A pesar del calor que está arrasando España, en estos días por fin ha llegado el invierno. Y no, no me he vuelto loco por el caloret, me refiero a uno de los hechos más esperados por todos los seguidores de Juego de tronos, que ha vuelto a las pantallas en esta segunda quincena de julio. Y puesto que las novelas y posterior serie están fuertemente influidas por la Edad Media, son un escenario perfecto para poder hablar de la ciencia que podemos encontrar en Juego de tronos, una perspectiva diferente que espero que os guste. (Como es lógico, este artículo contiene spoilers).
Según cuentan las novelas, Aerys Targaryen, el rey loco, tenía una gran fascinación por el poder destructivo del fuego, sobre todo del fuego valyrio con el que quiso hacer arder todo Desembarco del rey. Esta misteriosa sustancia incendiaria también es un recurso que a lo largo de la historia utilizan tanto Tyrion como Cersei de la casa Lannister. Este misterioso material tiene la capacidad de arder incluso en contacto con el agua y su uso decantó la victoria en la batalla del Aguasnegras a favor de los Lannister.
Sin duda alguna, George R. R. Marín tomó como referencia para esta misteriosa sustancia el fuego griego. El origen real de esta misteriosa arma nos lleva al imperio bizantino, y fue desarrollada por un ingeniero militar llamado Callínico. Se trataba de un tipo de líquido inflamable utilizado principalmente en batallas navales, que se lanzaba de un barco a otro mediante unos dispositivos hidráulicos o en formato granada formada por unos recipientes cerámicos. Según se cuenta en crónicas bizantinas, tenía capacidad incendiaria incluso bajo el mar. Su composición es uno de los secretos mejor preservados en la historia de la humanidad y ha dado lugar a todo tipo de teorías sobre su composición. Fue crucial en algunas victorias de bizantinos frente a las flotas árabes y se utilizó durante más de seis siglos. En guerras más recientes también se han utilizado sustancias con un poder destructor similar, como el napalm.
El autor consigue crear una historia que bebe de diferentes mitologías, de pugnas reales que hubo en la Edad Media (como la que hubo entre los Lancaster y los York) y de una gran imaginación que sumerge al fan en un universo totalmente nuevo. A lo largo de las páginas o los episodios aparecen un grupo de seres mitológicos, aunque algunos pueden tener un origen mucho más real del que creemos. En primer lugar, me gustaría hablar de los hijos del bosque, los seres que aparecen en compañía de Bran, Meera y Hodor en su estancia con el cuervo de los tres ojos. Son considerados los primeros habitantes de Poniente, y estuvieron allí incluso antes de los primeros hombres. Son seres similares a los humanos pero de mucha menor estatura y peso, lo que les asemeja al Homo floresiensis, una especie del género Homo que habitó la isla indonesia de Flores hasta hace unos 50 000 años y que se caracterizaban por medir poco más de un metro y pesar en torno a los 25 kg.
En el universo de George R. R. Martin aparecen toda clase de seres mitológicos como los dragones, el kraken o lobos huargos. Si nos fijamos en estos últimos, harían referencia al extinto Canis dirus, que habitó en América hasta hace pocos milenios y según el registro fósil llegaban a pesar más de 80 kilos.
Son seres similares a los humanos pero de mucha menor estatura y peso, lo que les asemeja al Homo floresiensis
Se acerca el invierno
Las oscilaciones tan dramáticas de temperatura que afectan a los Siete reinos es uno de los temas que más han llamado la atención de los amantes de Juego de tronos y de la ciencia. Las temperaturas estacionales de nuestro planeta se deben principalmente al eje de inclinación. Una posible explicación de estas estaciones tan largas del planeta creado por George R.R. Martin podría ser que este tuviera un eje muy inclinado o que esta inclinación fuese variable, lo que le otorgaría al clima cierta aleatoriedad. También podría ser que planeta tuviera una órbita muy excéntrica que llevase a tener largos inviernos y periodos más cálidos, aunque en este casi se cumpliría una periodicidad y no sería tan difícil determinar cuándo va a llegar el invierno. De todas las teorías que hay por la red, la más atractiva desde mi punto de vista es que se trate de un planeta circumbinario (un planeta que orbita a dos estrellas). Estos sistemas existen y el proyecto Kepler ha observado varios de ellos como el Kepler 34, 35, 38 y 47 entre muchos otros. De hecho, esta explicación se ha llegado a comprobar de forma matemática.
