Gustavo Pittaluga. De Madrid a La Habana, huyendo de la epidemia fascista
Cuando en 1936 estalla la guerra civil se da por terminada la Edad de Plata de la ciencia en España. Con la victoria militar, los científicos del bando republicano son expulsados de sus cátedras en el llamado proceso de depuración de la universidad y forzados al exilio. Gustavo Pittaluga Fattorini (Florencia, 1876 — La Habana, 1956), médico, parasitólogo, pionero hematólogo y diputado de las Cortes republicanas personifica la sangría del capital intelectual que vivió la España franquista.
9 de Agosto de 2017
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Pittaluga es un joven médico italiano cuando acude a al Congreso Internacional de Medicina de Madrid para presentar sus investigaciones sobre la epidemia de la malaria en España. No es su primera vez en la capital, ya que desde hace dos años visita el país para trazar el primer mapa de la distribución de malaria en Madrid, Barcelona, Valencia, Guadalajara y Baleares. Entre la audiencia se encuentra Santiago Ramón y Cajal, quien muestra tal interés por sus investigaciones que lo invita a trabajar con él en el Instituto Nacional de Higiene Alfonso XIII, del cual Ramón y Cajal es director. Pittaluga acepta —y además decide nacionalizarse español— e ingresa en 1905 como jefe del servicio de desinfección del Insituto. Esta sera la única vez que emigra por motivación propia. Dos exilios políticos le esperan, los cuales no frenan su actividad científica ni aplacan su ideología, solo contribuyen al letargo de la ciencia nacional. Pero esto Pittaluga ni lo sospecha.
Por aquel entonces se acaba de crear la Junta de Ampliación de Estudios e Investigación (más conocida como JAE), un organismo simiente en el despertar de la ciencia en España que destaca por estimular la colaboración entre universidades españolas y extranjeras. Él se cuenta entre los científicos internacionales fichados gracias a la JAE y pasa a formar parte de la generación de investigadores españoles en el prometedor panorama científico nacional del primer tercio del siglo XX, la llamada Edad de Plata. Pronto se casa y forma una família, despegando así su comprometida y prolífica carrera científica en España.
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Créditos de portada: Maurice Fromkes.
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