El campo magnético terrestre podría haberse generado al mismo tiempo que la vida
El análisis de rocas de Groenlandia proporciona datos sobre la edad del campo magnético terrestre, proporcionando datos de que sería más antiguo de lo que se consideraba hasta ahora.
Entender la historia temprana de la dinamo terrestre que genera el campo magnético es importante para delimitar la historia térmica y geodinámica de nuestro planeta, al mismo tiempo que ayuda a establecer el papel del campo magnético planetario en la habitabilidad. El reto se encuentra en poder encontrar muestras que no hayan sufrido procesos de calentamiento o compresión que hayan modificado las características originales de los efectos del magnetismo sobre estas rocas antiguas.
Las rocas existentes en la región de Isua, en el norte de Groenlandia, son rocas muy antiguas que proporcionan información valiosa sobre el origen de la vida en la Tierra así como indicios de otras características que han ido evolucionando con el tiempo en nuestro planeta, por lo que se consideraban candidatas para la datación de nuestro campo magnético. Recientemente científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts han analizado estas rocas encontrando que el campo magnético terrestre habría surgido a la par que la vida en la Tierra, lo cual supone que se habría dado unos 200 millones de años antes de lo que se consideraba hasta ahora.
Según la investigación publicada en la revista Nature las rocas de Groenlandia presentan cantidades de minerales de hierro que han preservado su estructura a pesar del paso del tiempo, conservando información de la intensidad y dirección del campo magnético, lo que ha permitido concluir que se formó hace 3 700 millones de años. Aunque a lo largo del tiempo las rocas han sufrido compresión y altas temperaturas la información sobre la dirección del campo magnético se ha mantenido sorprendentemente. Los científicos han realizado pruebas diversas para comprobar que el campo magnético que se puede medir de estas rocas no se había generado posteriormente en los procesos de compresión y altas temperaturas.
El campo magnético terrestre es importante para la vida en nuestro planeta. El hecho de que el hierro fundido presente en el núcleo se mueva, provoca que el campo magnético que se genera proteja a la Tierra de las partículas del viento solar que llegan cargadas y a grandes velocidades, así como preserva la atmosfera y favorece la existencia de agua líquida en la superficie.
Las bacterias Lactobacillus pentosus presentes en las aceitunas proliferan durante el proceso de curación en salmuera, haciendo más patentes sus efectos sobre los metales pesados.
Según las estimaciones realizadas los organismos marinos necesitarían descender una media de 18.7 metros en profundidad para mantener la temperatura actual.
El análisis de rocas de Groenlandia proporciona datos sobre la edad del campo magnético terrestre, proporcionando datos de que sería más antiguo de lo que se consideraba hasta ahora.