Desarrollan un dispositivo flexible a partir de disulfuro de molibdeno (MoS2) capaz de transformar las ondas electromagnéticas del entorno en energía eléctrica.
Cada vez estamos más cerca de despedirnos de las baterías, tóxicas y contaminantes. El paso más reciente lo ha dado un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachussets y de la Universidad Politécnica de Madrid, cuyo trabajo se publicó este lunes 28 de enero en Nature. En él se presenta una nueva tecnología con la que se puede generar electricidad a partir de las ondas electromagnéticas del ambiente, como la señal wifi, y alimentar nuestros aparatos electrónicos sin necesidad de emplear baterías.
La clave de este avance se basa en un diodo de disulfuro de molibdeno (MoS2), un material bidimensional con apenas tres átomos de grosor que convierte la corriente alterna que llega a través de la antena rectificadora —también conocida como rectena— en corriente continua, la que necesitan los circuitos electrónicos. Flexible y, a diferencia del grafeno, semiconductor, sus propiedades físicas lo hacen ideal para adaptarse a las formas de los dispositivos electrónicos, cubrirlos eficientemente y dotarlos de la electricidad que necesitan.
Todavía es un poco pronto para empezar a tirar cohetes. Los experimentos que han realizado revelan que el dispositivo es capaz de producir cerca de los cuarenta microvatios, estando expuesto en un ambiente con niveles corrientes de señal wifi. Esto nos da para iluminar la pantalla de nuestro móvil, pero no para cargarlo, por ejemplo. Falta seguir estudiando en esta línea de investigación para mejorarla, deshacernos de las baterías y cargadores, y aplicarla tanto en nuestra vida cotidiana como en otros campos.
Desarrollan un dispositivo flexible a partir de disulfuro de molibdeno (MoS2) capaz de transformar las ondas electromagnéticas del entorno en energía eléctrica.
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