Método para levitar y propulsar objetos mediante luz
Descubren de manera teórica cómo levitar y propulsar objetos macroscópicos con tan solo haces de luz. La clave reside en el grabado nanométrico en la superficie del objeto para que el láser choque y no se refleje simplemente. Se pretende que en un futuro pueda aplicarse en naves espaciales, que viajarían sin combustible, solo con la luz.
¿Quién no ha soñado con tener superpoderes? Volar es uno de los preferidos para la mayoría. ¿Y cómo no? Desplazarte por el cielo, acariciando las nubes, evitando el espantoso tráfico de la hora punta… ¿Y qué me decís de la telequinesia? Que la bebida fresquita y las palomitas vengan a ti flotando desde la cocina sin tener que levantarte del sofá. El sueño de todo buen gandul.
Un sueño al que se acerca una reciente investigación del Instituto de Tecnología de California (Caltech), y es que han conseguido dar con la teoría para que esto pueda llegar a ser una realidad. Han diseñado un método que capacitaría a cualquier objeto —sin importar forma o tamaño— para levitar y propulsarse sirviéndose de la luz. El artículo ha sido publicado este mismo lunes 18 de marzo en Nature Photonics.
Para que se dé la magia, es clave crear unos grabados nanométricos específicos en la superficie del objeto. Cuando la luz interactuase con el grabado, el objeto respondería enderezándose y manteniéndose en el haz de luz. Por lo tanto, lo importante no es la fuente de luz, que puede provenir de millones de kilómetros de distancia, sino el diseño de los objetos en sí, destinados a ser levitados y propulsados por fotones.
La aplicación más ambiciosa de este método es emplearlo como medio de propulsión de nuevas naves espaciales. Naves que tendrían que ser construidas con ese propósito, ya que requerirían construirse con estructuras a nivel nanoscópico, pero que no necesitarían combustible. Con tan solo una luz láser en la Tierra la nave podría viajar a altas velocidades y largas distancias, fuera de nuestro Sistema Solar.
Un estudio reciente sugiere que los humanos poseemos magnetorrecepción, al igual que otros animales. Los autores llegaron a esta conclusión al analizar los distintos patrones de ondas cerebrales que se producían cuando los voluntarios eran sometidos a un cambio en el campo magnético.
Dos científicos han estudiado el sistema auditivo de los aligátores y han comprobado que comparten la misma estrategia que las aves para formar mapas neuronales del sonido. Esta similitud es probable que la hayan heredado de su ancestro común: los primeros arcosaurios, quienes precedieron a los dinosaurios.
Karen Uhlenbeck se ha convertido en la primera mujer en recibir el premio Abel, el equivalente a un Nobel en el campo de las matemáticas. Se le ha otorgado por su investigación sobre análisis geométricos y teoría gauge, con un gran impacto en análisis, geometría y física matemática.
Descubren de manera teórica cómo levitar y propulsar objetos macroscópicos con tan solo haces de luz. La clave reside en el grabado nanométrico en la superficie del objeto para que el láser choque y no se refleje simplemente. Se pretende que en un futuro pueda aplicarse en naves espaciales, que viajarían sin combustible, solo con la luz.