El 1 de febrero de 1944 se publicaba el artículo Studies on the Chemical Nature of the Substance Inducing Transformation of Pneumococcal Types: Induction of Transformation by a Desoxyribonucleic Acid Fraction Isolated from Pneumococcus Type III en la revista J. Experimental Medicine, cuyos autores son Oswald Avery (1877-1955), Colin MacLeod (1909-1972) y Maclyn McCarty (1911-2005). Este artículo, que era el fruto de 19 años de investigación en el grupo de Avery, demostraba de manera inequívoca y rigurosa que el ADN era el transmisor de la información genética.
Sin embargo, pocos artículos tan importantes pasaron tan desapercibidos. Aunque el artículo tuvo una difusión adecuada entre los bioquímicos de la época, la mayoría de éstos no se creían los resultados de Avery. En aquella época se pensaba que los ácidos nucleicos eran sustancias químicas relativamente sencillas (tetranucleótidos), formadas por la combinación de los cuatro nucleótidos (aunque ya había evidencia de que eran sustancias de alta masa molecular); y que no podían ser los transmisores de la información genética, que se creía que era realizada por proteínas. Los científicos de la época pensaban que las muestras de ADN que investigó el grupo de Avery estaba contaminada por proteínas.
Quizás por esta razón, Avery apenas recibió los muchos reconocimientos que, sin duda, mereció; siendo uno de los grandes olvidados en los galardones del Premio Nobel. Pero, si preguntan “¿Cuándo comenzó la Biología Molecular?”, la respuesta es inequívoca: con el artículo de Avery, Macleod y McCarty de 1944.
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