Algas unicelulares y bacterias para producir hidrógeno
La asociación de algas verdes y bacterias genera más hidrógeno que en su actividad independiente. Este proceso tiene aplicaciones tanto para el tratamiento de desechos contaminantes como para el uso del hidrógeno como combustible.
En el cultivo conjunto de la alga verde Chlamydomonas reinhardtii con la bacteria Escherichia coli los investigadores han obtenido que la cooperación de ambas da lugar a una producción un 60% mayor que la suma de la producción de hidrógeno de cada una de ellas en cultivos independientes. El estudio, realizado por científicos del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Córdoba en colaboración con la Universidad de Teherán, se basa en la capacidad que posee la alga para consumir el ácido acético generado por la bacteria. Este entorno ácido beneficia a ambos seres vivos en la producción de biohidrógeno.
Los científicos han valorado la posibilidad de asociación de la alga verde con otras dos bacterias conocidas que establecen relaciones beneficiosas con plantas: la bacteria Rhizobium etli, que establece una relación de beneficio mutuo con las plantas leguminosas y la Pseudomonas putida capaz de colonizar plantas formando biopelículas en ellas, y con un genoma secuenciado completamente. No obstante, los mejores resultados se obtuvieron con la bacteria Escherichia coli, habitualmente localizada en los intestinos de animales sanos, generando la mayor cantidad de hidrógeno en el cultivo conjunto.
Alga verde Chlamydomonas reinhardtii
La investigación, que ha sido publicada en la revista Biosource Technology, explica el proceso que tiene lugar en el cultivo conjunto: la alga produce hidrógeno en el proceso de fotosíntesis, mientras que las bacterias lo generan en la fermentación de azucares, expulsando al mismo tiempo ácido acético. Al aumentar la concentración del ácido la bacteria cesa su proceso de fermentación, por lo que deja de generar hidrógeno, y es la alga unicelular la que utiliza el ácido acético para producir más hidrógeno.
El uso de estos cultivos conjuntos supondría un método de descontaminación dentro del tratamiento de desechos industriales y aguas residuales, al mismo tiempo que se estaría produciendo hidrógeno aprovechable como biocombustible.
El hidrógeno se está empezado a considerar el combustible del futuro por su capacidad para hacer funcionar motores de coches de forma limpia y su facilidad para ser almacenado, mucho más efectivo que la energía eléctrica. Encajando de forma perfecta en el camino de la consecución de un entorno sostenible y en la lucha contra el cambio climático.
Las bacterias que viven asociadas a las hormigas atinas producen sustancias antimicrobianas que evolucionan con el tiempo sin desencadenar resistencia en los parásitos.
La asociación de algas verdes y bacterias genera más hidrógeno que en su actividad independiente. Este proceso tiene aplicaciones tanto para el tratamiento de desechos contaminantes como para el uso del hidrógeno como combustible.