Las aventuras de Matraz y Gotero

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Relato finalista del primer concurso de cuentos infantiles Ciéncia-me un cuento.
Organizado por la Society of Spanish researchers in the United Kingdom (SRUK/CERU).

TEXTO POR BEATRIZ ROLDÁN
ILUSTRADO POR MARTA SEVILLA
KIDS
CIENCIA | CUENTO
22 de Noviembre de 2018

Tiempo medio de lectura (minutos)

Era un día de lluvia y nuestros amigos Gotero y Matraz estaban aburridos en el laboratorio. Como era domingo, ningún científico apareció por allí. Decidieron mirar por la ventana y descubrieron unos extraños colores que provenían del cielo.

–¿Qué es eso? –preguntó Matraz sorprendido a la vez que admiraba esos maravillosos colores.

Ninguno de los dos sabía darle explicación a ese fenómeno así que decidieron ir a investigar.

–Haremos lo que hacen los científicos: averiguar las cosas y encontrarles un porqué –sugirió Gotero– ¡Camino al cielo! –exclamó señalándolo con la punta del dedo.
–Pero para ello –respondió Matraz tocándose la barbilla como si estuviera pensando – deberíamos construir un vehículo. Vamos a mirar lo que encontramos –propuso con una gran sonrisa en la cara.

Y así, los dos amigos se pusieron manos a la obra. Poco a poco consiguieron crear un avioncito con la base de cartón y las alas de papel. Se movía con un mecanismo que nuestros amigos crearon, parecido a los pedales de una bicicleta. Recubrieron el avión con plástico para que no se mojara y ellos se pusieron los chubasqueros y cogieron sus paraguas.

Pedaleando, pedaleando, consiguieron despegarlo.«¡Mira qué alto vamos! –exclamó Gotero».

Por el camino se encontraron una mariposa que revoloteaba por encima de un jardín lleno de flores preciosas y decidieron ir a preguntarle:

–Hola Mariposa –dijo Matraz sonriente.

–Jajajaja –reía Mariposa mientras chocaba sus alas simulando unas palmadas.

Matraz y Gotero se miraron sorprendidos posicionando la boca para abajo mientras subían sus hombros.

–Perdón –dijo Mariposa –, es que es la primera vez que veo a dos cosas tan raras volando. ¿Queríais algo?
–¡Sí! –exclamó Gotero abriendo los ojos de par en par–. Nos preguntábamos de dónde vienen esos colores que han aparecido en el cielo como por arte de magia.
–Mmmm... –pensaba Mariposa mientras con un ala se tocaba la cabeza–. Creo que esos colores salen del polen de una flor, que con el viento vuela hasta el cielo.

Matraz y Gotero se miraron incrédulos. Esta explicación no les satisfizo, ellos veían muchas flores en el laboratorio pero nunca ninguna que tuviera el polen de colores, así que decidieron seguir buscando una respuesta válida.

Volando y volando vieron a un gorrión y se dirigieron hasta a él para preguntarle:

–Hola Gorrión –dijo Gotero sonriente.
–Jajajaja –reía Gorrión tapándose el pico con el ala.

Matraz y Gotero se miraron sorprendidos posicionando la boca para abajo mientras subían sus hombros.

–Perdón –dijo Gorrión –, es que es la primera vez que veo a dos cosas tan raras volando. ¿Queríais algo?
–¡Sí! –exclamó Gotero abriendo los ojos de par en par–. Nos preguntábamos de dónde vienen esos colores que han aparecido en el cielo como por arte de magia.
–Mmmm... –pensaba Gorrión mientras con un ala se tocaba la cabeza–. Son del estornudo de un unicornio –contestó finalmente.

Matraz y Gotero se miraron con cara de incredulidad puesto que ellos sabían que los unicornios no existían, así que se despidieron del gorrión y decidieron seguir buscando una teoría más coherente que pudiese demostrar de dónde provenían aquellos colores presentes en el cielo.

