Abejas macho que protegen los nidos como estrategia de reproducción
Por primera vez, se ha documentado en una especie de abeja (Ceratina nigrolabiata) un comportamiento nunca antes visto. Los machos cuidan de los nidos de las crías mientras las hembras buscan alimento, pero es que, en la mayoría de los casos, ni siquiera son padres de ninguna de ellas. Los investigadores opinan que podría tratarse de una estrategia por parte del macho para generar descendencia.
No todas las abejas viven en colonias dentro de una colmena. Existen especies que se las apañan bien solas, como en el caso de la Ceratina nigrolabiata. Esta es una abeja de color negro azul verdoso, que se distribuye por el sur de Europa y que, a diferencia de las típicas abejas melíferas, no viven en comunidad y las hembras pueden aparearse en diferentes momentos de su vida. Ellas excavan la médula de los tallos de las plantas y ahí es donde ponen sus huevos. Sin embargo, al no vivir en comunidad, tiene que ser la misma madre la que vaya a buscar el néctar y el polen para alimentar a sus crías. Las tiene que abandonar durante un rato, pero eso no significa que queden desamparadas.
Este lunes 11 de marzo la revista Proceedings of the National Academy of Sciences publica un estudio realizado por investigadores de la Universidad Carolina, en la República Checa, en el que se describe un fenómeno muy raro de ver en insectos: el cuidado biparental de las crías. Observaron setenta y ocho nidos de Ceratina nigrolabiata durante noventa minutos y fueron testigos de cómo una abeja macho se quedaba siempre en la entrada del nido, montando guardia, mientras la madre salía a buscar comida.
Los científicos colocaron hormigas que amenazaban la seguridad de las crías y las abejas macho las interceptaron, bloqueándoles el paso con su retaguardia. En la mayoría de los casos hasta las empujaron fuera del nido. Cuando volvía la madre, esta se rascaba contra el abdomen del macho, él le daba paso, y ella alimentaba a las crías.
Lo curioso de todo esto es que, de los dos cientos sesenta y cinco nidos que se han analizado, solo el veintinueve por ciento de los machos había engendrado mínimo una cría del nido que protegían. En otras palabras: la mayoría no tenían relación de parentesco alguna. Entonces, ¿a qué se debe este comportamiento?
Los autores del estudio sugieren que se trata de una estrategia de reproducción. Cuanto más tiempo la abeja macho ronda cerca de la hembra, mayor probabilidad hay de que acabe siendo fertilizada por él. El hecho de cuidar del nido sería un efecto secundario del verdadero propósito del macho, que sería el de dejar descendencia.
Estos son los primeros datos sobre el cuidado biparental en abejas. Es un comportamiento raro de ver en insectos, pero no el único. Algunos escarabajos del pino de montaña (Dendroctonus ponderosae), por ejemplo, también cooperan macho y hembra en la crianza. Investigar las conductas de estos pequeños animalillos nos puede ayudar a entender cómo funciona el ecosistema y la evolución de las especies.
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