Que mejor día que hoy, 19 de febrero —543 aniversario del nacimiento de Nicolás Copérnico— para presentar esta propuesta dentro de nuestra sección de turismo científico.
El Centro de Ciencias de Copérnico se encuentra en Varsovia y desde 2010 tratan de fomentar el descubrimiento y la comprensión del mundo, asumiendo la responsabilidad de los cambios que ocurren a nuestro alrededor, con el objetivo del desarrollo de la sociedad a través de la ciencia.
Desde Principia nos sentimos muy identificados con los valores con los que gobiernan desde este centro: cooperación, creatividad, innovación, honestidad y honradez, entre otros. Y no podemos estar más de acuerdo cuando aseguran que: «El progreso de la civilización se basa en los logros de la investigación científica, realzado por la reflexión humana. Tenemos el placer de la ciencia y utilizamos sus logros para fomentar el pensamiento crítico y el descubrimiento del mundo».
Echando un breve vistazo nos damos cuenta de la amplia oferta cultural que este lugar nos ofrece: desde exposiciones permanentes y temporales, a sesiones de laboratorio (a nadie le amarga un buen experimento), pasando por el planetario (tendría delito lo contrario tratándose de un museo que rinde homenaje al astrónomo Copérnico) y a lo que denominan proyectos especiales, consistente en eventos y actividades de diversa índole, como el «Picnic de la ciencia» o el «festival de las transformaciones»: un festival donde las artes plásticas y la ciencia se fusionan.
Entre las exposiciones temporales, destacamos Mirrors, all eyes on me, que puedes visitar hasta el 29 de mayo de 2016. En esta exposición te ofrecen la oportunidad de mirarse a sí mismo en una forma totalmente nueva.
También es destacable el Thinkatorium, cuyo lema ya evidencia su objetivo: piensas mejor de lo que te crees. Aquí, todos los visitantes, independientemente de su edad, conocimientos y habilidades, aprenderán ingeniería, retos científicos y lógicos usando objetos cotidianos (papel, clips, pelotas, gomas) y —aquí está la gracia— sin ningún tipo de instrucciones o límite de tiempo. Apasionante ¿no?
La diversión, entretenimiento y aprendizaje están aseguradas, ya sea a nivel individual, en grupos o familias. Como todo buen museo de ciencia que se precie podrás participar y tomar clases en sus workshops y laboratorios de biología, química, física y robótica, tanto en grupo como a nivel individual. Eso sí, asegúrate antes de ir porque algunas de estas actividades solamente se dan en los meses de verano.
Algo que no te puedes perder es el proyecto que ha dado el reconocimiento más notorio a este centro, por su originalidad: el Teatro de robots, donde los propios robots son los actores.
Pero si algo queremos destacar desde Principia, por encima del resto, es su sección dedicada al arte y la ciencia: Art + Science collection. En esta sección poseen una colección de arte interactivo con el objetivo de aportar una nueva perspectiva de la ciencia. Igual a los que leéis habitualmente Principia os suena algo de esto.
En esta maravillosa colección podrás encontrar objetos tan curiosos como el Copernichaos, una pieza de Mary Ziegler que representa la teoría del caos a través de un modelo del Sistema Solar bajo una cúpula de cristal. La obra está inspirada en una ilustración del trabajo de Copérnico «Sobre las revoluciones de las esferas celestes».
Otra de las obras que podemos encontrar es el «Kot Margot», de Arthur Ganson. En esta pieza, una pequeña silla actúa como un péndulo caótico. El brazo al que está unido la silla se mueve hacia arriba y hacia abajo, mientras que la silla puede girar libremente alrededor del punto de unión.
La obra «Leonardo» de Sharmanka, es una escultura cinética basada en dibujos y bocetos de Leonardo da Vinci, a quien los artistas retratados en el volante de la máquina.
En el Pipedream del artista Bruce Shapiro es otra instalación cinética donde se muestran imágenes de la Mona Lisa, Einstein o Marilyn Monroe mediante burbujas de aire. Curiosamente, tú también puedes ser el protagonista y ser retratado.
En Plant engine nos encontramos con una de las obras más reivindicativas. Consiste en una instalación de ocho esculturas cinéticas, incluidas en una especie de tambores con cubierta de vidrio. La obra refleja la relación entre el ser humano y la naturaleza, y nos recuerda que todos los habitantes de la Tierra estamos conectados y condenados a entendernos. La pieza apela a nuestra responsabilidad con el planeta en el que vivimos, y donde no estamos solos.
Existen múltiples obras curiosas además de las que hemos mencionado, pero la última que queremos destacar es el Reactable, un instrumento electrónico fabricado por la empresa española Reactable Systems. Este objeto consiste en una mesa que, a través de una interfaz intuitiva, se utiliza para experimentos de sonido. La música está hecha por unos bloques que se colocan sobre la mesa y en función de su colocación emiten un sonido distinto.
En definitiva, el Centro de ciencias de Copérnico es un sitio donde la imaginación se mezcla con el arte, la tecnología y los avances científicos para dar lugar a un espacio creativo donde aprender no es una obligación sino un efecto provocado por la curiosidad.
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