Un equipo internacional de astrónomos ha detectado la ausencia de una estrella azul masiva y variable en la galaxia enana Kinman
Los investigadores estuvieron estudiando los datos conocidos de la estrella, que se sitúa a setenta y cinco millones de años luz en la constelación de Acuario, gracias a las observaciones existentes entre 2001 y 2011. La sorpresa surgió cuando llevaron a cabo su propia observación con el telescopio VLT, Very Large Telescope, en la que no encontraron rastro de ella. La estrella se sitúa en la galaxia enana Kinman de baja metalicidad y en la que por su lejanía es difícil poder observar claramente las estrellas individuales.
Según el análisis de los datos de las mediciones anteriores, se trata de una estrella masiva del tipo variable azul, con un brillo que es dos millones y medio de veces el de nuestro sol. Lo que la clasifica como un tipo de estrella inestable, en la fase tardía de su vida, que puede tener cambios drásticos en su brillo y espectro.
Los astrónomos han utilizado los datos del espectrógrafo de alta resolución ESPRESSO del Observatorio Europeo Austral de Atacama durante los años 2002 y 2019. Gracias a ello, han podido determinar que la estrella durante ese periodo podría estar experimentando una fase de fuerte actividad explosiva que habría terminado después de 2011. Este tipo de estrellas pueden tener fases explosivas en las que se pierde gran cantidad de masa y aumenta drásticamente su luminosidad.
Por los datos obtenidos y los modelos que se tienen en la actualidad, que no se detecte la estrella, sin haber datos de que haya ocurrido una supernova, puede explicarse de dos formas. Una opción sería que al ocurrir el estallido la estrella haya perdido luminosidad y no sea posible detectarla por estar oculta por el polvo. La segunda opción es que la estrella puede haber colapsado como agujero negro sin que haya ocurrido una explosión de supernova. Este evento es poco usual, ya que según los modelos actuales el final de las estrellas masivas suele ser una supernova.
Las estrellas masivas son fundamentales para la compresión de una gran variedad de eventos astrofísicos, como por ejemplo los estallidos de rayos gamma o la evolución temprana del Universo. No obstante, la comprensión de los procesos que tienen lugar en ellas y el final de su vida son aún incompletos en entornos de baja metalicidad, sobre todo por la escasez de observaciones en estas condiciones, especialmente en etapas evolutivas tardías.
Según los investigadores son necesarias observaciones de telescopios con más resolución para observar la galaxia enana Kinman y poder saber lo que le ha ocurrido a la estrella.
La técnica desarrollada permite medir la temperatura superficial y hasta cientos de micras por debajo de forma remota, en materiales que son semitransparentes en cámaras térmicas.