«Yo, doctor» lo componen Guido Rodríguez de Lema y Juan Sánchez-Verde, médicos que trabajan en el servicio de urgencias de la Fundación Jiménez Díaz. Ambos con inquietudes similares, que se han planteado como meta el aportar un granito de arena en la educación sanitaria y la divulgación científica. Se decidieron por el uso del cómic y la infografía por ser un formato rápido y fácil de consumir y por su capacidad para viralizarse.
¿Qué posibilidades hay de encontrarte un médico aficionado a los cómics?¿Cómo de probable es que este médico además tenga formación artística?¿Y de que se decida a divulgar medicina aprovechando esta rara combinación?¿Y de que en vez de uno sean dos? ¿Y de que coincidieran trabajando juntos en el mismo servicio de urgencias? Ellos lo han calculado: 1 entre 5 123 543, aproximadamente.
Se dice de la medicina que es una profesión de vocación y lo cierto es que es tan exigente y tan absorbente que: «más vale que te guste, porque una vez estás dentro vas a: vivir, respirar, comer y cagar medicina». «Y no solo mientras estés en el hospital o la consulta sino que el tiempo libre prácticamente lo consume la recuperación de sueño perdido, la necesitad de estudiar para seguir formándote o las consultas de familiares o amigos». Sin embargo, estos médicos dedican ese tiempo a dibujar, que es otra forma de hacer medicina.
Inicialmente «Yo, doctor» surgió como una vía de escape para estos médicos, que se dedicaban a decir y contar aquellas cosas que en la consulta no podían; ya fuera por la falta de tiempo o por los propios pacientes. Más tarde descubrieron que el potencial educador del medio y comenzaron a utilizarlo para explicar aquellas cosas que creían que serviría a los pacientes y sanitarios.
Han intentado explicar mediante infografías porqué una burbuja de aire en un suero no puede matarte, porqué la fiebre es fiebre para todos o cómo se financia el sistema sanitario en España.
Todo esto sin olvidar el humor, siempre han intentado jugar a echar pullas, a pacientes, sanitarios, profesionales o ciudadanos. «A la gente no les suele gustar que le digan lo que ha hecho mal, pero si te ríes de ti mismo, al final con humor todo entra mejor», han declarado. En sus dibujos también ocultan referencias frikis a películas, videojuegos y literatura. Definiendo su estilo como divulgación gamberra.
Durante este escaso año de vida con el que cuenta «Yo, doctor» han iniciado colaboraciones con otros proyectos: comenzando por ejemplo una lucha personal contra las pseudo-ciencias de la mano de maldita.es, colaborando con la docencia de hospitales públicos de la comunidad de Madrid o formando parte del movimiento de «medicina gráfica» entre otros.
El secreto de cómo pueden sacar tiempo para el trabajo reside en que tanto Juan como Guido lo hacen todo: dibujan, entintan, dan color y desarrollan el guión de tal forma que en una infografía el dibujo original y el guion pueden ser de Juan, la tinta y el color los puede haber hecho Guido y en la siguiente los roles pueden ser fácilmente intercambiables, en función de la disponibilidad de cada uno. Dicho de otro modo: usan la técnica de Juan Palomo: yo me lo guiso y yo me lo como, pero en formato dúo, a lo Pimpinela, ya que entre los dos consiguen el tiempo libre para poder hacer algo que uno solo no podría.
Si te gusta la divulgación médica, «Yo, doctor» podrá sacarte una sonrisa. Si no te gusta ni el cómic, ni la temática, sin duda deberías darle una oportunidad solamente por la singularidad estadística que se ha dado para formar este dúo de médicos de urgencias que desde enero del 2018 inundan la red con divulgación gamberra sobre salud.
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