El uso de dispositivos electrónicos portátiles que monitoricen la actividad y constantes vitales tiene mucho interés en el área de la salud. Ya son habituales las pulseras y relojes de actividad que proporcionan información como la frecuencia cardiaca o la glucosa en sangre. El estudio realizado por un equipo de investigación del Laboratorio Silklab de la Universidad de Tufts, va más allá diseñando una alternativa no electrónica para conocer parámetros fisiológicos.
Los investigadores han diseñado una tinta bioactiva aplicable en prendas, lo que equivaldría a una gran cantidad de sensores en superficie. La técnica utiliza tintas con una base de seda que son activadas biológicamente. La seda soluble funciona como estructura a la que se añaden formulaciones de tinta con analitos variados: moléculas, anticuerpos o enzimas a los que se pretende que sea sensible la prenda para poder detectar su presencia. De esta forma se pueden crear tintas sensibles al pH del sudor, hidratación de la piel, nivel de fatiga, entre otras variables.
Al mezclar la tinta bioactiva con alginato de sodio —un espesante— y glicerol —un plastificante— es posible utilizarla serigrafiada como cualquier otra tinta que se utiliza en prendas textiles. Añadiendo la posibilidad de su uso en otras superficies como madera, plástico y papel para generar zonas para la medición con tamaños desde micras hasta decenas de metros. Los cambios de color que muestran las tintas proporcionan una señal visual de la presencia o ausencia del analito correspondiente. A escalas por debajo de los milímetros es posible usar el escaneo de imágenes para obtener información en alta resolución respecto a la detección o no de un analito determinado.
La investigación, que se ha publicado en la revista Advanced Materials, propone aplicaciones de las tintas bioactivas no sólo para prendas textiles sino también en otras superficies extensas como el interior de habitaciones. Así se tendría un mapeo con cambios de color para rastrear la calidad del aire o monitoreo ambiental en el campo de la epidemiología. Además, el hecho de que las tintas puedan imprimirse mediante técnicas comunes permite su uso en el campo del diseño.
El proceso se basa en la digestión del glicerol por parte de bacterias en ausencia de oxígeno. Gracias a ello se podría hacer más rentable el uso del biodiésel.
La existencia de la proteína previene una reacción inmune exagerada, el cual es un mecanismo crítico en la supervivencia en enfermedades autoinmunes como sepsis y colitis en ratones.