Uno de los grandes dilemas que ofrece la serie para todos los fans con mentalidad científica es la viabilidad y estructura del Muro. Se trata de una enorme estructura de 213 metros de alto y 482 kilómetros de largo que lleva protegiendo a los Siete reinos desde hace más de 8000 años.
Muchos han sido los investigadores que se han preguntado cómo sería posible erigir una estructura así solo con hielo. Mary Albert, científica del programa de perforación en hielo para la Universidad de Dartmouth en los Estados Unidos, opina que el muro tendría un peso tal que produciría deformaciones en la base. Una opción factible sería contar con un muro mucho más ancho que el que se presenta en las novelas y serie. Todo eso sin contar factores como el viento, oscilaciones de temperatura, etc. Según las novelas, ese muro está sometido a todo tipo de hechizos que lo mantienen en pie y le otorgan esa capacidad de protección.
Uno de los grandes dilemas que ofrece la serie para todos los fans con mentalidad científica es la viabilidad y estructura del Muro.
Cuando juegas al Juego de tronos, o ganas o mueres. No hay término medio
Los maestres serían los científicos de la época y la Ciudadela el MIT de poniente. Los maestres son médicos a la par que consejeros, ingenieros, meteorólogos, etc. A lo largo de la trama, uno de los recursos más utilizado por los maestres es la leche de amapola, un líquido con grandes capacidades somníferas y que parece ser la única solución para calmar el dolor en muchas ocasiones. El nombre sin duda procede de la adormidera (Papaver somniferum), una variedad de amapola de donde se obtiene el opio. De las pocas referencias a medicamentos que se ven en la obra encontramos el uso de las sanguijuelas, por ejemplo, práctica que era muy común en la medicina de la Edad Media. Los maestres también demuestran a lo largo de toda la trama ser unos grandes expertos en venenos, y es que estas sustancias también tienen una gran importancia en la historia.
Otra de las características de la serie que trae de cabeza a los fans es el poco cariño que se le puede coger a un personaje, ya que nunca sabes cuándo puede morir. Lo que sí es seguro, y haciendo una retrospectiva, es que su muerte seguramente sea cruel y grotesca (atención: spoiler gordo a continuación). Una de las muertes que más aplaudió el público fue la de Geoffrey, uno de los personajes más viles de la serie. En este caso, alguien envenenó su vino con una sustancia llamada el estrangulador, que acabó con él en pocos segundo. El veneno utilizado hace que los músculos de la garganta se hinchen generando la asfixia en pocos segundos. Si volvemos a la historia de la humanidad, el veneno más similar utilizado desde hace cientos de años es el cianuro, y podría haber sido la referencia en la que se basó el autor. Aunque por el efecto tan inmediato sobre los músculos de cuello y cara, el estrangulador podría estar basado en la estricnina, un potente alcaloide de sabor muy amargo.
En este caso, alguien envenenó su vino con una sustancia llamada el estrangulador, que acabó con él en pocos segundo.
Una de las enfermedades más prevalentes en el universo de Juego de tronos es la psoriagris. Esta afecta a personajes como Shireen Baratheon o Sir Jorah Mormont y si recurrimos a los libros se habla de personajes que la sufrieron como Maegelle Targaryen, Harlon Greyjoy o Jon Connington, además de los hombres de piedra que también aparecen en la serie.
En la historia se presenta a los enfermos de esta enfermedad aislados de la sociedad, a muchos de los cuales los mandan a la antigua Valyria para aislarlos del mundo. También se cuenta en los libros como muchos familiares los ocultan en sus casas para que no se los lleven, algo similar a lo que ocurría en la Edad Media con los enfermos de lepra. Se trata de un tipo de enfermedad dermatológica que no se puede comparar con ninguna que afecta al ser humano, en todo caso sería algún tipo de dermatitis contagiosa a través de un virus. Ya que en el caso de Jorah la manifestación de la enfermedad ocurre de una forma muy rápida. En base al tratamiento que se da de los pacientes, de ser una enfermedad que puede afectar a cualquiera, incluso a la realeza, seguramente el autor se fijó en la lepra, aunque a nivel de manifestación no sea muy parecida a la psoriagris. Aunque al contrario de lo que se piensa, la lepra no es una enfermedad tan contagiosa a través del contacto.
George R. R. Martin bebe de toda la cultura de la Edad Media y la mitología para desarrollar este apasionante mundo que a tantos nos ha embaucado, y como no podría ser de otra forma, la ciencia, como parte de la cultura, también aparece en esta majestuosa obra.
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