El 17 de julio de 1912 falleció Jules Henri Poincaré, matemático, físico, ingeniero y filósofo.

Destacó en todos los campos de las Matemáticas, por lo que se le conoce como «el último universalista».

Hizo muchas contribuciones originales a las matemáticas puras y aplicadas (se le considera uno de los fundadores del campo de la topología.), a la física matemática y a la mecánica celeste. Fue responsable de formular la conjetura de Poincaré, que fue considerado uno de los problemas no resueltos más famosos en matemáticas hasta que fue resuelto en 2002-2003 por el matemático ruso Grigori Perelman. En su investigación sobre el problema de los tres cuerpos, Poincaré se convirtió en la primera persona en descubrir un sistema caótico determinista que sentó las bases de la teoría moderna del caos. 

Poincaré dejó clara la importancia de la invariancia de las leyes de la física en diferentes transformaciones, y fue el primero en presentar las transformaciones de Lorentz en su forma simétrica moderna. Descubrió las transformaciones de velocidad relativistas restantes y dejó constancia de ello en una carta a Hendrik Lorentz en 1905. Con este trabajo obtuvo la perfecta invariancia de todas las ecuaciones de Maxwell, un paso importante en la formulación de la teoría de la relatividad especial.

Otra de sus contribuciones fundamentales de Poincaré fue que propuso por primera vez ondas gravitacionales (en 1905) que emanaban de un cuerpo y se propagaban a la velocidad de la luz como lo requieren las transformaciones de Lorentz.

Sin ninguna duda, Poincaré fue un verdadero gigante de la ciencia.