Un puntito brilloso en el cielo para hacer experimentos
Son las nueve de la noche, todavía hay luz natural. Creo que por eso me gusta el verano. Al menos aquí en Europa Central, los días son largos, pero no me pregunten en invierno, porque lo odio. Oscurece tan temprano. ¡Y luego, con el cambio de horario a las 4 p.m. ya este obscuro!
Mi madre dice que no me debo de quejar, que en el el círculo polar ártico tienen seis meses de obscuridad- bah, nunca iría a vivir ahí. Lo mío es el espacio estelar, aunque también está obscuro…
Hoy en la radio hablaban del lanzamiento de un cuete al espacio con tres cosmonautas con destino a la nave espacial internacional «la ISS» (por sus siglas en inglés de International Space Station) que se encuentra a 400 km sobre la tierra. Ahí trabajan científicos de varias partes del mundo. La vida es un poco injusta. Ellos en la mejor de las aventuras, mientras yo debo dormir. Bueno, esos dicen mis padres con un tono que suena a orden:
—¡Ya deja ese teléfono! ¡no es bueno usarlo antes de dormir, mira que la luz azul que emite destruye tu ritmo circadiano!
Últimamente estamos tan poco de acuerdo. Creo que es la brecha generacional y tecnológica. Piensan que solo quiero jugar en el móvil. Si supieran que estoy con la ventana abierta, tratando de ver «la ISS». ¿Será cierto que, con 13 años, nos volvemos muy apáticos o queremos ir en contracorriente?
En estos tiempos es muy fácil localizar «la ISS» en el cielo, con solo tener la aplicación en el móvil “Spot the station" puedo saber a qué hora pasará por mi casa, incluso me envía un mensaje para qué me prepare unos minutos antes.
La nave es el tercer objeto más brilloso que podemos ver en el cielo obscuro, y al reflejar la luz solar se ve como una estrella, que podemos ver a simple ojo. ¡y al igual que la luna son como un gran espejo!
El teléfono vibra…cinco, cuatro, tres…levanto la vista al cielo obscuro y despejado,
—¡Wow, la ISS! - de igual tamaño que un estadio de fútbol americano. Y sin embargo desde la tierra lo vemos como un puntito brilloso. A diferencia de una estrella se mueve y desaparece muy rápido. ¡Y como no, si da una vuelta completa alrededor de la tierra en 90 min, casi 16 vueltas por día!
9 de Julio, 2016. 01:36 UTC
Sin salir de mi cama, con móvil en mano, unos clics en Google maps y ahora puedo estar de madrugada en el Cosmódromo de Baikonur, localizado en Kazajistán, antes parte de Rusia. El lugar más grande y antiguo del mundo desde dónde lanzan naves espaciales. Desde allí enviaron al Sputnik, el primer satélite artificial, hace 61 años, en la misma fecha en que nacía mi abuela, un 4 de Octubre de 1957.
Cuándo sea un poco mayor y pueda viajar sola, iré allí ha observar un lanzamiento espacial. Aunque la aguafiestas de mi madre dice que para entrar a ese país necesitaré visa, que hay que pagar y entregar no sé qué tantos papeles para el permiso. ¿Quién habrá inventado las fronteras? ¿acaso el universo las tiene?
Hoy todos están muy emocionados en Baikonur, están por lanzar la cápsula espacial llamada Soyuz MS-01. En el espacio se unirá a «la ISS» en uno de sus extremos. A esto se llama acoplamiento. Aunque no creo que sea tan sencillo como estacionar un auto, ¡pues la ISS va orbitando alrededor de la tierra! La misión 48-49 transportará a tres cosmonautas, que son los que caben un poco apretadillos en la Soyuz ¡allá arriba ayudarán a reparar «la ISS» y harán muchos experimentos!
El día y la hora son muy importantes para el lanzamiento, tienen que escogerlo en el momento en que «la ISS» pasará por arriba del cosmódromo. ¿Qué tan complicados serán los cálculos para el despegue y cómo calcularán la órbita de salida para hacer un acoplamiento perfecto? –tal vez por eso mi mamá dice que debo estudiar muchas matemáticas, unos cálculos malhechos y nuestros cosmonautas podrán salir disparados hasta el sol.
Miro al cielo en un intento de creer que veo la pequeña Soyuz, con su forma de peón de ajedrez. Adentro de ella imagino a los cosmonautas sentados con todo y trajes espaciales. ¡Seguro se sentirán como sardinas enlatadas! ¡Y cómo no, si el viaje toma dos días! Este viaje es especial, pues harán todos los ajustes necesarios para que, en los siguientes lanzamientos, la Soyuz llegué a «la ISS» solo en seis horas ¡eso sí podría resistirlo si yo fuera la astronauta, sin sentirme como sardina enlatada!
