El objeto interestelar, que visitó nuestro Sistema Solar el pasado año 2017, procedería de la fragmentación de un exoplaneta o asteroide de otro sistema solar.
‘Oumuamua es el primer objeto interestelar que se adentró en el sistema solar. Fue descubierto en 2017 desde el observatorio de Hawai. Por su rápido movimiento solo se detectó cuando ya se alejaba de la Tierra. Tiene un tamaño de menos de un kilómetro de largo, una forma alargada y es de color rojizo. Gracias a las observaciones realizadas en el periodo de paso por el Sistema Solar recientemente se han publicado conclusiones sobre su posible origen.
Los investigadores Yun Zhang y Douglas Lin pertenecientes a la Universidad de Tsinghua en Pekin, Universidad de Maryland y Universidad de California, han obtenido del análisis de las medidas que ‘Oumuamua es un objeto con una superficie seca y rocosa. Así mismo, utilizando simulaciones numéricas han llegado a la conclusión de que este tipo de objetos interestelares se pueden deber a la fragmentación de un exoplaneta o un asteroide de otro sistema solar.
Al girar el exoplaneta o asteroide, estaría afectado por las fuerzas de marea de su estrella. La cual, por el tirón gravitatorio habría provocado la ruptura en fragmentos en forma alargada. Parte de los fragmentos se dirigirían hacia la estrella mientras que otros se alejarían de ella a gran velocidad, pasado cerca de nuestro Sistema Solar en su movimiento.
Así mismo, las simulaciones realizadas por los dos investigadores dan respuesta también al hecho de que la superficie de ‘Oumuamua refleje la luz escasamente y sea de color oscuro: en el acercamiento a la estrella se habrían sublimado los compuestos volátiles que lo formasen dando lugar a una especie de envoltura dura y oscura, que protegería la posible cantidad de agua existente en el interior del objeto.
El agua que habría conservado en su interior el objeto, se habría vaporizado en el acercamiento a nuestro Sol, provocando un aumento de su velocidad y acelerando su paso por nuestro Sistema Solar.
Las simulaciones desarrolladas y sus conclusiones se han publicado en la revista Nature Astronomy.
El objeto interestelar, que visitó nuestro Sistema Solar el pasado año 2017, procedería de la fragmentación de un exoplaneta o asteroide de otro sistema solar.