El nuevo informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) realizado por más de 100 científicos de 36 países arroja datos alarmantes para nuestro planeta. Según el informe publicado, y que hace referencia a unas 7 000 publicaciones científicas, en la actualidad el nivel del mar aumenta a una velocidad de 3.6 mm por año, lo cual es el doble de rápido que lo hacía durante el siglo pasado. Así mismo los científicos advierten que el ritmo de aumento se acelerará en los próximos siglos: si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan podrían alcanzarse un aumento de 60 a 110 cm en 2100 en el nivel del mar.
Las conclusiones obtenidas sobre las condiciones del agua sólida presente en la Tierra tampoco son halagüeñas. El aumento de la temperatura acaecido en la década de 2007 al 2016 ha provocado una pérdida de hielo tres veces mayor a la de la década anterior en la Antártida, y el doble en Groenlandia. Este deshielo tiene consecuencias en distintas direcciones: aumento del nivel del mar, migraciones de las poblaciones costeras de zonas árticas, disminución del permafrost de las zonas polares, cambios en los ecosistemas marinos…
El informe hace énfasis en los cambios que están ocurriendo en los océanos por la subida de temperatura y cambios químicos que están modificando la red alimentaria marina. Aproximadamente entre el 20 % y el 30% del dióxido de carbono emitido por la humanidad desde 1980 se ha acumulado en los océanos provocando una pérdida de oxígeno y un aumento de la acidificación, influyendo de forma directa en el suministro de nutrientes y distribución de los seres vivos del ecosistema. No sólo en zonas costeras, sino también en zonas profundas y en las grandes extensiones oceánicas.
Según el mismo informe indica: este estudio proporciona los mejores conocimientos científicos de los que se dispone, para que los gobiernos puedan adoptar estrategias de gestión de riesgos asociados al cambio climático y realizar los cambios necesarios para limitar el calentamiento global a los menores niveles posibles según el camino que se estableció en el Acuerdo de París aprobado en 2015.
Las bacterias que viven asociadas a las hormigas atinas producen sustancias antimicrobianas que evolucionan con el tiempo sin desencadenar resistencia en los parásitos.
El gigante gaseoso llamado GJ 5312b gira en torno a una estrella con una masa la decima parte de la masa solar, cuestionando los procesos conocidos de formación planetaria.