Los dos compañeros siguieron volando en busca de una respuesta, hasta que se encontraron con un águila y decidieron ir a preguntarle, a ver si esta les daba la respuesta correcta. Matraz y Gotero estaban ansiosos por averiguar qué eran esos colores del cielo que tenían forma de arco.

–Hola Águila –dijo Matraz sonriente.

–Jajajaja –reía Águila tocándose la barriga con sus grandes alas.

Matraz y Gotero se miraron sorprendidos posicionando la boca para abajo mientras subían sus hombros.

–Perdón –dijo Águila –, es que es la primera vez que veo a dos cosas tan raras volando. ¿Queríais algo?
–¡Sí! –exclamaron Matraz y Gotero a la vez.
–Queríamos saber si tú nos podrías explicar qué son esos colores del cielo –dijo Matraz señalándolos.

El águila negó con la cabeza y dijo:

–Yo no lo sé, pero le podéis preguntar al Sol, que es el rey del cielo y, según dicen, lo sabe todo.
–¡Muchas gracias por ser tan sincera! –exclamó Gotero–. No te puedes ni imaginar lo que nos han contado por ahí.

Así pues, cogieron fuerzas y pedalearon hasta llegar al Sol.

Traspasadas las nubes, ya no llovía. Y ahí estaba el Sol: brillante, con su luz blanca y una gran sonrisa. Dicen que siempre sonríe porque le encanta su trabajo: dar luz a todos los habitantes de la tierra.

Una vez los dos amigos se pusieron al lado del Sol, Gotero dijo:

–Hola Sol.
–Jajajaja –reía el Sol moviendo sus rayos.

Matraz y Gotero se miraron sorprendidos posicionando la boca para abajo mientras subían sus hombros.

–Perdón –dijo el Sol –, es que es la primera vez que veo a dos cosas tan raras volando. ¿Queríais algo?
–Sí, queremos saber qué son esos colores que salen en el cielo y nos han dicho que tú nos podrías ayudar –dijo Matraz.

Sol sonrió y pensó que no había mejor manera de explicar algo que con un cuento, así que les empezó a contar la siguiente historia: hace mucho tiempo, estaba yo tan contento en el cielo que, de repente, vi a una nube, pero esta no era blanca, como las que yo había visto antes, sino grande y negra. Me acerqué y le pregunté si le pasaba algo. La pobre se puso a llorar y me acerqué aún más para consolarla. Al hacer esto empezaron a aparecer colores. Nube se quedó sorprendida y le expliqué que cuando las gotas y mis rayos se juntan sale un arcoíris. Cuando mi luz atraviesa una gota de lluvia, esta deja que todos los colores básicos se vean: el azul, el amarillo, el rojo...
Nube se puso muy contenta y paró de llorar y así mismo dejó de llover. Desde entonces cada vez que veo una nube triste me acerco para formar un arcoíris, pues pensé que si a las nubes les gusta tanto, a las personas seguro que les alegraría en un día de lluvia.

Matraz y Gotero estaban sorprendidos.

–¿Has dicho ar-co...iris? –preguntó Matraz con los ojos brillantes.
–Sí –contestó rotundamente el Sol –. Arcoíris, así se llama al conjunto de colores en forma de arco que aparecen en el cielo.

Esta explicación les gustó más a nuestros amigos, ya que habían visto con sus propios ojos, mientras el sol explicaba la historia, cómo se creaba el arcoíris.

Se despidieron de Sol dándole las gracias y volvieron al laboratorio. Les había encantado esta aventura.

–Tenemos que hacerlo más veces –sugirió Gotero mirando al cielo–. Salir a investigar, descubrir cosas nuevas...

Los amigos se miraron y sonrieron. Se metieron en su vitrina a descansar, esperando que al día siguiente una aventura nueva pudieran realizar.

Y colorín colorete ya tienes un nuevo cuento para entretenerte.

 

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