Kennedy Space Center

Por Javier Díaz-Romeral

Desde el principio de los tiempos los seres humanos hemos mirado a las estrellas fascinados por la belleza y la inmensidad del cosmos, innumerables cuerpos celestes que han mantenido viva nuestra la curiosidad ante lo desconocido, haciéndonos una invitación para superar todos los obstáculos y llegar al infinito… y más allá.

Como os contamos en el primer número de Principia Magazine, la llegada del hombre a la luna en 1969 supuso romper todas las barreras que nos separaban de esos astros que sólo podíamos observar y poner de manifiesto que somos capaces de salir ahí fuera.

Situado en Cabo Cañaveral (Florida, EEUU), El Kennedy Space Center ha sido testigo de primera línea desde el comienzo de la carrera espacial. Puesto en marcha para hacer posibles las misiones Apollo que llevaron al hombre a la luna —un gran paso para la humanidad—, durante las épocas siguientes se adaptó para el programa de transbordadores espaciales y más recientemente, además de dar servicio a las misiones propias de la NASA y la Fuerza Aérea Estadounidense, sirve de puerto espacial para los lanzamientos de la empresa de transporte aeroespacial SpaceX.

Como referencia mundial de la carrera aeroespacial, el centro Kennedy ofrece la oportunidad de visitarlo y dejarnos fascinados con todas las posibilidades que pone a nuestra disposición:


Transbordador Atlantis

Nos presentan el transbordador espacial Atlantis como sólo los astronautas en las misiones espaciales lo habían visto: rotado con las compuertas abiertas, como si estuviera realmente orbitando sobre la Tierra. No se trata de ninguna réplica, es la nave original que estuvo en servicio más de 20 años y que realizó 32 misiones entre las que estuvieron parte del montaje de la Estación Espacial Internacional y suministro de instrumentación al telescopio espacial Hubble. Para hacer más real nuestra experiencia, cuenta con multitud de presentaciones y elementos interactivos que nos harán sentir cómo era trabajar y estar a bordo del transbordador.

Programa Apolo/Saturno

Supuso el punto de partida de la carrera espacial Estadounidense Podremos ver de primera mano la cápsula de utilizada en la misión Apolo 14, una de las seis misiones tripuladas que consiguieron llegar a la Luna. El módulo de transporte necesario para llevar estas cápsulas a la luna era el Saturno V, que con más de 110 metros de largo ha sido el cohete más grande construido por la NASA.

Además, podremos revivir el momento de la llegada del hombre a la luna por medio de todo el material disponible y tocar una auténtica piedra lunar.


Rocket garden

En este gran espacio abierto que es, literalmente, un jardín de cohetes, donde veremos la evolución desde el primer cohete que se utilizó para romper la fuerza de la gravedad hasta los gigantescos Saturno utilizados en las misiones Apolo. Es cierto que la mayoría de los cohetes expuestos son réplicas o material sobrante de las misiones, ya que todos resultaban material de un solo uso. 


Entrenamiento

Si después de ver las aeronaves utilizadas en las misiones tripuladas queremos además sentir en nuestro pellejo la preparación necesaria para ser un astronauta, siempre que nuestro bolsillo nos lo permita —porque no es nada barato— podremos apuntarnos a un programa de entrenamiento de unas cinco horas donde nos prepararán para realizar diferentes misiones utilizando todo tipo de simuladores que pondrán a prueba nuestra fortaleza física y mental.


Eventos

Por si todo lo demás fuera poco, para planificar la visita podemos tener en cuenta la agenda de eventos del Centro Kennedy, de manera que podamos disfrutar de encuentros con auténticos astronautas que contestarán nuestras dudas, planificar visitas por las zonas de lanzamiento o incluso ser testigos en vivo y en directo de uno. Según escribo estas líneas, en tres días está planificado el lanzamiento de un satélite y algunas de las zonas habilitadas para verlo ya tienen las entradas agotadas.

Sin ningún tipo de duda, una visita más que recomendable.

Para saber más

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