Dirk Gently, investigaciones holísticas y la pararibulitis
Dirk Gently, Agencia de Investigaciones Holísticas es una comedia de ficción basada en la serie de novelas homónima de Douglas Adams. Hoy nos vamos a centrar en ella y en la enfermedad que sufre una de sus protagonistas: la pararibulitis, una patología ficticia con una base muy real.
La historia se centra en los personajes de Dirk Gently (Samuel Barnett), un detective raruno cuyo modus operandi consiste en escuchar los mensajes que cree recibir del universo para resolver sus casos, y Todd Brotzman (Elijah Wood), su accidental compañero de aventuras. A la trama principal se une la alocada asesina (también holística, por supuesto) Bart Curlish (Fiona Dourif) y Amanda Brotzman (Hannah Marks), hermana de Todd, y en quien nos vamos a detener al ser la protagonista de este artículo por sufrir una enfermedad denominada pararibulitis.
¿Qué es la pararibulitis?
Para empezar, hay que explicar que la pararibulitis no existe como tal, es una enfermedad ficticia. No obstante, esta patología presenta unos signos y síntomas que podrían ser originados por múltiples causas, así que con toda probabilidad los creadores de la serie simplemente han dado un nombre nuevo a una vieja enfermedad.
Según describe la propia Amanda, la pararibulitis consiste en una enfermedad nerviosa que produce alteraciones en el cerebro de manera que sufre una serie de alucinaciones en las que cree ver objetos que le producen heridas y puede sentir el dolor de las mismas.
Podemos apreciar los efectos de la pararibulitis en el minuto 20 del primer episodio cuando Amanda está tocando la batería y sufre una alucinación que le hace ver la baqueta como un cuchillo que está cortándole en la mano.
¿Qué más sabemos de la pararibulitis? Pues que el propio Todd la padeció en su juventud, que además es hereditaria (cinco generaciones de Brotzman la han padecido) y que existe un tratamiento para curarla que es muy caro.
Según describe la propia Amanda, la pararibulitis consiste en una enfermedad nerviosa que produce alteraciones en el cerebro de manera que sufre una serie de alucinaciones en las que cree ver objetos que le producen heridas y puede sentir el dolor de las mismas
Inspiración real
Existen patologías neurológicas que dejan a la pararibulitis en mantillas, empezando por el síndrome de Cotard; una patología neurológica por la cual quienes la padecen creen estar muertos e incluso son conscientes de cómo se deteriora su cuerpo y sienten (delirios olfativos) la putrefacción del mismo. En una fase avanzada de la enfermedad llegan a creerse inmortales, dado que son conscientes de que mientras su cuerpo se pudre caminan entre los vivos.
Otra de las patologías neurológicas graves que pueden producir alucinaciones visuales que consisten en ver y sentir cómo un grupo de parásitos se deslizan bajo tu piel, picando y mordiendo, es el síndrome de Ekbom o delirio de parasitosis. Esta enfermedad puede llegar a producir tal angustia que los pacientes tienden a producirse autolesiones severas.
Pero en cuanto a distorsiones visuales el premio se lo lleva el síndrome de Alicia en el País de las Maravillas, según el cual los pacientes que la sufren presentan una distorsión del espacio y el tiempo y pueden percibir sus miembros (brazos y piernas) más largos o más cortos, o los objetos (vehículos, casas, personas) más pequeños o grandes de lo normal.
Por otro lado, y fuera de las patologías neurológicas, también se han descrito alucinaciones visuales en pacientes con pérdida de visión, principalmente en personas con grandes lesiones visuales. Esta enfermedad se conoce como el síndrome de Charles Bonnet y quienes lo sufren pueden ver desde alucinaciones en forma de patrones de color hasta ver rostros de personas que se manifiestan incongruentemente ante ellos.
Centrémonos en las alucinaciones
Pues eso, al lío. Más allá de todos estos síndromes que producen una alteración y percepción de la realidad (alucinaciones) tan llamativa seguro que os estáis planteando si es posible qué el Barça remonte hoy al PSG o qué es lo que produce estas alucinaciones.
Se han descrito múltiples causas que provocan alucinaciones visuales, olfativas, sensación de dolor o ausencia del mismo (leer sobre el Trastorno de Identidad de la Integridad Corporal en Personas incompletas), picaduras, mordiscos, sentir que tu marido ha sido sustituido por un extraño (síndrome de Capgras) y varios trastornos más que desde un punto de vista clínico son realmente interesantes aunque maldita la gracia de quienes los padecen.
Normalmente todas estas patologías se asocian con la esquizofrenia o con el consumo de drogas y alcohol e incluso con el síndrome de abstinencia, y aunque en muchos casos es así también hay que tener presente que no siempre estos son el origen de las alucinaciones.
Se han descrito casos en los que un descenso de magnesio (hipomagnesemia) en el cerebro ha sido la causa de alucinaciones visuales y presencia de un dolor persistente inexplicable. Estos niveles bajos de magnesio puede presentarse en pacientes alcohólicos, grandes quemados, pacientes con tratamientos paliativos, diabetes no controlada, desnutrición, etc., es decir, siempre van asociados a otras patologías de carácter severo.
La demencia es otra de las enfermedades que pueden provocar delirios y alucinaciones visuales, donde estos son bastante comunes. El origen de la demencia incluye desde enfermedades metabólicas como la porfiria o la enfermedad de Wilson al Alzheimer, pasando por la demencia vascular.
En pacientes con epilepsia (leer El existencialista epiléptico) se pueden producir alucinaciones, principalmente olfativas, aunque también se han descrito alucinaciones visuales (ver gatos negros) y auditivas (escuchar música tirolesa).
La hipotermia también puede producir alucinaciones, siendo una de las más curiosas la que han padecido algunos montañeros que han asegurado que alguien les seguía mientras trataban de alcanzar algunos de los picos más altos (y fríos) del planeta (leer No te gires).
La fiebre producida por infecciones también puede provocar alucinaciones, habiendo sido descritos casos del síndrome de Alicia en el País de las Maravillas en pacientes con infección por el virus Epstein-Barr, un herpesvirus que afecta al sistema nervioso central y que es el responsable de la mononucleosis infecciosa.
Normalmente todas estas patologías se asocian con la esquizofrenia o con el consumo de drogas y alcohol e incluso con el síndrome de abstinencia, y aunque en muchos casos es así también hay que tener presente que no siempre estos son el origen de las alucinaciones
También las migrañas pueden ser una fuente de alucinaciones visuales, aunque se ha descubierto que están íntimamente relacionadas, de nuevo, con los bajos niveles de magnesio de los que hablábamos anteriormente.
Existen otras causas que pueden producirnos alucinaciones como el duelo tras la muerte de un ser querido (a veces se pueden escuchar voces), tumores cerebrales, narcolepsia, etc., así que como podéis ver, no es la pararibulitis una enfermedad demasiado original aunque sí llamativa.
De nuevo nos encontramos ante uno de esos desafortunados casos en los que la realidad, holísticamente hablando, supera con creces a la ficción.
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