Lo que las muestras recogidas en La Luna nos pueden seguir contando
Las muestras recogidas en las misiones Apolo nos han ayudado a saber más de la formación lunar y su estructura, así como de la formación del Sistema Solar. Gracias a nuevos avances tecnológicos se podría extraer más información de ellas.
En las misiones Apolo entre 1969 y 1972 de La Luna se cogieron 2 200 muestras de un peso total de 382 kg. Estas muestras ayudaron a conocer de forma más completa tanto los procesos de formación y estructura de nuestro satélite, y desechar hipótesis falsas al respecto, así como proporcionaron información sobre los procesos de formación planetaria en nuestro entorno.
Gracias a las muestras analizadas de La Luna se tuvieron pruebas fiables de que la formación planetaria es un proceso violento. Antes del análisis de estas pruebas la teoría consideraba que la formación planetaria era un proceso a bajas temperaturas en el que se iban acumulando pequeños objetos lentamente. Además, el estudio de las muestras probó que la formación de La Luna tampoco fue un proceso a baja temperatura ni que las zonas oscuras que se observan desde la tierra, y se conocen como océanos, fueran zonas en las que anteriormente había existido agua y se había evaporado. Sino zonas rellenas de magma que erupcionó mucho después de que se formasen.
El análisis de las muestras, según afirma la investigación publicada en Science en un número especial por la conmemoración del 50 aniversario de la llegada a La Luna, proporcionó información de la composición y estructura de nuestro satélite muy valiosa, ya no sólo por sí misma sino como registro temporal de los hechos acaecidos en nuestro entorno. La superficie lunar tiene una edad de unos 4 000 millones de años, incluso algunas zonas puede llegar hasta los 4 400 millones de años. En comparación la edad de la superficie terrestre es de apenas 200 millones de años. Así el registro cronológico de los cráteres lunares determinado por las muestras recogidas puso las bases para las estimaciones de la edad de las superficies planetarias y proporcionó evidencias de la naturaleza dinámica del Sistema Solar durante la formación planetaria.
El científico Richard Carlson responsable del estudio, resalta que la información obtenida de las muestras en algunos casos ha dependido de las limitaciones tecnológicas. Como ocurrió con la tardía comprobación del contenido de agua en las muestras realizada hace solo una década, gracias a técnicas analíticas nuevas que permitieron su detección. De ahí que el científico proponga que gracias al avance de nuevas técnicas que están por venir se pueda conocer más información en su análisis, como más datos de la fase de separación de luna y la Tierra, o medidas sobre el campo magnético lunar.
Referencia: Richard Carlson. 2019. Analysis of lunar samples: Implications for planet formation and evolution. Science.
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Las muestras recogidas en las misiones Apolo nos han ayudado a saber más de la formación lunar y su estructura, así como de la formación del Sistema Solar. Gracias a nuevos avances tecnológicos se podría extraer más información de ellas.