#EfeméridesPrincipia

19 Octubre

Marguerite Catherine Perey y el descubrimiento del francio

Por Quique Royuela

Marguerite Catherine Perey fue una física francesa reconocida por tres motivos principales: el descubrimiento del francio (uno de los elementos químicos menos abundantes en la naturaleza), fue la primera mujer en entrar en la Académie des Sciences y ser alumna de Marie Curie.

Marguerite Catherine Perey nació el 19 de octubre de 1909 en Villemomble (Francia), un lugar cercano a París, ciudad que albergaba el Institut du radium (Instituto del Radio) fundado por Marie Curie, en el que acabaría trabajando.

Pese a que su intención inicial era estudiar medicina, las dificultades económicas por las que pasaba la familia tras la muerte de su padre complicó sus planes y la llevó a estudiar química en la Escuela Técnica de Educación Femenina de París, lo que permitió trabajar como técnica química, pues el título que obtuvo no era equivalente no era una licenciatura (y esto tendrá su importancia, como veremos después).

Ese mismo año (1929) solicitó plaza para trabajar en el Instituto del Radio y se entrevistó con la mismísima Marie Curie para ser su técnico de laboratorio. Marguerite Catherine Perey logró el empleo y de esta manera Marie Curie se convirtió en su tutora, con la que aprendió técnicas de aislamiento y purificación de elementos radiactivos, en particular trabajó con el actinio; elemento químico que había sido descubierto y aislado del uranio treinta años antes por André-Louis Debierne.        

Lamentablemente, Marie Curie murió de anemia aplásica cinco años después de que Marguerite entrara a trabajar con ella en el laboratorio, por lo que fue asignada al laboratorio de André-Louis Debierne, con quien continuó su investigación sobre el actinio.

El actinio es un elemento metálico cuya principal aplicación es como fuente de partículas alfa. Pues bien, durante su investigación, Marguerite leyó artículos científicos de grupos americanos en los que se afirmaba que el actinio emitía partículas beta al descomponerse, lo cual no encajaba con las averiguaciones que durante tantos años habían hecho en el Instituto del Radio. Así que decidió investigar esta interesante cuestión y lo que descubrió fue que, en efecto, en la purificación del actinio procedente del uranio se emitían partículas con un nivel energético más bajo y que estas no podían proceder del actinio, por lo que debían tener otro origen: un elemento previo en la desintegración no identificado. Antes de aventurarse a desarrollar la idea de que tenía entre manos un nuevo elemento químico, tuvo que probar que no se trataba de elementos como el torio, radio, plomo, bismuto o talio. Y lo logró. A este elemento procedente de la desintegración del actinio, cuya rápida desintegración emitía una pequeña cantidad de radiación alfa que implicaba pérdida de protones y, por tanto, convertía a ese nuevo elemento en uno con 87 protones (jamás antes identificado) le llamó en un inicio actinio K.

El descubrimiento del actinio K se publicó en una nota en el Comptes Rendus presentado en la Académie des Sciences por Jean Baptiste Perrin (Premio Nobel de Física en 1926) el 9 de enero de 1939 con el título «Sobre un elemento 87, derivado del actinio». Este notable descubrimiento de Marguerite Catherine Perey no pudo ser presentado por ella misma porque no «tan solo» era técnico de laboratorio y no tenía un título universitario.

Curiosamente, Marguerite Catherine Perey fue nominada cinco veces al Premio Nobel, pero… jamás se lo concedieron lo recibió.

En 1946, Marguerite propuso un nombre definitivo para el actinio K y escogió catio, pero parece ser que a Irene Joliot Curie no le gustó y le insto a escoger otro que recordase más a un elemento químico que a la palabra inglesa cat. El nombre escogido, y por el que se le conoce actualmente, fue francio, en honor al país de descubrimiento.

Tras sus investigaciones con el actinio y el descubrimiento del francio, llegó la hora del doctorado y Marguerite recibió una beca para estudiar en la Sorbona de París. Pero como no tenía una licenciatura, primero tuvo que obtenerla. Después de esto, logró doctorarse en física y volvió al Instituto del radio como científica principal, donde estuvo hasta 1949, año en el que la nombraron responsable del Departamento de Química Nuclear de la Universidad de Estrasburgo. Aquí fue la responsable del desarrollo del programa de química nuclear y, como no podía ser de otra manera, trabajó con su querido francio.

Por aquel entonces Marguerite Catherine Perey ya era reconocida como una gran científica, por lo que recibió financiación para la fundación de un laboratorio de química nuclear y fue invitada a formar parte de la Comisión de Pesos Atómicos, un reconocimiento que no estaba al alcance de muchas personas. Curiosamente, Marguerite Catherine Perey fue nominada cinco veces al Premio Nobel, pero… jamás se lo concedieron lo recibió.

Al igual que le ocurrió a su mentora, Marie Curie, y a tantos otros investigadores que trabajaron con elementos radiactivos, Marguerite desarrolló cáncer de huesos y falleció en 13 de mayo de 1975, a los 65 años de edad.

https://shop.principia.io/