—Hasta pronto, buen viaje- les digo en voz baja, mientras extiendo mi mano en señal de despedida y me pregunto ¿por qué no hay cosmonautas adolescentes? –y casi al mismo tiempo escucho la voz de mi mamá —¡Mira que para ser cosmonauta hay que estudiar y entrenar por muchos años!
9 de Agosto, 2016.
Estoy muy emocionada, a pasado un mes y Kate Rubins mi científica favorita transmite en vivo desde el canal de la NASA – ¡y cómo no, si también en la ISS hay wifi!
Sus cabellos alborotados flotan debido a que la gravedad es diferente a la de la tierra. Ella nos platicará de uno de sus experimentos. Será la primera vez que secuencien en el espacio el ADN, es decir descifrarán el código secreto guardado adentro de las células.
—Este es un secuenciador de ADN, ultramoderno, se llama minION. Muy pequeño comparado con el que se usa en la tierra, que es del tamaño de una mesa. ¡Qué gran la diferencia! - exclama Kate mientras muestra a la cámara de video un aparato del tamaño de un teléfono.
Desde nuestro planeta lo hemos traído junto con muestras del ADN de células de ratón, virus y bacterias. Las pondremos dentro del minION, el cual nos descifrará el código de las células utilizando combinaciones de las letras A, T, C y G. En nuestro planeta esto se hace ya en muchos laboratorios alrededor del mundo. Y para comprobar que funciona aquí en «la ISS», en el planeta tierra harán el mismo experimento, después compararemos los resultados - dice Kate mientras adiciona una gotita de ADN dentro del aparatejo.
—ustedes se preguntarán ¿para qué hacerlo en el espacio si ya lo hacen en la tierra? -
Ah, y ¿si nos encontramos un extraterrestre o señales de vida, y si fuésemos de vacaciones al espacio o a vivir a Marte? – suena excitante, pero díganme- ¿Qué pasaría si ustedes estando allá se enfermasen? ¿cómo podríamos identificar si algún microorganismo es el culpable?
Enviarlo a la tierra tardaría muchos días, incluso meses. Y ni hablar del costo. ¡Sería el viaje al doctor más caro del mundo!
Si logramos que funcione en «la ISS» al igual que en la tierra, en unas horas podríamos diagnosticar la enfermedad y darles la medicina adecuada.
De improviso Kate suelta una gotita de agua y esta empieza a flotar.
—En la tierra, la gravedad hace que la gota caiga, aquí en el espacio debido a la microgravedad flota, al igual que yo. El ADN está en forma líquida, por eso también es importante saber si se comportará como en el planeta tierra- sigue explicando la entusiasmada Kate.
30 de Octubre, 2016 03:58 UTC
Han pasado cuatro meses. Es hora de que nuestros tres cosmonautas regresen al planeta tierra. Afortunadamente el regreso es más corto, ¡solo viajarán como sardinas enlatadas tres horas y media!
En la base de control del Cosmódromo de Baikonur, hay grandes pantallas que muestran las imágenes de lo que hacen los cosmonautas dentro de Soyuz, de la velocidad del viento, el helicóptero de rescate, el carro de bomberos y del lugar del descenso de la cápsula…
El regreso comienza, las pantallas muestran como la Soyuz se separa de «la ISS» y empieza a girar alrededor del planeta tierra. En un punto alcanza la velocidad y el punto exacto en que debe entrar en la atmósfera de la tierra para caer cerca de Baikonur. En ese momento la Soyuz con su forma de peón de ajedrez se separa en sus tres compartimientos.
—La ignición se ha llevado exitosamente - informa el controlador desde Baikonur, mientras mi corazón late muy fuerte, pues la cabeza y la cola de la Soyuz empiezan a quemarse hasta desintegrarse ¡que susto! —Estamos entrando a la estratósfera de la tierra. Es una sensación muy fuerte. La gravedad la sentimos en el cuerpo ¡es como ir en una montaña rusa muy alta! por las ventanas vemos chispas que desprende la cápsula-con una voz robótica informa el capitán desde el compartimiento restante de la Soyuz, el cual va protegido por materiales a prueba de fuego.
¡El tan modesto, porque en las pantallas se observa a la Soyuz roja, roja, como una bola de fuego cayendo a la tierra!
De repente el paracaídas de la Soyuz se abre y minutos después cae rápido sobre el suelo levantando una nube de polvo. El grupo de rescate corre a su encuentro.
La cápsula luce un poco quemada. Rápidamente con unas pinzas enormes la abren como lata de sardinas.
Aparecen los cosmonautas, sonrientes se abrazan entre ellos -ha sido un viaje inolvidable- dicen, mientras los transportan en camillas rumbo al helicóptero porque sus cuerpos acostumbrados a la microgravedad los sienten pesados como si fueran elefantes.
Kate Rubins luce sonriente como augurio de excelentes noticias para el futuro de los viajes espaciales y la colonización de otros planetas. Y en ese futuro, tal vez sea yo, una de esas primeras cosmonautas…
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