El viaje de Talas

Portada móvil

Relato finalista del certamen de cuentos Ciéncia-me un cuento. Organizado por CERUK.

TEXTO POR ELENA GARCÍA MARTÍN
ILUSTRADO POR LUIS ARMAND VILLALBA
KIDS
OCEANOGRAFÍA | ZOOLOGÍA
14 de Enero de 2019

Tiempo medio de lectura (minutos)

¡Qué aburrimiento! Aquí estoy deambulando sin rumbo. Dejándome llevar por la corriente. ¿Viajero? Sí. Pero viajo sin control de mi destino. ¡Qué suerte tiene Copi que puede nadar a donde quiera! Todos los días por la noche sube de las profundidades del mar a la superficie para ver la luna y luego, antes de la salida del sol, desciende a ese mundo desconocido para mí: el océano profundo. Él me dice que es para escapar de los depredadores. Por la noche, protegidos por la oscuridad, suben a comer y, cuando el sol empieza a asomar, descienden para esconderse en las tinieblas del mar.

Yo en cambio, por más que lo intento no puedo nadar, me arrastra la corriente. Lo intento con todas mis fuerzas pero el agua es más fuerte. Y siempre tengo que intentar mantenerme en la zona donde hay luz. Mi madre dice que es mejor para mí. Que necesito el sol para producir mi energía y tener fuerzas. Que soy distinto a Copi y que soy un privilegiado. Intenta convencerme diciendo que tengo un don: el de producir alimento con la luz del sol. En la oscuridad, nuestra máquina que produce energía no funciona y sin esa energía nos moriríamos poco a poco. Sé que no es del todo cierto y cuando le he recordado a mamá que a veces nos alimentamos de otras células más pequeñas me ha dicho que me olvide. Me dice que ella, yo y toda mi familia somos héroes. El resto del planeta depende de nosotros y del oxígeno que produzcamos. Pero yo no quiero ser un héroe. Yo quiero viajar, quiero ser capaz de ir ahí abajo, de vivir mis aventuras. En fin, ser dueño de mi destino. Sé que está oscuro, pero las pocas veces que la tormenta me ha arrastrado un poco más abajo me ha parecido ver plantas de colores, luces parpadeantes, grandes peces y hasta túneles. ¡Sí, túneles! ¿Qué habrá dentro? No lo sé. He preguntado a mi familia pero no lo saben y les da igual. Están contentos mientras estén aquí arriba y no piensan en nada más que en el vaivén del agua. Los antiguos de mi familia dicen que algunos se aventuraron a bajar y que nunca volvieron. ¿Estarán muertos o es que no quieren volver?

Una noche le pregunté a Copi si por el día, cuando está ahí abajo, se había adentrado en algún túnel o si se había comunicado con esos animales extraños. Me ha dicho que no. Dice que la zona oscura es peligrosa para él, que le pueden atacar y acabaría en la barriga de un animal más grande. Yo sé que en realidad tiene tantas ganas como yo de investigar. A ver ¿a quién no le gusta vivir aventuras?

Últimamente, he estado pensando en mi problema de no poder nadar. Yo creo que puedo agarrarme bien fuerte a Copi y pegarme a su espalda. Soy bien pequeño y un poquitín más de peso, no creo que le importe. ¡Con lo fuerte que es! Si hasta lucha contra las grandes corrientes y vence. Si al menos hubiera un poco de luz, Copi tendría menos miedo y yo podría convencerle para hacer el viaje conmigo. Estoy dispuesto a arriesgarme e incluso a alimentarme de otras células.

Esta tarde ha ocurrido un milagro. Han aparecido unos seres totalmente desconocidos para mí. Eran como yo, pero producían luces azules. ¡Ha sido fantástico! Era como tener las estrellas del cielo en el agua, a mi lado. Mi abuelo me ha contado que son familiares lejanos y que de vez en cuando deciden hacernos una visita. Y lo mejor de todo es que he hablado con uno de ellos. Se llama Dino. Le he explicado mis anhelos de viajar y también el miedo de Copi a acabar devorado por seres más grandes. No os lo vais a creer pero dice que puede ayudarnos. ¿Os lo imagináis? Yo por fin viajando a lo desconocido. Le he preguntado por la falta de luz y cómo obtiene la energía para nadar. Se ha reído un poco de mí. La respuesta no me ha gustado mucho: captura células y se las come. ¿Y si decide comerme en vez de ayudarme? Aunque si quisiera comerme ya lo habría hecho ¿no?

No puedo esperar a que llegue Copi para contárselo. ¿Le gustará la idea? Venga, solo un par de horas más. La espera se me está haciendo eterna, pero ya veo la luna. Solo una hora más. Copi ya está aquí y le he presentado a Dino. Le hemos contado nuestra idea y se une a nuestro plan. Uy, hay un pequeño problema. Una vez que estemos abajo, Dino solo puede alumbrar unos pocos segundos y luego todo será oscuro de nuevo. Como mucho tres o cuatro flashes. Lo hemos discutido y no es como lo había imaginado pero creo que merecerá la pena.

Copi está ahora mismo comiendo para tener mucha energía para el camino. Y en un par de horas vuelve para recogerme. El plan es descender antes de que salga el sol, y cuando lleguemos al fondo, Dino alumbrará una vez. Veremos lo que hay y decidiremos a dónde vamos. Las dos siguientes luces las usaremos para conocer a los otros animales y guardaremos un flash por lo que pueda pasar. Luego, de vuelta con la familia de Copi, no vaya a ser que nos perdamos.

¡Todos a bordo! Estamos preparados, es la hora de descender. Dino va a nuestro lado. Uy, qué fresquito, el agua está cada vez más fría. Copi dice que es normal, que me tranquilice y que siga agarrado. Ya hace rato que no se ve nada, pero eso no impide que Copi no pare de dar vueltas de alegría. Menos mal que estoy acostumbrado y no me mareo.

Primer flash. ¡Hala, cuántas cosas! Copi ha visto un animal con muchos brazos. Yo creo que es una estrella de mar, pero es blanca, parece un fantasma. Las que había visto antes eran de colores llamativos. ¿Por qué será blanca? Allá vamos, a hablar con ella. Segundo flash. Sí, es una estrella de mar y no es muy habladora. ¡Vaya! Con la cantidad de preguntas que yo tengo. Tercer flash. Pez con la boca abierta. ¡Nada, Copi! ¡Nada más rápido! Flash. ¡Qué suerte que Dino viera el pez! Ha sido capaz de cegarle y no ha podido ver por dónde nos íbamos. Por los pelos.

Ahora toca encontrar a la familia de Copi. Dino nos acompaña un rato y luego se va a cazar. Yo también tengo hambre, noto que me quedan pocas fuerzas. Algo rico se acerca, lo detecto, estoy salivando. No sé cómo lo he hecho pero ahora está dentro de mí y ya noto como tengo algo más de fuerzas para seguir agarrado. ¿Será esto lo que Dino llama cazar? No ha sido tan difícil.

Allí están. ¿Se habrán dado cuenta que Copi se ha escabullido? Parece que no. Dino se ha marchado pero nos ha dicho que volverá cuando la temperatura del agua suba un poco más. No sé cuándo será eso pero esperaré. Además, creo que cuando se ponga el sol y suba con Copi para encontrarme con mi familia voy a estar castigado un buen tiempo. Mi padre me va a agarrar y no soltar en una temporada. No me importa. Ha sido fantástico. Ahora que sé que Copi y yo podemos hacerlo, puedo dejar de soñar despierto, viajar, conocer y... vivir.

Deja tu comentario!