Un estudio ha trasplantado núcleos celulares de restos de un mamut de hace veintiocho mil años en ovocitos de ratón, con el objetivo de que en un futuro se le pueda devolver la vida a este animal extinto. Las células resultantes mostraban actividad biológica, aunque en ningún caso llegaron a dividirse por completo, posiblemente debido al daño en el ADN acumulado a lo largo de los años.
Yuka apenas era una cría de mamut lanudo (Mammuthus primigenius) cuando falleció hace aproximadamente veintiocho mil años. No fue hasta el 2010 que se encontraron sus restos —bastante bien conservados— en el permafrost siberiano y se pudo estudiar más a fondo esta especie, extinta hace unos diez mil años.
Las últimas investigaciones sobre este animal son bastante ambiciosas. Sin ir más lejos, científicos de la Universidad Kindai, en Japón, han llevado a cabo una estrategia para poder revivir al mamut y a otras especies extintas en un futuro. Para ello, procedieron a trasplantar núcleos de células musculares de los restos de Yuka en ovocitos de ratón. Los resultados, publicados este mismo lunes 11 de marzo en Scientific Reports, confirman que, de las veinticuatro células resultantes, en veintiuno de ellas las proteínas que forman los cromosomas se reunían en torno al núcleo. Y, por si fuera poco, en cinco de estas células se presentaban indicios del comienzo de una típica división celular, aunque el proceso no se completó en ninguna.
Los autores lo atribuyen al daño significativo del ADN del mamut. De esta manera, si se hallasen células de mamut mejor conservadas, el proceso de división celular podría tener lugar. La idea es avanzar por este camino para que, en un futuro, en vez de ovocitos de ratón se empleen ovocitos de elefante y, con el núcleo celular de mamut trasplantado, inyectarlos en una elefanta para que pueda dar a luz a un mamut. O a una quimera.
Como ya he mencionado antes, es un proyecto muy ambicioso y que requiere bastantes años de investigación. Por lo pronto, este estudio nos muestra que, a pesar de haber transcurrido miles de años, la actividad celular aún puede despertarse.
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Por primera vez, se ha documentado en una especie de abeja (Ceratina nigrolabiata) un comportamiento nunca antes visto. Los machos cuidan de los nidos de las crías mientras las hembras buscan alimento, pero es que, en la mayoría de los casos, ni siquiera son padres de ninguna de ellas. Los investigadores opinan que podría tratarse de una estrategia por parte del macho para generar descendencia.
Un estudio ha trasplantado núcleos celulares de restos de un mamut de hace veintiocho mil años en ovocitos de ratón, con el objetivo de que en un futuro se le pueda devolver la vida a este animal extinto. Las células resultantes mostraban actividad biológica, aunque en ningún caso llegaron a dividirse por completo, posiblemente debido al daño en el ADN acumulado a lo largo de los años.
Un grupo de físicos rusos han logrado cambiar el sentido de la flecha del tiempo y que se mueva hacia el pasado en vez de hacia el futuro, al menos por una fracción de segundo. Para ello, han empleado un ordenador cuántico, un programa de evolución y otro especial que lleva al ordenador de un estado caótico a uno ordenado, desafiando la segunda ley de la termodinámica.