evans en su laboratorio

En 1922 contrajo brucelosis, que en aquella época era una enfermedad incurable. Sin embargo, siguió trabajando para el gobierno de los Estados Unidos hasta 1945 y posteriormente, una vez retirada, en su granja. 

Alice Catherine Evans fue otra de esas pioneras a las que le debemos no haberse rendido y sucumbido al conocimiento (y machismo) de la época. Supo ver algo dónde otros estaban ciegos. Todo un ejemplo.

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