Biomiics. Biología en cómics

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En Principia tenemos claro que el cómic es una herramienta perfecta para la divulgación científica. Buena muestra de ello es The OOBIK, el cómic creado por el bioquímico Carlos Romá y el dibujante Gerardo Sanz, y cuyas aventuras se publican con cada número de Principia Magazine y Principia Kids.

TEXTO POR KIKO SÁEZ DE ADANA
ILUSTRADO POR MIRIAM RIVERA
ARTÍCULOS
CIENCIA | CÓMIC | ENTREVISTA
10 de Enero de 2019

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Por ello, hoy os hablaremos de Biomiics, un proyecto de un enorme interés en el campo de la divulgación científica en el que, a través del cómic, se muestran de forma sencilla y rigurosa algunos conceptos relacionados con la ciencia y, sobre todo, con la biología.

Un proyecto que demuestra la versatilidad y eficacia del cómic como herramienta de comunicación. En este artículo conversamos con su creadora, Miriam Rivera, una chica de Barcelona de veinticuatro años, Graduada en Biología Humana, que, además de su tarea como freelance en la creación de los cómics que se pueden encontrar en su página, trabaja como secretaria técnica y responsable de comunicación tanto en la Asociación Catalana de Comunicación Científica (ACCC) como en Aciertas, proyecto educativo de la Confederación de Sociedades Científicas de España. Miriam nos cuenta un poco los orígenes del proyecto y los objetivos principales que pretende con su trabajo.

La primera pregunta nos llevaría al origen del proyecto, es decir, ¿cuándo y por qué decides empezar a utilizar el cómic como herramienta de divulgación científica? 

La verdad es que de una manera algo tonta y casual. Cuando estaba terminando Biología Humana me di cuenta que no quería dedicarme a trabajar en un laboratorio. Por otro lado, a mí siempre me había gustado dibujar y como en la carrera me había centrado mucho en los estudios y tenía muy poco tiempo libre, me había quedado con ganas de hacerlo y si empezaba a trabajar en un laboratorio pensaba que quizá nunca tendría la oportunidad de volver a dibujar y no quería que eso pasara. Estas dos cosas unidas al hecho de haber cursado una optativa de comunicación científica me hizo plantearme que quizá hubiera alguna posibilidad de encontrar trabajo en una agencia de comunicación o en algún departamento de comunicación en el que pueda explicar conceptos relacionados con la ciencia y, al mismo tiempo, aportar algo de mis conocimientos de dibujo. Esa idea estaba ahí cuando decidí estudiar el Máster de Comunicación Científica de la Universidad Pompeu Fabra. Y durante el transcurso de ese Máster, se planteó con unos amigos la posibilidad de hacer un blog para divulgar contenidos científicos, en el cual cada uno iba a usar el formato y el contenido que a él le gustara. Uno quería hacer entrevistas por la calle, otro quería hacer podcast y yo me planteé la posibilidad de hacer cómics o algún tipo de infografía. El blog no llegó a realizarse, pero yo ya había hecho mi parte, así que decidí subirla a las redes. Hay que tener en cuenta que yo en aquel momento solo tenía una cuenta de Twitter que me había hecho para el máster pero que prácticamente no utilizaba, solo tenía veintiocho seguidores. Pero, pese a eso, el cómic tuvo un montón de likes y un montón de retuits. Fue algo totalmente inesperado. Yo creía que le iban a dar like mis cuatro amigos del máster. Pero no fue así y eso me animó a hacer más cómics. Usar Twitter fue lo que me permitió conocer más gente que hacía cosas similares. Conocí, por ejemplo, a Jesús Sánchez, que ahora es mi compañero en un taller que organizamos y que se llama Ciencia se escribe con C de cómic, que ya ha recorrido varias ciudades de España. Jesús, de hecho, fue el intermediario en el primer encargo que recibí de una agencia que quería hacer un cómic para una campaña de vacunación. Y así fue empezando, de manera que cuando acabé el máster ya estaba colaborando con la agencia. Poco a poco, llamando a muchas puertas y dedicando tiempo al networking, fui recibiendo suficientes encargos para animarme a dedicarme a ello profesionalmente.

Antes de dedicarte a la biología, ¿habías hecho algún otro tipo de cómic?

Sí, a mí siempre me ha gustado dibujar y el manga. De hecho, cuando era pequeña iba a un taller de pintura y hacía cuadros, pintaba figuras, hacía dibujos. Y después, en sexto de primaria me apunté a la Escuela Joso, de cómic y artes visuales, donde estuve realizando manga los sábados por la tarde durante cuatro años. Era como una actividad extraescolar, pero me encantaba y era súper feliz allí. Después, en cuarto de la ESO, ya había acabado manga y me apunté a creación digital. Allí aprendí a usar un poco Illustrator, Flash y Photoshop. Así, cuando llegué a bachillerato, me encontré que me gustaba dibujar pero la biología también. Pero claro, la gente me comía un poco la cabeza porque siendo una buena alumna era una pena que no usara mi capacidad  para estudiar ciencias (realmente, más que por inteligencia, considero que obtenía resultados a base de trabajo duro e hincar codos). Así que, al final, hice las dos cosas: el bachillerato científico de día y la modalidad artística en el horario nocturno. 

Obviamente, por tanto, en tu decisión de hacer cómics pesó mucho tu gusto por este medio, pero, ¿crees que aporta algo especial a la divulgación científica? O de otra forma, ¿qué características tiene el cómic que ayudan a la divulgación científica? 

