Esta iniciativa supuso un cambio de paradigma que pasó de una ciencia cuyos avances se centraban en la iniciativa de científicos individuales o de pequeños grupos y que pasó a estar dominada por proyectos a gran escala, por lo general financiados por gobiernos nacionales o grupos de gobiernos. No es un tema nuevo, ya que ha sido tratado con cierta frecuencia por la literatura y el cine. Sin embargo, el cómic generalmente se había conformado con enfocarlo desde el punto de vista de la ciencia ficción, para contar el efecto de la radiación, pero no había aparecido con la misma profusión en el campo de la no ficción.

No es un tema nuevo... Sin embargo, el cómic generalmente se había conformado con enfocarlo desde el punto de vista de la ciencia ficción...

Esta omisión se ha subsanado en los últimos años con la aparición de algunas obras que relatan la historia del Proyecto Manhattan desde diferentes puntos de vista. Así se pueden citar alguno de los cómics recientes que están relacionados con las personas y los hechos que fueron fundamentales en la creación de la bomba, como, por ejemplo, Fallout de Jim Ottaviani acompañado por varios artistas o Feynman de nuevo de Jim Ottaviani, en este caso acompañado por el dibujante Leland Myrick.

Otro cómics interesante en este sentido es La Bomba, obra creada en este caso para el mercado francobelga por los guionistas Alcante y L. F. Bollée, junto con el dibujante Denis Rodier.

La editorial Big Sur ha publicado recientemente una de estas obras. Se trata de Trinity, nombre de la primera prueba con una bomba nuclear que se realizó en los Estados Unidos. Este cómic, obra de Jonathan Fetter-Vorm, tiene la particularidad de que, como la película de Christopher Nolan, toma como eje central la figura de Robert Oppenheimer, aunque desde un punto de vista muy diferente.

No se trata de un cómic que, en su concepción original, trate de aprovechar el éxito de la película, ya que se publicó en 2012 en Estados Unidos y, como indica su subtítulo original, Una Historia Gráfica de la Primera Bomba Atómica (que en España se ha cambiado por Una Historia Gráfica del Proyecto Manhattan) está más interesado en todo el proceso científico que llevó a la creación de la bomba, así como a los efectos que esta produjo.

La historia toma como eje la primera bomba atómica que se probó en el desierto de Nuevo México en 1945, cuyo éxito dio como resultado los lanzamientos, algunos meses más tarde de las bombas de Hiroshima y Nagasaki. A partir de este eje el relato se divide en dos partes. En la primera parte se describe todo el proceso científico y militar que condujo al desarrollo de la bomba con un enfoque pedagógico y un rigor histórico impecable. No solo los hechos históricos están bien documentados, sino que hay varias descripciones científicas sobre la energía nuclear muy precisas, pero al mismo tiempo fáciles de entender para el lector.

La segunda parte está dedicada al lanzamiento de la bomba y sus efectos. Sin perder el rigor histórico, ya que está basada en los testimonios de personas involucradas en el lanzamiento, se incluye una carga emotiva no presente en la primera parte, analizando las consecuencias de la decisión norteamericana respecto al lanzamiento de la bomba. El rigor histórico de la primera parte hace que el mensaje de esta segunda llegue de forma más profunda al lector, ya que el punto de vista del autor se transmite con la misma precisión empleada en las descripciones científicas de la primera parte. Se trata, por tanto, de poner en consideración las consecuencias de un suceso que muchas veces se ha considerado como heroico, sobre la conciencia del pueblo estadounidense, aprovechando las virtudes comunicativas del cómic para narrar aspectos históricos de forma didáctica y efectiva.