Santiago Ramón Cajal (que es como realmente se apellidaba), recibió el Premio Nobel de Medicina/Fisiología en 1906 por sus investigaciones en la estructura del sistema nervioso.
Estudió Medicina en la Universidad de Zaragoza, donde se licenció en 1873. Ganó una plaza en Sanidad Militar, siendo destinado a Cuba. Tras su regreso a España se doctoró en Madrid (único sitio donde se podía obtener el doctorado) en 1877.
Obtuvo el puesto de director de los Museos Anatómicos de la Universidad de Zaragoza (1879), de catedrático de Anatomía General y Descriptiva de la Universidad de Valencia (1883), de catedrático de Histología y Anatomía Patológica de la Universidad de Barcelona (1887) y de la misma asignatura de la Universidad de Madrid (1892). En 1902 el gobierno español creó el Instituto de Investigaciones Biológicas que dirigió hasta su muerte en 1934.
Desde la década de 1880 investigó las conexiones entre neuronas, para lo que desarrolló métodos de tinción mejorados respecto a los conocidos en la época; lo que le llevó a establecer la teoría neuronal del sistema nervioso; siendo, posiblemente, la mayor contribución en la historia de la neurología. Con sus métodos experimentales, Cajal fue capaz de estudiar la estructura del cerebro, el cerebelo, la médula espinal, el bulbo raquídeo y los centros sensoriales, especialmente la retina.
En 1889 asistió al Congreso de la Sociedad Anatómica Alemana en Berlín, donde presentó sus resultados que causaron un gran impacto internacional, otorgándole un merecido prestigio científico que creció considerablemente en los años posteriores.
Aparte de sus numerosas contribuciones científicas, Cajal también fue un buen escritor de textos literarios, destacando sus artículos de reflexión que podemos considerar Filosofía de la Ciencia, como el libro Reglas y Consejos sobre Investigación Científica. Cajal fue una persona con bastante talento artístico, destacando principalmente como dibujante y fotógrafo; lo que le sirvió para plasmar con precisión muchas de sus observaciones al microscopio.
Cajal es un caso único en la historia de la Ciencia, pues surgió espontáneamente en un país con poca tradición científica, en el que no se apreciaba la Ciencia y al que se dedicaban pocos medios materiales. Pudo crear una escuela científica, cuyos frutos deberían haberse visto en la segunda mitad del siglo XX, pero que, por desgracia, la Guerra Civil y el Franquismo segó de raíz.
Deja tu comentario!