Querido investigador con nota media baja

Portada móvil

Qué guay que has decidido seguir adelante en tu carrera investigadora a pesar de tu nota media baja. No tienes buena nota media pero tampoco te da miedo trabajar gratis el tiempo que haga falta. Es genial porque solo hace falta ser consecuente, constante y trabajador para poder hacerte ese hueco deseado y hasta soñado en tu centro del CSIC o en tu departamento universitario. O no.

TEXTO POR ÁNGEL ABELLÁN
ILUSTRADO POR CANDELA FERRÁNDEZ
ARTÍCULOS
20 de Noviembre de 2017

Tiempo medio de lectura (minutos)

A ver, me explico, investigador de nota media baja. Yo soy como tú y empecé en esto hace tres años. En 2014 me empeñé en hacer prácticas en un centro de investigación y lo conseguí, a pesar de mi «pequeño problema curricular». Me gustó tanto todo esto, tanto tantísimo, que decidí que debía perseguir mis sueños y ser doctor y bla bla bla…

Pues con tanto bla bla bla, mira tú por donde ya estamos en 2017 y es justo ahora cuando voy a obtener mi primer contrato con su posibilidad de hacer una tesis doctoral. Y no ha sido sin ayuda. O sea, me he forjado un poco la buena reputación que me precede entre estas paredes y eso ha ayudado en el asunto, pero no ha sido suficiente. Nunca suele serlo, esa es la triste realidad. Pero piensa un momento, querido investigador con nota media baja. Realiza esta ecuación y cree en ti mismo cuando lo hagas. Aunque sacases un 5,5 en matemáticas en primero de carrera sé que serás capaz de resolverla:

2017 – 2014 = X

Exacto, querido investigador con nota media baja. TRES AÑOS han hecho falta para poder quedarme aquí. Tres años de trabajo gratis. Pero no solo eso, no es tan simple como trabajar tres años gratis, no. Habrás de lidiar con mucho. Habrás de lidiar con el sentimiento de inferioridad que supone tener una nota media baja. Habrás de lidiar con las murallas burocráticas que te vas a encontrar CONSTANTEMENTE por tu nota media baja. Habrás de lidiar con la montaña rusa de motivación que te espera: un día estará arriba del todo y luego caerá en picado y te tendrás la sensación tan guay en el estómago que sientes cuando bajas muy rápido. Jajajaja, es genial.

No, que va, es broma. No es nada genial, querido investigador de nota media baja.

Vale, todo esto puede parecer ir orientado en una sola dirección: hacerte ver que esto es una locura. Pero no van por ahí los tiros. He leído opiniones de todo tipo: que si es justo que toda la ponderación recaiga sobre tu nota media en la carrera, que si no es justo, que si la abuela fuma o que si deja de fumar. Pero las cosas no son blancas o negras y si parecen blancas o negras ya os digo yo que no lo son. Aquí hay un gris. ¿Por qué un error que se puede cometer por muchas razones personales diferentes tiene que marcar mi vida sin poder remediarlo? ¿Por qué no puedo yo, estudiante de grado, volver a pagar las asignaturas que crea convenientes para poder volver a cursarlas aunque pierda mi aprobado por el camino, asumiendo el riesgo si me da la gana?

Entendemos todos los investigadores de nota media baja de España (o al menos eso pienso), que cuando los alumnos salen de un grado no hay otro baremo que ese y, por tanto, todas las becas de iniciación a la investigación deban regirse por eso. Y punto. Pero lo que no entendemos es que años después, con publicaciones, experiencia acumulada a nuestras espaldas y no sé cuántas cosas más, esta cuestión que encima no nos permiten corregir nos siga torturando. No debería ser un punto de no retorno. No es justo.

Pero dicho esto, volvamos al meollo de la cuestión. Querido investigador de nota media baja, puedes lloriquear por las esquinas y quejarte todo el rato de lo injusto que es el sistema, pero ya te adelanto que eso no te va a servir de nada (por experiencia te lo cuento), o puedes trabajar como un cernícalo y sufrir las consecuencias de tus actos con valentía y decisión, creyendo ciegamente que hay un futuro para ti en este mundo regido por la pura pasión.

¡PERO CUIDADO!

Esto no te convierte en mejor persona, en un héroe, en un tío luchador ni en un ejemplo. Si acaso te convierte en un pringado. Vas a sufrir, mucho. ¿Merece la pena? No lo sé, puede que sí o puede que no. A mí me la ha merecido, porque yo quería realmente ser doctor y era consciente de lo que iba a sufrir (aunque debo admitir que, joder, no tanto). Pero posiblemente haberme decantado por un par de ofertas privadas que tuve, me hubiese hecho mucho más feliz. Nunca se sabe. Pero ten algo claro, en serio.

Querido investigador de nota media baja, si te has empeñado en ser doctor vas a serlo de una forma u otra. Y aquí viene la mejor noticia del mundo y la que tienes que visualizar como si no existiese otra cosa en el universo infinito: cuando seas doctor ¡la nota media que importe será la de tu tesis! Sería muy gracioso que luego tu tesis tuviese también una nota media baja, jajajaja. No, que va, no lo sería para nada.

Repito todo de nuevo para que no se olvide: esto no te convierte en mejor persona, en un héroe, en un tío luchador ni mucho menos en un ejemplo. Te convierte en algo mucho mejor.

Te convierte en un investigador.

De nota media baja.

Un abrazo fuerte.

Deja tu comentario!