#EfeméridesPrincipia

30 Octubre

Georges Gilles de la Tourette, prodigio de la neurociencia

Por Quique Royuela

Georges Albert Édouard Brutus Gilles de la Tourette, nacido el 30 de octubre de 1857 en Saint-Gervais-les-Trois-Clochers, Francia, es recordado principalmente por identificar el síndrome que lleva su nombre: el síndrome de Tourette. Esta afección neurológica, caracterizada por la presencia de tics motores y vocales, fue descrita en 1885 y se considera un hito en la historia de la medicina. Pero el legado de Gilles de la Tourette va mucho más allá del síndrome, abarcando su dedicación a la neurología, sus estudios sobre hipnosis, y su relación con la medicina psiquiátrica emergente de finales del siglo XIX.

Un joven prodigio en la medicina

Georges Gilles de la Tourette comenzó su carrera en el ámbito médico en una época en la que la neurología aún estaba en sus primeras etapas. A los 16 años, ingresó en la Universidad de Poitiers, y pronto su talento llamó la atención de Jean-Martin Charcot, uno de los neurólogos más influyentes de su tiempo. Charcot, que trabajaba en el hospital Salpêtrière de París, se convirtió en mentor de Gilles de la Tourette y le abrió las puertas para estudiar bajo su tutela en el prestigioso hospital parisino. Esta relación marcaría profundamente su carrera y sus investigaciones.

La descripción del síndrome de Tourette

Gilles de la Tourette es famoso por su publicación de 1885, en la que describe una serie de casos de personas que experimentaban movimientos y sonidos involuntarios, a menudo asociados con la coprolalia (uso involuntario de palabras obscenas) y la ecolalia (repetición involuntaria de palabras). Estos comportamientos, observó, parecían tener una base neurológica en lugar de ser un mero síntoma psiquiátrico.

Su artículo, titulado "Étude sur une affection nerveuse caractérisée par de l'incoordination motrice accompagnée d'echolalie et de coprolalie" (Estudio sobre una afección nerviosa caracterizada por descoordinación motora acompañada de ecolalia y coprolalia), sentó las bases para lo que hoy se conoce como síndrome de Tourette. Para describirlo, se basó en nueve pacientes, desde jóvenes hasta adultos, observando síntomas consistentes que parecían responder a un patrón neurológico. Aunque se sabía de esta condición anteriormente, fue Gilles de la Tourette quien definió el cuadro clínico específico y documentó casos que demostraban su continuidad a lo largo de la vida.

La teoría de los tics

Una de las aportaciones de Gilles de la Tourette fue su enfoque en los "tics" como elementos centrales del síndrome. En lugar de tratar los movimientos y sonidos involuntarios como comportamientos puramente psicológicos o “manías”, los describió como expresiones de una disfunción del sistema nervioso central. Esto permitió que la afección se entendiera desde un marco neurológico, alejándose de las explicaciones psicológicas o supersticiosas que eran comunes en su tiempo. Su trabajo fue revolucionario porque ayudó a establecer la neurología clínica como un campo de estudio independiente de la psiquiatría, aunque siempre interconectado con ella.

Hipnosis, controversia y contribuciones a la neurología

Además de su trabajo sobre el síndrome que lleva su nombre, Gilles de la Tourette se interesó profundamente en la hipnosis. Creía que la hipnosis podría ofrecer insights sobre la neurología y la psiquiatría, ya que demostraba la capacidad del cerebro para inducir estados alterados de conciencia. Sin embargo, su trabajo en hipnosis generó cierta controversia. En una ocasión, una paciente a la que estaba tratando mediante hipnosis disparó contra él, aunque sobrevivió al incidente.

Su interés en la hipnosis y la sugestión fue parte de su contribución a los estudios sobre los trastornos psicosomáticos. A través de sus experimentos, buscó explorar las conexiones entre la mente y el cuerpo, contribuyendo a sentar las bases para los estudios modernos sobre el estrés y su influencia en las condiciones físicas y mentales. Aunque algunos de sus métodos y conclusiones han sido cuestionados o superados por avances científicos, su insistencia en el vínculo entre el cuerpo y la mente fue fundamental en el desarrollo de los enfoques integrales de la medicina moderna.

Un legado desafiante

Gilles de la Tourette fue un personaje complejo y, en muchos sentidos, adelantado a su época. Aunque sus investigaciones fueron esenciales para comprender mejor las disfunciones neurológicas, también enfrentó críticas. Su enfoque en los trastornos nerviosos y su insistencia en ver ciertos problemas como manifestaciones neurológicas en lugar de psiquiátricas era controvertido en una época en que la frontera entre la neurología y la psiquiatría estaba menos definida. Algunos críticos de su tiempo, incluso, lo acusaban de ver problemas de carácter psicológico como simples desórdenes físicos, lo que era revolucionario, aunque cuestionable para muchos médicos de su tiempo.

Relevancia actual del síndrome de Tourette

Desde la publicación de sus investigaciones, el conocimiento sobre el síndrome de Tourette ha avanzado considerablemente. Hoy en día, el síndrome es entendido como un trastorno neuropsiquiátrico, y aunque los síntomas pueden variar en intensidad, se reconoce que la mayoría de las personas con síndrome de Tourette pueden llevar una vida plena y productiva. Los avances en neuroimagen y estudios genéticos han permitido entender mejor las bases neurológicas del síndrome, así como sus posibles vínculos hereditarios.

A pesar de que muchos aspectos de la investigación original de Gilles de la Tourette han sido refinados o superados por los avances en la neurociencia, su contribución sigue siendo fundamental en el campo de la neurología. Su insistencia en ver el síndrome de Tourette como una afección neurológica y no meramente psiquiátrica ayudó a reducir el estigma asociado a las personas que lo padecen y allanó el camino para los enfoques terapéuticos actuales, que incluyen desde tratamientos farmacológicos hasta terapias de conducta y enfoques integrativos.

Recordando a Gilles de la Tourette

El 30 de octubre marca la efeméride del nacimiento de Georges Gilles de la Tourette, un pionero de la neurología cuyo trabajo no solo ayudó a definir una condición hasta entonces poco comprendida, sino que también inspiró a generaciones de médicos y científicos a explorar la conexión entre el cuerpo y la mente. A través de sus investigaciones y su compromiso con el avance de la neurología, dejó un legado que sigue influyendo en cómo entendemos los trastornos neurológicos hoy en día.

Gilles de la Tourette nos recuerda la importancia de desafiar las normas y cuestionar las explicaciones simplistas, un principio que permanece en el corazón de la investigación científica moderna. A medida que continuamos desentrañando los misterios del cerebro humano, su trabajo persiste como un recordatorio de los avances que aún podemos lograr en la comprensión de las condiciones neurológicas y en la reducción del estigma que a menudo las rodea.