Mediante dos enzimas segregadas por una bacteria intestinal sería posible transformar el grupo sanguíneo A en grupo 0, aumentando las reservas de sangre del tipo universal en el uso clínico.
La posibilidad de transformar sangre de tipo A al tipo universal sería posible gracias a dos enzimas secretadas por una bacteria de la microbiota intestinal, Flavonifractor plautii, que degradan los antígenos presentes en los glóbulos rojos de la sangre de tipo A, pasando a ser sangre del tipo 0 con el mismo Rh, y siendo necesario para ello solo una pequeña cantidad de las enzimas. Su aplicación es muy interesante en el campo médico ya que podría ayudar en la práctica de las transfusiones y amplía las posibilidades para el abastecimiento de sangre, en caso de no haber suficientes donaciones, o no tenerse claro el grupo sanguíneo del paciente.
La investigación realizada en la Universidad de la Columbia Británica, Canadá, ha sido publicada en la revista Nature Microbiology, justifica la búsqueda en la microbiota intestinal debido a que los antígenos de los grupos sanguíneos A y B son similares a lo que hay dentro las mucinas en las paredes intestinales. Las mucinas, que son el principal constituyente de la mucosa intestinal, funcionan tanto como barrera para las bacterias intestinales como puntos de acoplamiento. También en muchos casos son fuente de nutrición para los componentes del microbioma intestinal, por lo que algunas de las baterías presentes debían tener la capacidad de aferrarse a los antígenos presentes y degradarlas. Y de ahí que puedan ser útiles para la transformación de los grupos sanguíneos.
Para el estudio se utilizaron muestras fecales de un hombre sano, de grupo sanguíneo AB+, de las que se aislaron diferentes microorganismos, y se observó cómo actuaban en diferentes muestras de sangre humana. Encontrando la bacteria Flavonifractor plautii como la adecuada para atrapar los antígenos del grupo sanguíneo A.
Los antígenos son un tipo de azucares marcadores que se encuentran en la superficie de los glóbulos rojos y los identifica como grupo sanguíneo. En los grupos sanguíneos A y B los glóbulos rojos poseen los antígenos A y B respectivamente en la superficie de los glóbulos rojos, en cambio en el grupo 0 no existen tales antígenos. Por ello se considera el donante universal. En el caso de que se mezclasen dos tipos de sangre con antígenos diferentes el sistema inmunitario actuaría provocando la destrucción de los glóbulos rojos incompatibles generando anemia, shock, o incluso la muerte.
Los investigadores son cautos en las conclusiones obtenidas ya que ha de comprobarse en futuras investigaciones que los antígenos se eliminan totalmente de los glóbulos rojos, y que las enzimas utilizadas para la transformación no tengan efectos adversos posteriores en los pacientes.
Referencia: P. Rahfeld et al. 2019. An enzymatic pathway in the human gut microbiome that converts A to universal O type blood. Nature Microbiology
A causa del calentamiento global los suelos congelados de permafrost se derriten, lo que genera un aumento de la actividad orgánica y provoca una mayor emisión de dióxido de carbono de la esperada.
Según una investigación en ratones, ante una infección de gripe la microbiota intestinal produce señales que activan la acción protectora de las células que recubren el tejido pulmonar. Si se utiliza en estos casos un tratamiento con antibióticos los síntomas son más intensos y reduce las defensas del paciente.
Mediante dos enzimas segregadas por una bacteria intestinal sería posible transformar el grupo sanguíneo A en grupo 0, aumentando las reservas de sangre del tipo universal en el uso clínico.