Las observaciones realizadas en el observatorio ALMA, Chile, han permitido localizar la acumulación de polvo en el disco que rodea a la estrella TW Hydrae. Esta acumulación es muy posible que sea un planeta que está creciendo o en proceso de formarse a partir de esa acumulación de polvo. La estrella central, es la estrella joven más cercana a nuestro sistema solar, situada a 194 años luz, en la constelación de Hidra.
Ya las observaciones anteriores de esta estrella revelaron que el disco está formado de anillos, gracias a las nuevas observaciones de mayor sensibilidad obtenidas con ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) se ha podido detectar una acumulación de polvo en el disco que no se conocía. La aglomeración de material tiene una forma ovalada con un ancho aproximadamente igual a la distancia entre el Sol y La Tierra, y una longitud de cuatro veces y media esa medida. Acumulando una masa que sería unas treinta veces más pequeña que la de nuestro Sol.
La investigación que ha sido realizada por investigadores japoneses, británicos y americanos, se ha publicado en The Astrophysical Journal Letter. En la publicación se plantean dos posibles explicaciones para la aglomeración de polvo observada, la más probable conduce a pensar que se trata de un disco circumplanetario que rodea a un planeta en formación de un tamaño similar al de Neptuno y que le proporciona material. Mientras que la segunda opción, contempla la posibilidad de que sea un remolino de gas que ha atrapado una gran cantidad de partículas de polvo a su alrededor.
Los planetas se suelen formar en discos de polvo y gas que rodean a estrellas jóvenes. Las pequeñas partículas de polvo se van uniendo progresivamente formando rocas, y finalmente los planetas. De forma teórica se considera que el protoplaneta suele estar rodeado de un disco circumplanetario del que va atrapando material hasta formarse el planeta final. No obstante, la forma ovalada de la acumulación de polvo y el brillo que emite no se ajustan completamente con las predicciones teóricas esperadas. Por otro lado, la presencia de remolinos de gas suele ser habitual alrededor de estrellas jóvenes, pero en este caso el inconveniente es que solo se ha observado uno, cuando deberían ser varios según lo que predice los estudios teóricos.
Para poder llegar a una conclusión más clara los investigadores proponen la observación en el rango del infrarrojo, en el que se podría observar si existe gas caliente, que rodearía al potencial planeta en formación.
La estrella TW Hydrae es una estrella joven de unos 8 millones de años y una temperatura de 4 000 grados, en comparación con nuestro Sol que tiene unos 4.6 mil millones de años y unos 5 500 grados. La presencia de un disco de polvo y gas que la rodea es un objetivo ideal para la observación de los procesos de formación de planetas.
Referencia: T. Tsukagoshi et al. 2019. Discovery of an au-scale excess in millimeter emission from the protoplanetary disk around TW Hya. Astrophysical Journal Letters
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