Creactívate

Por Cristina Escandón

«Todos los niños nacen artistas. El problema es como seguir siendo artistas al crecer». Pablo Picasso

Una frase muy acertada la del maestro malagueño y que advierte la realidad de que existe algo en el sistema educativo, en la cultura, que hace que cuando dejamos de ser niños perdamos ese toque creativo, ese punto de imaginación tantas veces necesario en nuestro día a día, no solo en las profesiones más creativas. Quizás no se pierde, tal vez sigue formando parte de nosotros, solo que dejamos de expresarlo, lo mantenemos oculto, temeroso de salir a la luz en nuestras pragmáticas vidas.

Aunque parezca algo etéreo, propio de artistas bohemios a la espera de la inspiración divina, e indefinible, la creatividad es un concepto fácil de definir, y —como proceso— algo perfectamente establecido, aunque con matices.

Hace pocos días, impartiendo un taller de ciencia e ilustración —de los que habitualmente hacemos en Principia— para los más niños (de edades comprendidas entre los 3 y los 13 años), les puse a prueba recordando la charla del gran ilustrador Puño.

Les pregunté: ¿quién sabe dibujar? Estaba bastante segura de la respuesta: todos, absolutamente, levantaron la mano. ¡Todos sabían y querían dibujar! A los más pequeños —niños de 3 y 4 años— no les importaba estar rodeados de otros niños más grandes —de 11, 12 y 13 años— que pudieran hacerlo mejor, ni al revés. Nadie se sentía intimidado por las posibles capacidades de los otros: todos ellos sabían dibujar. 

Según Puño —y coincido plenamente con él—, si esa misma pregunta la hiciésemos a un grupo de adultos reunidos al azar, lo más probable es que casi ninguno levantara la mano. ¿Cuál es la diferencia? Probablemente el entorno, las referencias que tenemos, que al final se tornan en limitaciones y barreras. Por supuesto que no todos dibujamos como Fernando Vicente o el ilustrador Puño, pero la mayoría sabemos dibujar, a nuestra manera, mejor o peor, y mediante ese dibujo somos capaces de comunicar algo. Nos llevará más o menos tiempo, será más o menos elaborado o eficaz, pero conseguiremos que cumpla su función. Al fin y al cabo es una manera de expresarnos, como escribir.

Quizás también seamos víctimas del sentimiento de vergüenza, ese que casi todos tenemos a ser ridiculizado, algo que —por otro lado— es muy ejpañol: nos reímos, desde la barrera, de todo aquel que muestra su arrojo, ya sea tratando de hablar espanglis en nuestro viaje del fin de semana en Londres o emprendiendo. Si no lo haces bien, serás acusado, señalado y diana de todas las burlas, al más puro estilo Nelson. Yo, sinceramente, no haría ni caso de los que se burlan de los más intrépidos. 

Nelson. Los Simpsons - Principia

En otros casos, quizás también juegue un papel importante en nuestras limitaciones la autoexigencia. Sobre este tema, como os comentaba, para mí fueron reveladoras las palabras de este ilustrador. Por eso os invito a que veáis este video y aunque parezca que está dedicado al mundo de la ilustración, cualquiera puede aplicarlo a su campo, incluso los científicos pueden aplicarlo perfectamente a su labor investigadora. 

La creatividad, como casi todo en la vida, hay que cuidarla, mimarla y entrenarla. En la investigación, como en otras muchas áreas, es imprescindible. Creatividad, inspiración, perseverancia, trabajo duro, aprender de los errores… son fundamentales para el desarrollo de invenciones novedosas y descubrimientos originales.

¿Cómo entrenar la creatividad? Aunque es un proceso en el que existen unas normas básicas, también es cierto que cada maestrillo tiene su librillo. En mi caso, comencé saliendo de la zona de confort, recordando qué era aquello que me gustaba antes de que la rutina me hiciera rodar de manera uniforme. Fue en esa búsqueda cuando descubrí capacidades que creía no tener. Yo dibujo, a mi manera, y cuando lo hago saco la niña que llevo dentro. Aunque quizás sea al revés: es la niña que aún conservo la que agarra los lápices y el cuaderno y hace callar a la adulta cuadriculada que la alberga.

En este sentido, navegando por internet me he topado con Mike Stimpson, un programador de videojuegos que no descuida su lado más creativo tanto como programador como disfrutando como un niño con su segunda profesión: fotógrafo de juguetes. Su afición es fotografiar escenas creadas con juguetes LEGO, cosechando un gran éxito entre el público, incluso su trabajo ha llamado la atención de la prensa nacional en el Reino Unido, y ha salido en la BBC. Este artista genera situaciones de lo más cotidianas y seguro que al ver sus fotografías volverás a reencontrarte con el niño o la niña que llevas dentro.

Créditos: Mike Stimpson
Créditos: Mike Stimpson
Créditos: Mike Stimpson
Créditos: Mike Stimpson
Créditos: Mike Stimpson
Créditos: Mike Stimpson
Créditos: Mike Stimpson
Créditos: Mike Stimpson

Otro artista, que me ha cautivado por su originalidad es el fotógrafo Jorge Sáenz, un niño tras una cámara que ha creado la #dinodinaseries, en la que incorpora un pequeño rebaño de dinosaurios de juguete que vuelven a la vida como turistas que comparten con el artista sus aventuras. Todo comenzó cuando Jorge Sáenz compró un Brachiosaurus de juguete al que llamó Dino en un mercado de pulgas en La Paz, Bolivia, y compartió algunas fotos en redes. La foto fue un éxito que le pilló por sorpresa. Así, Sáenz decidió dar a Dino unos amigos: «Dina el Stegosaurus, espinosa del Spinosaurus, y Braqui, un Brachiosaurus de color marrón, que también pasa a ser la novia de Dino». 

Créditos: Jorge Sáenz - Principia
Créditos: Jorge Sáenz 
Créditos: Jorge Sáenz - Principia
Créditos: Jorge Sáenz 
Créditos: Jorge Sáenz - Principia
Créditos: Jorge Sáenz 
Créditos: Jorge Sáenz - Principia
Créditos: Jorge Sáenz 
Créditos: Jorge Sáenz - Principia
Créditos: Jorge Sáenz 
Créditos: Jorge Sáenz - Principia
Créditos: Jorge Sáenz 
Créditos: Jorge Sáenz - Principia
Créditos: Jorge Sáenz 

Así que, si quieres entrenar tu creatividad, repasa el proceso creativo, busca algo que te apasione, sal de tu zona de confort, y busca ese niño o niña que llevas dentro.

Para disfrutar más:

Página web de Mike Stimpson.
Flickr de Mike Stimpson.
Instagram de Jorge Sáenz.

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