Ulises Saldaña Salazar

De niño, soñaba con ser artista, profesor y, ¿porqué no? También plomero. Al entrar a la pubertad, quizá, por el torrente de hormonas al que su cuerpo se sometía, descubrió que su verdadera pasión era la de viajar al espacio: quería ser un astronauta.
Estudió una licenciatura en física, durante la cual se convenció que el mundo cuántico era mejor que el de las estrellas. Se doctoró en física de partículas y, por los siguientes cinco años, se dedicó a satisfacer esa sed que desde niño tuvo: la de hacer posible lo imposible. La investigación postdoctoral le trajo mucha satisfacción, y al mismo tiempo, tristeza por ver la falta de un puente entre el quehacer científico y la sociedad. Tomó, entonces, la decisión, de dedicarse exclusivamente a divulgar la ciencia, con la esperanza de poder ayudar al público, a descubrir el invaluable tesoro de las ideas modernas. 
Actualmente, además de la escritura, se dedica a tomar cursos de ilustración y a entender el complejo mundo de las redes sociales.

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