El clima que pudo encender la mecha en Siria

Portada móvil

Hace poco se relacionó la guerra de Siria con el cambio climático. Aunque ya hay quien lo ha puesto en duda, no deja de ser relevante que se empiecen a relacionar los efectos del cambio climático con conflictos sociales. Sea como fuere, puede servir como alerta por lo que podría llegar a ocurrir en un futuro cuando el clima se una a otros factores que desestabilizan las sociedades humanas.

TEXTO POR SERGI VILA
ILUSTRADO POR RAQUEL GU
ARTÍCULOS
CAMBIO CLIMÁTICO
29 de Septiembre de 2016

Tiempo medio de lectura (minutos)

Es difícil no estar al día sobre la guerra en Siria o la crisis de los refugiados que provienen de este país. Está presente en casi todos los diarios y casi todos los días (aunque parece que cada vez se cuenten menos cosas y no porque no sucedan). Intentar entender lo que ocurre y cuál es el origen es harto complicado.

Hay muchos factores en juego que hacen que la guerra civil en Siria y el conflicto contra el Estado Islámico no tengan un origen concreto. Intentar simplificarlo sería un gran error. En este artículo quiero comentar una relación que se mencionó por primera vez en 2015 y que vinculaba un evento climático extremo con el conflicto sirio. 

La relación surgió a raíz de un artículo publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences en el que se decía que el cambio climático había tenido una influencia en la grave sequía que estaba sufriendo una parte del Creciente Fértil, principalmente la zona alrededor de los ríos Tigris y Éufrates (Siria e Iraq). Esta sequía empezó el invierno de 2006-2007 y terminó en 2010 y se considera una de las peores que ha sufrido esta región.

Esta falta de lluvia tan prolongada afectó de lleno a los agricultores y provocó cuantiosas pérdidas de cultivos y ganado, el aumento del precio de la comida, hambrunas y la migración de muchas personas hacia las ciudades. Centrándonos en Siria, se calcula que se desplazaron centenares de miles de personas, cuando no algo más de un millón (ahí las cifras bailan un poco y encontramos desde las 250 000 personas según la ONU hasta los 1,5 millones según el artículo mencionado anteriormente). 

Esta falta de lluvia provocó cuantiosas pérdidas de cultivos y ganado, el aumento del precio de la comida, hambrunas y la migración de muchas personas hacia las ciudades.

Dejando de lado la cantidad exacta, ambos extremos implican una cantidad enorme de población movilizada que se acumuló en las ciudades. Si a eso se le junta que había una elevada inmigración proveniente de Iraq y que la población siria había aumentado de manera brutal en lo que llevamos de siglo XXI, tenemos que la concentración de personas en las principales ciudades sirias fue bastante significativa.

Obviamente esto no fue un motivo aislado: hay que sumar la gran tasa de desempleo y la inmovilidad de un gobierno dictatorial que llevaba 40 años en el poder. En un contexto así es más fácil entender el surgimiento de un caldo de cultivo para que el descontento social estallara durante el inicio de la Primavera Árabe.

El papel del gobierno sirio 

Desde los años 70 del siglo pasado, el gobierno sirio creó una política hídrica mal planificada, permitiendo abusar de ella sin tener en cuenta ni las reservas ni las precipitaciones. Además, hay que tener en cuenta que la construcción de presas en Turquía redujo el caudal de agua de los ríos en Siria un 40%. Así, si todo el mundo podía coger el agua que quisiera y hacer los pozos que les apetecía sin ningún reparo, en algún momento podrían generarse problemas.

Y aparecieron con la sequía. Los satélites GRACE, de la NASA y la Agencia Espacial Alemana, observaron que el agua subterránea entre el Tigris y el Éufrates disminuyó en 14,5 billones de litros entre 2006 y 2009 (el equivalente a 5800 piscinas olímpicas). Normal que los trabajadores de pozos en Siria pasaran de encontrar agua a 60 metros de profundidad a encontrarla a 700 metros.

La controversia en todo esto es que los autores del citado artículo vinculan la sequía con el cambio climático, algo que no todos quieren aceptar. De hecho, hay quien dice que la sequía no fue mayor que en otros momentos de la historia siriana y que hubo otros factores que afectaron a la pérdida de cultivos y la migración, como la mala planificación del uso del agua y aumento del diésel para las bombas de irrigación, junto al aumento poblacional.

El agua subterránea entre el Tigris y el Éufrates disminuyó en 14,5 billones de litros entre 2006 y 2009.

Independientemente de quién pueda tener razón, no deja de ser destacable que se relacionen los efectos del cambio climático con un conflicto que muchos piensan que solo tiene que ver con la religión. Un conflicto francamente complejo, con mucha historia detrás y con muchos motivos que se han ido sumando hasta la situación en la que nos encontramos ahora.

Es muy posible que las relaciones entre cambio climático y conflictos violentos como los de Siria vayan en aumento. Tener menos agua, perder los hogares y emigrar, disponer de más o menos alimento… Todos son factores que pueden desestabilizar las sociedades y generar problemas. Solo es necesario saber si se empezarán a tomar en serio las consecuencias del cambio climático. Si no es así, nos espera un futuro francamente movido. 

Bibliografía

—Kelley, C.P. et al. 2015. Climate Change in the Fertile Crescent and implications of the recent Syrian drought. PNAS 112 (11): 3241-3246.
—Wendle, J. 2016. Los refugiados sirios, víctimas del cambio climático. Investigación y Ciencia 476: 70-75.
—Selby, J. & Hulme, M. The Guardian. Is climate change really to blame for Syria’s civil war?.
—Friedman, T.L. The New York Times. Without water, revolution.
—Hammer, J. Smithsonian Magazine. Is a lack of water to blame for the conflict in Syria?.
—Welch, C. National Geographic. Climate change helped spark Syrian war, study says.

Información adicional

—Burke, M.B. et al. 2009. Warming increases ther risk of civil war in Africa. PNAS 106 (49): 20670-20674.
—Hsiang, S.M.; Burke, M. & Miguel, E. 2013. Quantifying the influence of Climate on Human Conflict. Science 341 (6151), doi: 10.1126/science.1235367.
—Gleick, P.H. 2014. Water, Drought, Climate Change, and Conflict in Syria. American Meteorology Society.

 

Deja tu comentario!