Se presenta el primer libro de los Principia de Newton

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El 28 de abril de 1686 el primer libro de los Principia fue presentado en la Royal Society, donde recibe críticas, especialmente de Hooke, por lo que Newton lo rehace.

TEXTO POR BERNARDO HERRADÓN
ILUSTRADO POR JOSÉ MORENO
ARTÍCULOS | EFEMÉRIDES
FÍSICA | MATEMÁTICAS | PRINCIPIA
28 de Abril de 2015

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En el oscuro amanecer del 28 de abril de 1686, un libro singular hizo su entrada en la prestigiosa Royal Society de Londres. Era el primer volumen de una obra que redefiniría los cimientos del conocimiento humano: "Philosophiæ Naturalis Principia Mathematica", conocido comúnmente como los Principia. Aquel día, la sala resonó con la expectación mientras los eruditos se preparaban para sumergirse en las profundidades del pensamiento de su autor, Sir Isaac Newton.

Sin embargo, la presentación no fue una ceremonia de celebración sin reservas. A pesar de la anticipación, el libro recibió críticas, especialmente de figuras prominentes como Robert Hooke. La obra, aunque monumental en su ambición y alcance, no escapó a las agudas observaciones de sus contemporáneos. Newton, lejos de desanimarse, aceptó las críticas con humildad y determinación.

Decidido a perfeccionar su obra maestra, Newton se embarcó en la ardua tarea de revisar y mejorar los Principia. Con una dedicación incansable, refinó su contenido, incorporando nuevas ideas y abordando las preocupaciones planteadas por sus detractores. No contento con simplemente pulir los detalles, Newton se propuso elevar su obra a nuevas alturas de grandeza científica.

Así, el 1 de marzo de 1687, Newton envió a su amigo y colaborador, Edmond Halley, el segundo libro de los Principia. Este segundo volumen, cargado de ideas revolucionarias, amplió y profundizó el trabajo inicial de Newton, ofreciendo una visión más completa y refinada de los principios que gobiernan el universo.

Pero Newton no se detuvo ahí. Con una mente inquieta y una sed insaciable de conocimiento, continuó su incansable labor intelectual. El 4 de abril de 1687, completó el tercer libro de los Principia, dedicado al estudio del movimiento de los astros. Este libro, que abordaba las complejidades del cosmos con una claridad y profundidad sin precedentes, se convertiría en la piedra angular de toda la obra.

El 5 de julio de 1687 marcó un hito en la historia de la ciencia. Fue el día en que los tres libros de los Principia se unieron en una obra magistral que capturaba la esencia misma del universo. Esta fecha, para muchos expertos, representa el verdadero nacimiento de los Principia. En ese momento, el mundo fue testigo de la culminación de años de arduo trabajo, ingenio y dedicación incansable.

Los Principia no solo fueron una obra maestra de la ciencia, sino también un monumento a la mente excepcional de Newton y a su insaciable búsqueda de la verdad. A través de estas páginas, Newton reveló los secretos más íntimos del universo, desentrañando sus misterios con una precisión matemática y una claridad conceptual que asombraron a sus contemporáneos y continúan inspirando a generaciones de científicos hasta el día de hoy.

En última instancia, los Principia son mucho más que un simple tratado científico. Son un testamento a la capacidad del ser humano para comprender y conquistar el cosmos, un recordatorio de que, con suficiente curiosidad y determinación, podemos alcanzar las estrellas. Y aunque Newton ya no camina entre nosotros, su legado perdura, una luz brillante en el vasto firmamento del conocimiento humano.

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