No sé, en realidad no tiene mucha más explicación que esto es lo que a mí me gusta hacer. Pero pronto vi que podía comunicar y divulgar. Elegí el formato cómic porque a mí me gusta dibujar y me pareció que podía ser perfectamente válido para la comunicación científica. Pero a partir de ahí empecé a investigar acerca de lo que el cómic puede aportar en la comunicación científica, especialmente cuando empecé a realizar el taller. Y descubrí que hay muchas teorías que explican cómo la utilización de texto e imagen simultáneamente ayuda a comprender mejor el mensaje. Hay varias teorías sobre este tema, pero nosotros explicamos en el taller la teoría cognitivo-afectiva del aprendizaje multimedia, que entre otras cosas habla de lo que ya he comentado acerca de utilizar la imagen y el texto y cómo hace que recuerdes mejor el mensaje, pero además demuestra que un componente afectivo es muy importante, como el humor u otras emociones. No es solo que te gusten las imágenes, sino que la historia, el storytelling, también es importante. Es un componente que crea una emoción, bien porque te hace reír o porque te cause tristeza u otro tipo de sentimiento. Pero este sentimiento te ayuda a integrar mejor el mensaje, ya que estás siguiendo una historia con unos personajes. Cuando hago un cómic intento que no sea un dibujo con un párrafo de explicación, sino que los monigotes, digamos, vivan su aventurilla. Y eso es lo importante que tiene el cómic, la combinación del texto y la imagen para crear una historia. La narración es un aspecto fundamental para lograr el objetivo de la comunicación. 

En Principia estamos muy de acuerdo con lo de transmitir emociones al narrar una historia, que es la base de todos nuestros textos. Pero, volvamos al hilo de le entrevista, ¿qué influencias tienes en tu trabajo? Porque realizar cómic científico no es algo que sea muy común, al menos no lo era en el pasado, por eso tus influencias, ¿vienen del cómic, de la ilustración científica…? 

De la ilustración científica no, porque eso es otra cosa distinta, ya que hace más bien referencia a dibujos de animales, vegetales, minerales, etc. Es decir, todo lo que sea susceptible de ser dibujado para acompañar a un texto científico para aclarar o sintetizar determinados conceptos. Es una ilustración cuyo objetivo es acompañar un texto científico y tiene que ser una ilustración rigurosa, tienes que hacerla acompañado de un científico. No vale, digamos que si un animal tiene manchas siguiendo un determinado patrón, no puedes ir poniendo manchitas como te dé la gana, no, se tiene que ser muy riguroso. Digamos que no hay tanta cabida para la expresión artística. Es algo técnico, metódico y con mucho rigor. Yo no hago eso. Yo no dibujo especies de animales siguiendo estas pautas, yo hago cómics, que es algo totalmente distinto. Es otro formato al que trato de sacar el máximo partido a través de su capacidad de contar historias, que es lo que yo me planteo cuando hago un cómic. Por eso, diría que todas mis influencias vienen del mundo del cómic.

Los temas que tratas, ¿los eliges tú o te vienen por encargo?

Algunos los hago porque a mí me apetece tratar ese tema, pero otros son encargos. Sí que me ha pasado, en ocasiones, que la persona que me hace el encargo no tenga claro el mensaje, lo que quieren comunicar. Pero es que yo cuando recibo un encargo, no hago solo el cómic. Siempre hay un proceso. En primer lugar, elijo el mensaje que quiero transmitir con ese cómic y se lo presento al cliente. Presento el mensaje principal con unas ideas y una sinopsis de la historia que se puede contar para transmitir ese mensaje. Una vez la sinopsis se aprueba realizo el guion, del tipo: en la viñeta 1 hay este plano, sale este personaje, que es una molécula y hace esto y lo otro. Y también escribo lo que dice. Siempre usando imágenes de referencia y en todo momento en contacto con el investigador o la persona que me ha encargado ese cómic, porque quizá no es un tema en el que sea experta y necesito ese trabajo por su parte. Pero aunque yo no sea experta en un tema concreto, mi background científico me permite entender lo que se quiere comunicar. No creo que una persona que no haya estudiado nada de ciencia pueda entender a un investigador que, de primeras, le diga: «oye, mira, quiero que me dibujes un cómic sobre la vía de las MAP quinasas». No sabría lo que es. Necesitaría conocer algunos conceptos previos como qué es el GTP o una enzima, el contexto biológico en el que transcurre… Aunque tenga que documentarme, gracias a mi experiencia puedo entender el contenido. Digamos que la comunicación es más fluida y puedo llegar a entender lo que me pide el investigador de forma relativamente fácil. De este proceso de comunicación sale el guion que también debe ser aprobado, tras lo cual paso al boceto que también pasa su fase de aprobación, ya que aunque no se trate de ilustración científica, hay que ver si hay algún detalle que no sea riguroso o si hay algo que falta. Una vez aprobado este boceto, ya se realiza el cómic final.

Fragmento del biomiic Mosquitos: las navajas suizas de la naturaleza.

Por otro lado, también hay otros cómics que hago sin necesidad de que sean encargos. Hay un montón de cómics del principio, de cuando no tenía los encargos que los hacía porque yo quería. Y también el último que he hecho sobre sobre los mosquitos, lo he hecho porque yo he querido. Hay cómics que están en mi web que son de encargos y otros que no, que los hago porque sí. A ver, ese «porque sí» significa porque me gusta o porque es contenido para mi web, pero sobre todo porque yo quiero divulgar ciencia y que la gente aprenda sobre ella, de cosas que parece que no, pero les afectan, como el mal uso de los antibióticos, que sienta interés y se ría un rato, si puede ser.

Un objetivo que, podemos decir, cumplen los Biomiics con creces. Muchas gracias, Miriam, ha sido un verdadero placer conversar contigo y también leer tus cómics, otro buen ejemplo de cómo utilizar este medio para la divulgación de la ciencia.

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