Riotinto, casi otro planeta

Por Javier Díaz-Romeral

Hace unos meses, en el articulo Vivir en un infierno ácido, os hablábamos de microorganismos que vivían bajo condiciones extremas en lugares donde, a priori, podríamos pensar que no tendría que haber ningún tipo de vida. Este lugar no era otro que la cuenca del río Tinto en la provincia andaluza de Huelva.

La existencia de estos microorganismos extremófilos llenando de vida unas aguas muy muy ácidas ha despertado el interés de diversas instituciones científicas, entre ellas la NASA, debido a las similitudes que presenta con la superficie del planeta Marte, siempre que obviemos un pequeño detalle: la presencia de oxígeno en la Tierra y la ausencia del mismo en Marte, claro está. Además, la localidad se encuentra situada en la Faja Pirítica Ibérica y es rica en plata, piritas de hierro y calcopiritas entre otros metales pesados, lo que ha hecho de esta una cuenca minera explotada por diferentes civilizaciones desde hace más de cinco milenios.

Entrada al Museo Minero. Foto ADD.

El Parque Minero de Riotinto es la entidad encargada de obtener, conservar y divulgar todo el patrimonio generado a lo largo de los 5000 años de historia de la comarca. Situado en un antiguo hospital de la compañía británica que explotó las minas entre 1873 y 1954 se encuentra el Museo Minero, donde por medio de diversas salas veremos la evolución de la minería e historia en la comarca desde la época romana hasta nuestros días. Hay que destacar la recreación de una mina romana donde podremos ver las duras condiciones de trabajo a las que estaban sometidos los esclavos.

Sala romana. Foto: Museo Minero.

El proyecto de explotación masiva de las minas por parte del consorcio británico Riotinto Company Limited supuso la creación de una rica estructura ferroviaria de via estrecha con más de 300 kilómetros, que además de dar servicio de mercancías y personas en la comarca, llegaba a conectar Riotinto con Huelva. Hoy en día, se han recuperado 12 kilómetros de la línea general que recorreremos en un antiguo tren minero con locomotora de vapor. Nos llevará, siempre en paralelo al curso del río Tinto, por una antigua zona industrial donde veremos espectaculares paisajes transformados por la mano del hombre.

 

Tren minero. Foto: Museo Minero. 

Foto: Virginia Gómez Malmagro.

Foto: Virginia Gómez Malmagro.

Foto: Virginia Gómez Malmagro.

Foto: Virginia Gómez Malmagro.

Foto: Virginia Gómez Malmagro.

Foto: Virginia Gómez Malmagro. 

Foto: Virginia Gómez Malmagro.

Corta de Hierro. Foto: Museo Minero.

Como imagen principal del artículo (y también a continuación) se puede ver una foto de la Corta Atalaya, que en su día fue una de las explotaciones más grandes a cielo abierto del mundo. Presenta unas dimensiones de 1200 metros de largo por 900 de ancho con una profundidad de 350 metros. Aunque en el pasado pudo visitarse, esta corta se encuentra fuera del Parque Minero y la empresa propietaria de los terrenos no permite actualmente la entrada. 

Corta Atalaya. Foto: HI.

La cuenca minera del río Tinto nos ofrece unos paisajes fuera de lo común donde la mano del hombre no pasa desapercibida. Paisajes que son casi de otro planeta, con habitantes tan extraordinarios que nos hacen pensar en la vida fuera de la Tierra. ¿Te lo vas a perder?

Más información en la página del Parque Minero de Riotinto

Para conocer más acerca de los microorganismos extremófilos de río Tinto puedes leer Vivir en un infierno ácido de Ernesto Diéguez en Principia

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