Consiguen retroceder en el tiempo con un ordenador cuántico
Un grupo de físicos rusos han logrado cambiar el sentido de la flecha del tiempo y que se mueva hacia el pasado en vez de hacia el futuro, al menos por una fracción de segundo. Para ello, han empleado un ordenador cuántico, un programa de evolución y otro especial que lleva al ordenador de un estado caótico a uno ordenado, desafiando la segunda ley de la termodinámica.
El sueño de muchos científicos y amantes de la ciencia ficción está cada vez más cerca. No estamos hablando de ningún vehículo como en Regreso al futuro, la cabina de policía de Doctor Who, ni del giratiempo de Hermione Granger. Nos referimos a unos y ceros. Y es que un grupo de científicos del Instituto de Física y Tecnología de Moscú han conseguido volver al pasado —al menos durante una fracción de segundo— un estado cuántico en un ordenador cuántico usando un algoritmo cuántico. Todo muy cuántico.
La gracia de este tipo de computación es que trabaja con cúbits, la versión cuántica de los bits. Si un bit puede contener o un cero o un uno, un cúbit puede contener un cero, un uno, o una superposición de ambos estados. Así pues, el experimento consistía en cuatro fases. Primero se empezaba con dos cúbits —aunque luego hicieron la prueba con tres— en un estado fundamental, llamado cero; como si el espacio en el que se trabajaba fuese una mesa de billar y los bits cuánticos las bolas. En segundo lugar, se ejecutaba un programa de evolución que inicia un patrón cambiante de unos y ceros en los cúbits; las bolas han chocado y se separan. A continuación, entraba en juego el algoritmo cuántico que provocaba que el sistema evolucionase al revés, del caos al orden, burlando la segunda ley de la termodinámica. Este programa especial pretendía simular la fluctuación aleatoria del fondo de microondas que actúa sobre un electrón, salvo que en este caso no se dio al azar, sino intencionadamente. Por último, se volvía a poner en marcha el programa de evolución. Si el algoritmo cuántico había procedido con éxito, se conseguía rebobinar en el tiempo el estado de los cúbits y que retornaran al estado fundamental con el que se iniciaba el experimento.
Los resultados, publicados este miércoles 13 de marzo en Scientific Reports, revelan que en el ochenta y cinco por ciento de los casos se consiguió que los dos cúbits volvieran a su estado inicial. Al añadirle un cúbit más, este porcentaje se redujo al cincuenta por ciento, aproximadamente. Los autores concluyen que estos errores se deben al ordenador cuántico. Esperan que con el diseño de nuevos aparatos más sofisticados se logre una mayor tasa de éxito y que la investigación sobre la flecha del tiempo —que ya sabemos que no es unidireccional— avance.
Consiguen aprovechar las señales gravitacionales previas a las ondas sísmicas para percibir anticipadamente los terremotos. Se prevé que la nueva tecnología desarrollada alertaría diez segundos antes de los primeros temblores, un tiempo que puede resultar crucial para salvar vidas.
Por primera vez, se ha documentado en una especie de abeja (Ceratina nigrolabiata) un comportamiento nunca antes visto. Los machos cuidan de los nidos de las crías mientras las hembras buscan alimento, pero es que, en la mayoría de los casos, ni siquiera son padres de ninguna de ellas. Los investigadores opinan que podría tratarse de una estrategia por parte del macho para generar descendencia.
Un estudio ha trasplantado núcleos celulares de restos de un mamut de hace veintiocho mil años en ovocitos de ratón, con el objetivo de que en un futuro se le pueda devolver la vida a este animal extinto. Las células resultantes mostraban actividad biológica, aunque en ningún caso llegaron a dividirse por completo, posiblemente debido al daño en el ADN acumulado a lo largo de los años.
Un grupo de físicos rusos han logrado cambiar el sentido de la flecha del tiempo y que se mueva hacia el pasado en vez de hacia el futuro, al menos por una fracción de segundo. Para ello, han empleado un ordenador cuántico, un programa de evolución y otro especial que lleva al ordenador de un estado caótico a uno ordenado, desafiando la segunda ley de la termodinámica.