Ponme un Levi-Strauss
Pienso en Lévi-Strauss como un cocktail de muchos ingredientes repartidos en distintas dosis en esa gran coctelera de historias increíbles que fue el siglo XX. Así que vamos a ver qué elementos lleva un Levi-Strauss.
25 de Julio de 2017
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Tener raíces judías en el siglo XX te aseguraba una vida convulsa, no exenta de discriminación, persecución y violencia. Es este el primer aspecto de Lévi-Strauss, nacido el año 1908 en el seno de una familia judío-alsaciana en Bruselas. El judaísmo es un elemento que acompaña a cualquier buena historia del siglo XX aunque solo sea para dar un toque, un leve aroma, pues Lévi-Strauss, que vivió con su abuelo rabino tras la Primera Guerra Mundial, nunca mostró un gran interés por el judaísmo ni por la religión. Hay ingredientes que juegan un papel distinto y es difícil saber qué ocurriría si quitáramos uno en el resultado final. El contexto familiar es uno de ellos y en el caso de Lévi-Strauss tuvo la suerte de crecer en un hogar donde la cultura y el arte tenían valor en sí. Es este un componente que al añadirlo a la mezcla crece como la levadura y así despertó en Lévi-Strauss el interés por la naturaleza, lo exótico y el coleccionismo de objetos culturales. Con estos dos elementos, el cocktail que iba a desembocar en el futuro antropólogo iba cobrando forma.
Hay otros dos aspectos presentes en la biografía Lévi-Strauss que podemos decir son clásicos del siglo XX: la militancia marxista que le condujo al pensamiento de Marx y el interés por el psicoanálisis. A ello hay que sumarle la búsqueda por comprender la naturaleza a través de los procesos geológicos. Todos estos elementos iban configurando el futuro antropólogo, incluso la vocación frustrada de maestro, que lo aburría, o la renuncia de sus estudios en filosofía por considerarla una perogrullada a veces ininteligible que no le ayudaba a su doble objetivo: dotar de rigor científico las disciplinas humanas y comprender la humanidad. Este lo iba a conseguir gracias a la antropología, a través de examinar la diversidad cultural de las sociedades humanas y los subsistemas en que esta se divide. El parentesco y el mundo de lo simbólico (los mitos) fueron los dos subsistemas en que se centró Lévi-Strauss.
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