Coherencia científica en mundos de ciencia ficción y fantasía
Es relativamente fácil inventarse criaturas para una película, pero no tanto hacer una fauna y flora coherente entre sí. Los mundos en la fantasía y ciencia ficción no están inventados desde cero, pues los creadores suelen inspirarse en criaturas ya existentes para crear seres vivos interesantes para el espectador.
Un buen ejemplo son las películas de Avatar. Quizá el argumento puede parecer algo simple, pero es cierto que a nivel visual la película brilla por sí sola. Las luces, colores y realismo son de lo más puntero, pero, concretamente, lo que más impresiona es la coherencia biológica de las especies en el mundo natural que la película plantea.
Para empezar, existen diferencias claras entre las tribus inteligentes. La tribu del bosque cuenta con una gran altura y un cuerpo esbelto al igual que una pigmentación de la piel más oscura. De esta manera pueden escalar y moverse por los árboles con mayor facilidad.
Por otro lado, tenemos la tribu del mar, que presenta una caja torácica más grande para conseguir una mayor capacidad pulmonar y realizar apnea durante largos periodos de tiempo. Además, en esta tribu cuentan con los brazos y cola con formas más anchas y planas que la tribu del bosque, para mejorar la capacidad de nado.
Esta adaptación está claramente inspirada en la tribu bajau en Filipinas. Las gentes de esta tribu son capaces de estar hasta trece minutos bajo el agua, caminando por la superficie marina y cazando peces con arpones, llegando hasta los setenta metros de profundidad.
Aunque la apnea se puede entrenar, se ha demostrado que esta tribu se ha adaptado a esta práctica tras varias generaciones, como demostró un estudio donde se vio que el bazo de esta tribu era de media un 50% más grande que lo normal, órgano que almacena y distribuye glóbulos rojos (encargados de transportar oxígeno a los tejidos corporales e intercambiarlo por dióxido de carbono), entre otras funciones.
Además, presentaban una mutación genética anómala. Esta se encuentra en el gen PDE10A, el cual regula la secreción de hormona tiroidea T4. Esta hormona, entre otras funciones, está relacionada con el ritmo cardíaco, controlando la velocidad a la que el cuerpo quema calorías, eleva o baja la temperatura corporal y afectando a la fuerza muscular. Estas adaptaciones son realistas y quedan plasmadas en la película.
Y esto es solo el principio, pues estas películas muestran una gran cantidad de fauna y flora. Esta, aunque no deja de estar inspirada en seres vivos ya existentes, presenta una gran coherencia biológica de lo más resaltable.
Esta adaptación está claramente inspirada en la tribu bajau en Filipinas. Las gentes de esta tribu son capaces de estar hasta trece minutos bajo el agua
También nos muestran unos cetáceos, parecidos a ballenas, los cuales son extremadamente pacíficos e inteligentes. Estos presentan un número de extremidades igual que muchos seres terrestres del planeta: cuatro aletas delanteras y la cola resultante de la fusión de otras dos patas traseras.
Lo que sugiere que todas estas especies vienen de un ancestro común con seis extremidades, ya que los seres vivos terrestres vertebrados también presentan el mismo número de extremidades: dos pares delanteros y un par trasero. Esto ocurre igual en la tierra, donde los cetáceos son mamíferos con sus cuatro extremidades primigenias adaptadas a nadar, un claro ejemplo de divergencia adaptativa.
Y no solo eso, esta especie muestra una inteligencia similar a la de los humanos. Con su propio lenguaje, son capaces de comunicarse con mensajes complejos e incluso hacer canciones generando su propia cultura. De la manera que más se muestra esta inteligencia es a partir del aprendizaje de uno de los individuos de esta especie.
En cierto momento de la película, este es capaz de vencer a un cazador con el que se ha encontrado antes. Tras la experiencia acumulada de otros encuentros en los que consigue escapar de él, es capaz de adaptar su comportamiento y vencer al final de la película
Todo esto ocurre de manera similar a lo que sucede en la Tierra. Los cetáceos son de los seres vivos más inteligentes, al menos según la vara de medir de los humanos. Los delfines son capaces de resolver problemas complejos, tener interacciones sociales y cuentan con un complejo sistema de comunicación propio.
Estos son los ejemplos más claros y donde la película incide más. Pero hay infinidad de ellos.
Para acabar, hablaré del ciclo día/noche del planeta de esta película. Que en realidad no es un planeta, sino el satélite de un planeta gaseoso gigante. Este ciclo se produce cuando el planeta gaseoso gigante se interpone entre la estrella del sistema y el satélite, eclipsando toda la luz de esta estrella y dejándolo todo en oscuridad.
Y de esta manera se justifica algo que parece solo visual, como es la bioluminiscencia de todos los seres vivos cuando cae la noche. La explicación es simple. En la oscuridad, la bioluminiscencia cumple diversas funciones. Entre ellas están la comunicación y reproducción entre individuos de la misma especie y la atracción de presas. Existe una amplia variedad de organismos que la presentan: hongos, bacterias, insectos, crustáceos, moluscos y peces.
Lo dicho, pese al simple argumento de la película, es mucho más curioso fijarse en estos pequeños detalles. Desde luego es un trabajo del equipo de arte y científico maravilloso.
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