Consiguen reducir la sed de sangre de los mosquitos
Científicos estadounidenses han identificado una serie de compuestos capaces de disminuir el apetito de los mosquitos y, por ende, que no sientan atracción por picar a los humanos. Esta estrategia podría ser clave para la prevención de enfermedades infecciosas transmitidas por estos vectores.
Ya es de noche, el cansancio puede contigo y en lo único que piensas es en meterte en la cama y caer en los brazos de Morfeo. Pero ¡vaya!, parece que alguien quiere mantenerte en vilo. El sonido de un mosquito volando, curiosamente haciendo ochos alrededor de tu oreja. El ruido cesa y te temes lo peor. Efectivamente, al poco tiempo te empieza a picar el brazo y sabes que el muy maldito te acaba de picar. Pero lo peor es que tienes nociones de microbiología, sabes que estos insectos pueden ser transmisores de enfermedades infecciosas, te emparanoias y ya no vas a poder dormir.
Sobre todo por el gran problema de salud que conllevan, la comunidad científica investiga diferentes maneras de frenar a estos vectores, como por ejemplo con insecticidas o desde la prevención con vacunas. Este jueves 7 de febrero, un equipo de la Universidad Rockefeller, en los Estados Unidos, ha publicado en Cell una novedosa estrategia que podría dar punto y final a las picaduras de los mosquitos. Se basa en inducir mediante fármacos una sensación de saciedad en estos insectos, por lo que no tendrían ganas de picar a nadie.
Los mosquitos, después de haberse nutrido de la sangre de alguien, no vuelven a tener apetito hasta pasados varios días. Durante este tiempo no pican porque no sienten la necesidad; debe de haber algo a nivel molecular que retenga su atracción hacia sus víctimas. Los autores de este trabajo se propusieron entender las vías de hambre y saciedad de Aedes aegypti, el mosquito portador del virus del dengue y del de la fiebre amarilla, pero también de otras enfermedades como la chikunguña, la fiebre de Zika y el virus Mayaro.
Para empezar la exploración, emplearon fármacos dietéticos fabricados, en principio, para humanos. Surtieron efecto en los mosquitos y consiguieron identificar el receptor sobre el que actuaban: el receptor 7 del tipo neuropéptido Y, abreviado como NPYLR7. Se estudiaron 265 211 compuestos en células de cultivo, de los cuales seis eran altamente selectivos para este receptor y, al ser probados en mosquitos, inhibían la atracción de estos hacia los humanos.
Aún falta más investigación para poder controlar el apetito de estos vectores y sobre cómo trasladar esta estrategia fuera del laboratorio, en su hábitat natural. Hay que tener en cuenta que con esto no se pretende erradicar a la especie, porque eso conllevaría a un desequilibrio en el ecosistema. La intención de estos científicos es disminuir el apetito unos días para que no se reproduzcan tanto —las hembras necesitan la sangre para aportar aminoácidos a sus huevos y que lleguen a desarrollarse— y, así, reducir la transmisión de enfermedades infecciosas.
Paleontólogos argentinos describen por primera vez un dinosaurio que vivió hace unos ciento cuarenta millones de años. Su característica principal son una serie de espinas, inclinadas hacia el frente, que le recorren el cuello y la espalda, posiblemente desempeñando un papel de defensa contra posibles depredadores.
Un nuevo estudio demuestra que las abejas tienen la capacidad de comprender operaciones aritméticas como la adición y la sustracción a partir de figuras de colores, asociando un tono a la suma y otro a la resta.
La superficie de nuestro planeta ha registrado este año pasado un aumento de las temperaturas respecto a la media. Estos datos colocan al 2018 como el cuarto año más caluroso registrado, según informes de la NASA y de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Científicos estadounidenses han identificado una serie de compuestos capaces de disminuir el apetito de los mosquitos y, por ende, que no sientan atracción por picar a los humanos. Esta estrategia podría ser clave para la prevención de enfermedades infecciosas transmitidas por estos vectores.