Mina Divina Providencia, un tesoro oculto bajo la nieve
¿Cuántas noticias al año vemos de pueblos incomunicados por la nieve? ¿Alguna vez os habéis planteado qué maravillas puede haber bajo un manto de nieve en nuestras montañas?
Uno de esos pueblos suele ser Villanueva de Pontedo. Cada año sufre, durante unos días, la incomunicación en la carretera que le une con la población de Cármenes (municipio del que es miembro). Villanueva de Pontedo está situado a los pies de la Cordillera Cantábrica, en la provincia de León, y contiene un tesoro bajo la nieve.
Hablamos de la mina Divina Providencia, una gruta subterránea cuya entrada está situada a 1800 metros de altitud y a la que se accede por un empinado camino desde el pueblo. Esta mina se pasa ocho meses bajo un manto de nieve que puede llegar a medir más de dos metros (no lo he podido comprobar porque al inicio del camino ya medía 1,5 metros de nieve y no era cuestión de seguir). En ella se estuvo extrayendo cobre, níquel y hierro hasta la década de los 60, aunque los trabajos extractivos se remontan a la segunda mitad del tercer milenio a. C. según algunos autores.
La mina está situada sobre calizas dolomitizadas del Carbonífero medio (en rocas de hace 320 millones de años). Actualmente, se describe la mina como tipo Carlin, que debe su nombre a una mina americana en la que se extrae oro. Aunque en la mina Divina Providencia no se ha detectado oro, sí se han encontrado todos los elementos asociados a una mina de este tipo, de ahí su nombre.
Lo más destacable es que en ella se descubrió un nuevo mineral en 1920 que Schoeller y Powell describieron y llamaron villamaninita. Debe su nombre a la población donde estaba situada la planta de tratamiento de los productos extraídos de la mina, Villamanín (en la carretera hacia Asturias). Desde allí se mandaron a Londres algunas de las piezas en mejor estado para su estudio.
El mineral resultó ser un sulfuro complejo compuesto de cobre, níquel, cobalto y hierro. Para reconocerlo diremos que es de color negro o gris, metálico, con huella negra y cristales milimétricos o centimétricos. Posteriormente, se ha descrito en dos localizaciones más aunque de forma microscópica. Por eso, todos los estudios de Villamaninita tienen lugar en este enclave.
Además de este raro mineral, se hallan diversos sulfuros como pirita, calcopirita, rejalgar y otros minerales que se formaron posteriormente con la etapa de alteración del yacimiento, como marcasita, malaquita, azurita o barita. Es de destacar la presencia de elementos traza, es decir, elementos que aparecen con muy poca presencia pero suficiente para notarse. Es el caso del uranio, rutilo, selenio y mercurio hallados en los alrededores de la zona mineralizada. El mercurio aparece principalmente como cinabrio y guarda relación con la cercana zona de Riaño–Valdeburón y las minas allí presentes. Su aparición se explica porque se produjo un ascenso de aguas termales aprovechando las fallas que aparecen en las calizas. Se puede llegar a la conclusión de que el yacimiento que se explotaba en la mina es de tipo hidrotermal de baja temperatura, ya que los minerales presentes necesitaron una temperatura menor a 200 0C para formarse.
Información para los intrépidos: esta mina se puede visitar de mayo a octubre (el resto de meses puede que esté bajo nieve o incluso que no se pueda llegar ni al pueblo). Siempre hay que estar atentos a la fauna que puede aparecer, como corzos o ciervos.
Recuerda que estás en su territorio y pueden estar en cualquier lugar, aunque generalmente salen huyendo y no te da tiempo ni a sacar la cámara para hacerles una foto. Además, puedes observar el nacimiento del río Torío (principal afluente del río Bernesga) y varios riachuelos que descienden por las vaguadas de la montaña. Cuando os vayáis acercando podréis ver los restos de la presa que conformaba el lavadero, y un poco más adelante las ruinas de estos edificios. Siguiendo el camino y a los pies del cerro en el que está la entrada principal de la mina encontraréis la escombrera de la misma, lugar agradable para muestrear y buscar estos minerales o incluso la querida villamaninita. Aunque para verla seguro y saber cómo es, se recomienda la visita al Museo Alto Bierzo de Bembibre (León), donde la asociación Aragonito Azul tiene una sala dedicada a minerales y fósiles de la provincia.
Os animamos también a leer más sobre los minerales descritos gracias a la minería desarrollada en nuestro país, que no son pocos. Este es un ejemplo de tantos que hay y también uno de los menos conocidos.
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